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Ciencia

VIDEO: El lado oscuro de la luna que pronto será revelado

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La sonda china Chang’e 4 se convirtió el jueves en la primera nave en alunizar en la cara oculta de la Luna.

La misión es un «paso histórico en exploración espacial», según la prensa china, y permitirá explorar el lado menos conocido de nuestro satélite, además de realizar experimentos con organismos vivos como semillas de patata y capullos de gusanos de seda.

1. Estudiar un mega choque en la historia del Sistema Solar

La cara oculta de la Luna es también llamada el «lado oscuro» de nuestro satélite, no porque carezca de iluminación, sino porque es en gran medida desconocido.

Este lado que jamás vemos desde la Tierra es radicalmente diferente de la cara visible y está cubierto de cráteres.

Sitios de alunizajes

Chang’e 4 aterrizó en la superficie plana de unos 200 km de un cráter llamado Von Kárman, que se encuentra a su vez en un gran cuenca, la depresión de Aitken.

«Esta depresión gigantesca tiene unos 2.500 km de diámetro y 13 km de profundidad», le explicó a la BBC Andrew Coates, profesor de Física de University College London.

«Es producto de uno de los impactos más grandes en el Sistema Solar.

«Se cree que el choque que creó esa gran depresión fue tan potente que perforó la corteza de la Luna hasta el manto», agregó Coates.

Los investigadores chinos buscarán dirigir sus instrumentos hacia rocas del manto expuestas en esa cuenca.

Los cráteres en la depresión de Aitken constituyen un registro de los impactos experimentados por la Luna, y tal vez por la Tierra, a lo largo de su historia.

¿Cuán significativos fueron esos impactos para el origen de la vida? Chang’e 4 podría ayudar a buscar una respuesta.

2. Explorar la corteza y el interior de la Luna

Muchos de los instrumentos de la sonda son réplicas de su predecesora, Change’e 3, que aterrizó en 2013 en la cara visible de la Luna.

Entre esos instrumentos hay cámaras que ya comenzaron a captar y enviar imágenes reveladoras del lado oculto de nuestro satélite.

Por ello la misión china utiliza un satélite, Quiquiao, que está situado a 60.000 km de la Luna y comunica a la sonda con la Tierra.

Chang’e 4 también cuenta con un radar que puede penetrar la superficie lunar. La corteza es más gruesa en el lado oscuro de la Luna que en el lado visible, donde la corteza es más delgada y ha estado sujeta a erupciones de magma que produjeron mares, las regiones oscuras que pueden verse a simple vista.

3. Una oportunidad única para la radio-astronomía

La misión cuenta con un espectrómetro que permitirá estudiar la radiación solar. Y que junto a un instrumento a bordo del satélite Quequiao puede funcionar como un radiotelescopio.

El lado oculto de la Luna es ideal para exploraciones de radio-astronomía, porque el cuerpo de la Luna bloquea el ruido de la ionosfera terrestre y las transmisiones de radio humanas.

Chang’e 4 permitirá percibir ondas de radio de baja frecuencia que no pueden captarse desde la Tierra.

Esas señales provienen de los inicios del Universo, un período conocido como la edad oscura en la que no había estrellas que emitieran luz, pero sí átomos de hidrógeno que emitían señales de radio.

No todos los instrumentos a bordo de la sonda son chinos. Científicos alemanes colaboraron con sus pares chinos en la instalación de un detector de partículas en el vehículo explorador, y el instrumento de radio-astronomía en el satélite Quequiao es un esfuerzo conjunto de China y Holanda.

4. Experimentos con plantas y gusanos

La sonda lleva cápsulas selladas con especies vivas de la Tierra, incluyendo semillas de patata y de una planta llamada arabidopsis, así como capullos de gusanos de seda, con los que China buscará formar un mini biosfera lunar.

Si la arabidopsis florece, la planta producirá la «primera flor en la Luna», según la prensa china.

Las cápsulas selladas permiten el pasaje de la luz solar, por lo que las plantas podrán realizar fotosíntesis.

El experimento, que fue diseñado en colaboración con 28 universidades chinas, es un test pionero sobre la fotosíntesis y la respiración de organismos en la baja gravedad lunar, un sexto de la experimentada en la Tierra.

