Vida
¿Por qué los anticuerpos no son la única defensa contra la variante ómicron?

En la lucha contra el coronavirus, un componente clave del sistema inmunológico acaparó la atención: los anticuerpos.
Estas proteínas en forma de y han sido noticia recientemente porque las vacunas anticovid no producen suficientes de ellas para combatir la variante ómicron del coronavirus, a menos que se introduzca algo que las estimule.
Entrenados tanto por las vacunas como por la infección, los anticuerpos se adhieren a la proteína spike, que se mete en el coronavirus impidiéndole penetrar las células y enfermar al huésped.
Sin embargo, los anticuerpos no son la única variable en juego.
De hecho, «hay una respuesta compleja y coordinada que es realmente hermosa desde un punto de vista evolutivo», explica Roger Shapiro, inmunólogo de Harvard.

A continuación, se describen algunos puntos clave:
«Bombarderos» del sistema inmunológico innato
En los minutos y horas posteriores a la aparición del virus en el cuerpo, unas proteínas envían alarmas para que el reclutar al equipo de defensa rudo pero débil del sistema inmunológico «innato».
Los primeros en aparecer son los «neutrófilos», que constituyen entre el 50% y el 70%de todos los glóbulos blancos, que son rápidos para luchar, pero también para morir.
También aparecen los «macrófagos», especializados en detectar y eliminar los patógenos, liberando moléculas clave que activan a colegas más inteligentes, las llamadas células «asesinas naturales» o células «dendríticas», que transmiten la información a células combatientes de élite.
«Es como bombardear toda el área y, con suerte, dañar al invasor tanto como sea posible (…) y al mismo tiempo llamar a la base para que sus unidades SEAL estén listas para operar», explica John Wherry, inmunólogo de la Universidad de Pensilvania.

Células B y T: agentes de inteligencia y asesinos entrenados
Si la defensa «innata» no ahuyenta a los invasores, entra en escena el sistema inmunológico «adaptativo».
A los pocos días de la primera infección, las «células B» se dan cuenta de la amenaza y comienzan a producir anticuerpos.
La vacunación también entrena a las células B, principalmente dentro de los ganglios linfáticos de nuestras axilas, cerca del lugar de la inyección, para que estén atentas y preparadas.
Shapiro las comparó con agentes de inteligencia, que tienen información vital sobre las amenazas.
Los tipos de anticuerpos más potentes, conocidos como «neutralizantes», son como una goma de mascar que se pega al extremo de una llave, impidiendo que abra la cerradura.
Hay otros anticuerpos menos célebres que no son tan pegajosos como los «neutralizantes», pero que aún así ayudan a atrapar al virus, arrastrándolo hacia células inmunes o pidiendo ayuda y aumentando la respuesta general.
Las socias clave de las células B son las «células T», que se pueden dividir en «ayudantes» y «asesinas».
«Las asesinas atacan las células que fueron infectadas», dijo Shapiro, pero también causan daños colaterales.
Las células T auxiliares «son como generales», añadió Shapiro: alistan tropas, estimulan a las células B para que aumenten su producción y dirigen a sus homólogos letales hacia el enemigo.
Detener una enfermedad grave
Debido a la importante mutación de su proteína spike, la variante ómicron puede escabullirse más fácilmente neutralizando los anticuerpos aportados por una infección o vacunación previa.
La mala noticia es que esto hace que las personas sean más propensas a sufrir infecciones sintomáticas.
Pero la buena noticia es que las células T no son tan fáciles de engañar, pues tienen un «periscopio» en las células infectadas, donde pueden buscar las partes constituyentes del virus durante su ciclo de replicación, dijo Wherry.
Son mucho mejores para reconocer los signos de lo enemigos con lo que ya se toparon, incluso si éstos se disfrazan para superar a los anticuerpos.
Las células T asesinas llevan a cabo misiones de búsqueda y destrucción, perforando las células infectadas, abriéndolas y provocando reacciones para que las proteínas inflamatorias conocidas como «citoquinas» se sumen al combate.
Dependiendo de la velocidad de respuesta, una persona vacunada que contraiga la infección puede presentar síntomas leves, similares a los de un resfriado, o síntomas moderados similares a los de la gripe, pero las posibilidades de una enfermedad grave se reducen drásticamente.
Nada de esto quita valor a la aplicación de refuerzos, pues disparan la producción de todo tipo de anticuerpos y también parecen entrenar aún más a las células B y T.
«Ómicron es preocupante, pero el vaso todavía está medio lleno; no va a evadir totalmente nuestra respuesta», consideró Wherry.
Nacionales
Especialista recomienda estimular la actividad física desde el gateo para un desarrollo integral en la primera infancia

