Internacionales
Pasó su infancia siguiendo los pasos de su padre narco: «Siempre supimos que algo estaba mal»
Corría le década del ochenta y el presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan había declarado la «guerra contra las drogas», en un contexto donde el ingreso de toneladas de cocaína y marihuana al país del norte parecía una situación difícil de controlar.
Mientras Pablo Emilio Escobar Gaviria, el fundador y cabecilla del temerario «Cártel de Medellín» se consagraba como uno de los hombres más ricos del mundo al contrabandear alrededor del 80% de la cocaína que ingresaba en los EEUU durante el «apogeo» de su carrera criminal, miles de traficantes de menor calaña intentaban seguirle los pasos al «Patrón».
Entre ellos se encontraba Benjamin Glaser, un hombre norteamericano que como tantos otros contemporáneos, estaba obsesionado con llevar adelante una vida alineada con la idea del éxito material en los EEUU.
Pero a diferencia de la mayoría de las personas, quienes prefieren mantenerse dentro del marco de la legalidad a la hora de llevar adelante sus emprendimientos, Glaser decidió montar un negocio de importaciones con base en San Francisco, de características cuando menos peculiares.
Su «empresa» terminaría ingresando a los EEUU y distribuyendo a distintos mercados internos y externos más de treinta toneladas de marihuana proveniente del Sudeste asiático. Casi cuatro décadas más tarde, Tyler Wetherall, su hija menor, decidió contar su peculiar experiencia de vida como una niña, hija de un narcotraficante que aparentaba ser un padre común.
Sus memorias tituladas «Sin Camino a Casa» brindan una mirada distinta sobre el mundo del tráfico de drogas, una visión desde la perspectiva de los familiares de criminales que, al igual que en otros incontables casos a lo largo de la historia reciente, ignoraban las actividades de sus progenitores hasta que el mundo y la realidad que manejaban se vinieron abajo como un castillo de naipes.

En su libro, Wetherall describe una infancia marcada por la cultura nómade propia de la actividad criminal de su padre: vivió en 13 hogares diferentes y 5 países distintos en una década. La joven nació en 1983 y a los pocos años su familia se vio obligada a migrar a Roma tras enterarse de que el FBI había comenzado a sospechar de la actividad de Glaser, con suficiente evidencia como para procesarlo.
Tiempo más tarde tuvieron que mudarse a Portugal y solo meses después siguieron rumbo al sur de Francia, donde se instalaron en la fastuosa comuna de Lougins y compartieron vecindario con el dictador haitiano Jean Claude Duvallier «Baby Doc» (hijo del mítico Françoise «Papa Doc» Duvallier) y el traficante de armas saudí Adnan Khashoggi.
«Crecimos rodeadas de mucha riqueza, pero como todos a nuestro alrededor vivían de la misma forma, se sentía como algo normal» explicó la escritora en diálogo con el periódico The New York Post, por motivo de la publicación de su libro.
«Ellos intercambiaban información sobre cómo mantenerse a salvo, cómo ingresar a sus hijos a la escuela bajo un nombre falso y hasta como gastar el dinero que había sido obtenido de forma ilícita» detalló Whiterall, quién además recuerda cada mudanza como algo que no se podía cuestionar pero que de cualquier manera odiaba tener que atravesar.
Su madre Sarah, una modelo de origen británico, se cansó de llevar adelante una vida de fugitivos y en 1987 decidió finalmente divorciarse. «Estaba devastada, todos mis cumpleaños deseaba que volvieran a estar juntos». Más allá de su tristeza asociada a la separación de sus padres, Wetherall destaca en su libro que su padre siempre hizo lo imposible para estar presente, ya sea al encontrarse con ellas en los Alpes suizos o en alguna casa segura en Londres.
En 1993, y luego del arresto de varios de sus socios, Scotland Yard decidió ir tras los pasos de Glaser. Luego de requisar el hogar de Londres donde residían las niñas y su madre en busca de evidencias, el escrutinio sobre la familia se volvió más intenso y Tyler se vio obligada a comunicarse con su padre mediante cartas, por el temor de su madre de tener las líneas telefónicas intervenidas por la policía.
«Muchos hombres en su posición hubieran abandonado a su familia, pero aún durante este período papá siempre quiso ser una parte importante de nuestra vida. Fue un padre maravilloso a pesar de las decisiones de vida que tomó» explicó la joven quién detalló que este afán por no cortar relaciones lo llevaría eventualmente a su captura.
En octubre de 1995, una investigación llevada adelante por Scotland Yard y el FBI llevó a dar con el paradero del narcotraficante, gracias al rastro que dejaron sus hijas. Las niñas habían viajado hasta Santa Lucía, en el Caribe, para celebrar el cumpleaños número 12 de Wetherall.

A pesar de que Glaser logró escapar gracias a la advertencia de su ex mujer de que lo estaban siguiendo, cuatro meses más tarde sería finalmente arrestado en la paradisíaca isla. «Creo que se había cansado de correr y escaparse» explicó Wetherall.
Su padre fue sentenciado a 10 años de prisión por una corte de California, pero finalmente terminó cumpliendo una condena de 5 años y 10 meses. Hoy en libertad, trabaja como un asesor financiero mientras que su madre vive en el Reino Unido, ya retirada.
Luego de pasar meses junto a su padre durante la investigación para su libro, Wetherall asegura haberlo perdonado. «Tengo gran admiración por él» concluyó la escritora.