Pruebas anteriores en la Estación Espacial Internacional ya demostraron que las plantas pueden crecer bien en condiciones de micro gravedad, pero no se ha realizado hasta ahora un experimento con una biosfera controlada en la superficie de la Luna.

Otra diferencia es que la Estación Espacial Internacional se halla bajo la protección de los llamados Cinturones de Van Allen, dos áreas en forma de anillos de radiación generadas por el campo magnético de la Tierra.

Pero los experimentos en la Luna pueden demostrar el crecimiento de organismos sin esa protección contra la radiación cósmica.

 Video. Cortesía BBC Mundo.

Ciencia

La NASA pierde contacto con nave espacial que orbita en Marte

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La NASA confirmó que perdió contacto con la sonda orbital marciana Maven, una nave que durante más de una década aportó información clave para comprender cómo Marte evolucionó desde un mundo posiblemente húmedo hasta el desierto helado que se observa hoy.

Si bien la noticia se conoció en las últimas horas, la interrupción ocurrió el 6 de diciembre, justo después de que la nave pasara por detrás del planeta, un movimiento previsto dentro de su órbita.

Lo que debía ser un tramo de rutina terminó convertido en un desafío inesperado: cuando Maven volvió a la vista de la Tierra, los controladores no lograron recibir ninguna señal.

La pérdida de comunicación implica algo más que la ausencia de datos científicos. Maven es también un enlace vital entre la superficie marciana y nuestro planeta: su antena UHF retransmite información de los rovers Curiosity y Perseverance, que estudian el suelo, las rocas y la atmósfera baja.

Su rol dentro de la red marciana convierte este episodio en una preocupación operativa, no solo científica. Por eso, comprender qué ocurrió es una prioridad para los equipos que manejan la misión.

 

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Ciencia

Investigadores chinos inventan nueva terapia para curar el VIH

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Un equipo de investigación de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Wuhan, logró desarrollar recientemente un nuevo sistema para combatir el VIH y cortar su genoma en fragmentos obteniendo así una cura funcional.

Los métodos actuales de tratamiento del VIH incluyen enfoques emergentes como la terapia de células inmunitarias y la terapia génica, al igual que la terapia combinada, ampliamente utilizada. El objetivo de esta última es suprimir la replicación viral en la mayor medida posible, mejorando la calidad de vida y las tasas de supervivencia de los pacientes. Sin embargo, no puede erradicar el virus.

La terapia de células inmunitarias solo permite identificar y eliminar las células que están replicando activamente el virus, pero deja intactas aquellas que ya están infectadas, aunque inactivas.

La nueva terapia emplea exosomas para transportar Cas12a a las células, ubicar con precisión el virus del VIH, incluido el VIH latente, y fragmentar su genoma, con lo cual se consigue una cura funcional del SIDA. Ofrece ventajas como una gran capacidad de direccionamiento, un alto nivel de seguridad y la posibilidad de realizar múltiples cortes colaborativos.

En experimentos con ratones infectados por el VIH y muestras de sangre tomadas de pacientes con SIDA, la terapia demostró potentes capacidades de remoción viral y reconstitución inmunológica. En un grupo experimental, se consiguió eliminar completamente el virus en dos de los tres ratones.

Según los investigadores, este método ha superado la revisión ética médica y ha entrado en la etapa de investigación clínica.

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Ciencia

Científicos logran curar la diabetes tipo1 en ratones

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Científicos de la Universidad de Stanford, liderados por Seung K. Kim, lograron curar la diabetes tipo 1 en ratones mediante un innovador trasplante combinado de células madre sanguíneas e islotes pancreáticos de donantes inmunológicamente incompatibles.

Con estos ensayos realizados en un tiempo de seis meses, lograron reiniciar el sistema inmunitario para detener el ataque autoinmune a las células productoras de insulina sin necesidad de fármacos inmunosupresores crónicos ni insulina exógena.

Este avance, publicado en el Journal of Clinical Investigation y basado en estudios previos del equipo, previene el rechazo de injertos y la destrucción de células beta en 19 de 19 ratones sanos y 9 de 9 con diabetes establecida.

Este resultado es un logro prometedor que abre la oportunidad de aplicarla en los humanos para eliminar riesgos de inmunosupresión y extenderse a otras enfermedades autoinmunes como artritis o lupus.

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