Francisco Salvador Erazo, médico especialista en primera infancia del Ministerio de Salud (Minsal), destacó la importancia de iniciar rutinas para fortalecer el desarrollo psicomotor de los bebés desde que comienzan a gatear, es decir, antes de cumplir un año.
Para los menores de un año, Erazo recomendó colocar a los bebés en posición prona (boca abajo) al menos 30 minutos diarios, distribuidos en diferentes momentos, para fortalecer músculos del cuello y la espalda y así promover el gateo. Además, aconsejó evitar que los pequeños pasen más de una hora inmovilizados en hamacas o columpios.
En niños de uno a tres años, el especialista indicó que deben realizar actividades físicas durante tres horas diarias distribuidas a lo largo del día, enfatizando ejercicios que estimulen la marcha, como caminar con ayuda de los padres o arrastrar objetos. A partir de los dos años, se pueden incorporar juegos que impliquen tirar pelotas, atravesar obstáculos, correr, bailar y brincar, con el objetivo de mejorar la coordinación óculo-motora y la lateralidad.
El especialista explicó que la coordinación óculo-motora permite que el niño pueda realizar actividades combinando la vista y el movimiento, como lanzar una pelota sin necesidad de observarla directamente, lo que contribuye al desarrollo psicomotor integral.
Erazo destacó que a partir de los tres años, se recomienda que los niños realicen al menos tres horas de actividad física al día, incluyendo 30 minutos de ejercicio intenso, lo cual favorecerá su salud, autoestima y prevenirá el sobrepeso.
Ante la preocupación de falta de espacios para jugar, el especialista aclaró que no es un impedimento para estimular la actividad física en casa, dando como ejemplo a Ivania de Lagos, madre primeriza que ha convertido la sala de su vivienda en un área de juegos para su hijo Miguel, de dos años.
Ivania relató que cada mañana dedica tiempo para que Miguel realice actividades como jugar con burbujas, escalar en una estructura y bailar, promoviendo un estilo de vida saludable desde temprana edad. Además, resaltó la importancia de la lactancia materna, y agradeció la implementación de salas de lactancia materna en lugares públicos como el Aeropuerto Internacional de El Salvador.
Finalmente, la madre valoró las leyes Nacer con Cariño y Crecer Juntos, impulsadas por la primera dama Gabriela de Bukele, que promueven el bienestar integral de la niñez y las familias salvadoreñas. «Deseo que estas iniciativas lleguen a todas las familias para que más niños crezcan saludables y con amor», afirmó.
Principal
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Internacionales
Estados Unidos aprueba nuevo tratamiento inyectable para prevenir el VIH

La farmacéutica Gilead anunció este miércoles la aprobación en Estados Unidos de Yeztugo, un innovador tratamiento para la prevención del VIH que consiste en dos inyecciones al año. Este avance podría transformar la lucha contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana y el sida, al ofrecer una alternativa a los medicamentos orales que requieren toma diaria.
Yeztugo está dirigido a adultos y adolescentes con un peso mínimo de 35 kg y se basa en la molécula lenacapavir, la misma que Gilead emplea en su tratamiento antirretroviral Sunlenca, lanzado en 2022.
Daniel O’Day, presidente y CEO de Gilead, calificó la aprobación como “un día histórico” para la prevención del VIH, destacando la eficacia sin precedentes que este medicamento promete.
No obstante, el costo del tratamiento podría limitar su acceso, ya que aunque Gilead no ha revelado precios oficiales, analistas estiman que el costo anual en Estados Unidos podría rondar los 25,000 dólares. Por ello, expertos y organizaciones internacionales han pedido al laboratorio facilitar la producción de versiones genéricas para ampliar el acceso en países de bajos recursos.