Fuente: Infobae
Internacionales
Revelan vídeo impactante de terrorista atacando a personas en un parque de Sidney
En redes sociales circula un vídeo impactante que muestra el momento exacto del atentado terrorista en Bondi Beach, Sídney, Australia.
Diversos medios internacionales han compartido el vídeo que muestra al responsable del atentado disparando contra asistentes a una festividad judía.
Además, atacó a civiles que se encontraban auxiliando a los que resultaron lesionados tras el ataque.
Este material videográfico ahora forma parte de la investigación que autoridades australianas desarrollan bajo la hipótesis de terrorismo y que ha generado conmoción mundial por la crudeza de las escenas registradas
Internacionales
Sube a 15 el balance de muertos por ataque durante festividad judía en Australia
Al menos 15 personas murieron en el ataque a tiros contra un grupo que celebraba una festividad judía el domingo en una playa de Sídney, en Australia, informó la policía en un balance que suma a uno de los atacantes.
«La policía puede confirmar que 16 personas fallecieron y 40 permanecen hospitalizadas tras el tiroteo de ayer», dijo en X la policía de Nueva Gales del Sur, en la madrugada del lunes.
Este balance de 16 fallecidos incluye a uno de los sospechosos, que murió durante la balacera, precisó después la policía a AFP.
Dos hombres abrieron fuego el domingo en Bondi Beach, una de las playas más populares de Australia, contra cerca de 1.000 personas que celebraban la festividad judía de Janucá, un ataque calificado de «terrorista» y «antisemita» por las autoridades.
Internacionales
Las detenciones de migrantes disminuyen el 85 % en la frontera de San Diego con Tijuana
Después de ser uno de los escenarios con mayor flujo migratorio irregular, los encuentros en la frontera en el sector San Diego, Estados Unidos; con Tijuana, México, cayeron el 85 % en el año fiscal 2025 (del 1° de octubre de 2024 a septiembre de 2025), en comparación con el año fiscal anterior.
Aunque la cifra es drástica, la Patrulla Fronteriza de San Diego busca que las detenciones lleguen a cero.
Los registros indican que el año fiscal 2024 cerró con más de 324,000 detenciones, pero para el año fiscal 2025 el total se redujo a 49,000. La mayoría de arrestos son de migrantes de México, Guatemala, Colombia, Turquía y China.
En lo que va del año fiscal 2026, ha efectuado 2,000 aprehensiones.
Antes, los agentes detenían entre 500 a 1,000 migrantes al día, pero con las nuevas estrategias implementadas en la frontera, bajó a 30 personas por día.
En San Diego, la primera señal para detener la migración irregular es un muro fronterizo de 6 metros de altura, seguido de otra barrera similar de 9 metros de altura. El agente de la Patrulla Fronteriza del sector, Gerardo Gutiérrez, explicó que la doble infraestructura les ayuda a intervenir a tiempo los cruces irregulares.
Según las autoridades, un migrante se tarda entre cinco a 10 minutos en saltar el primer muro, pero su meta se complica con la segunda edificación, y con ello, la Patrulla Fronteriza puede intervenir de inmediato.
«Los muros nos proveen tiempo para responder a las incursiones ilegales y fueron construidos inicialmente para parar los vehículos, pero ahora es para disuadir los cruces irregulares de las personas. Brincar el muro es peligroso y no se debe hacer, solo hay una manera de entrar a Esta-dos Unidos y es a través de la vía legal», detalló Gutiérrez.
Además, son 2,000 agentes que vigilan día y noche los 90 kilómetros de muro correspondientes a esta zona, especialmente ahora que los traficantes operan con drones para ingresar a grupos de tres a 15 migrantes.
Para los próximos dos o tres años, la Patrulla Fronteriza planea contratar a 800 agentes adicionales para reforzar la guardia.
«Hemos detectado que los contrabandistas, los carteles y trata de personas, usan drones para vigilarnos y de esa manera enviar a los grupos para pasar donde no estamos nosotros. Pero aunque usen drones nosotros estamos al tanto, los vamos a detectar y los vamos a arrestar», afirmó Gutiérrez.
El agente aseguró que están un paso adelante de los traficantes, ya que utilizan tecnología de última generación. La agencia cuenta con cámaras infrarrojas y otras con Inteligencia Artificial que son capaces de analizar información, reconocer patrones y generar alertas. Agregado a esto, hay sensores por todas partes.
«Nuestra frontera está sellada para la migración irregular. La gente no debe de cruzar, la frontera está más protegida, no vale la pena que confíen en los criminales», aseguró.
Otras de sus estrategias son los patrullajes «espejo» en conjunto con las autoridades mexicanas. Las operaciones se llevan a cabo de manera simultánea en la mismas zonas de la frontera para disuadir la migración irregular, y si se comete un delito cualquiera de las dos autoridades pueden intervenir desde su lado.
«Las personas que cruzan a los migrantes de manera ilegal mienten, les dicen a los migrantes que la travesía será fácil, sencilla y que no habrá peligro, pero la realidad no es esa», advirtió Gutiérrez.
A criterio del oficial, los que más ganan con la entrada irregular a los Estados Unidos son los grupos criminales, ya que lo único que les importa es el dinero.
Si un migrante ingresa al territorio de manera irregular por primera vez se expone a una multa de $1,000 y a un año de prisión, pero si se trata de la segunda vez, la penalización llega a los $5,000 con castigo de hasta dos años de cárcel.










