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Atlético de Madrid campeón de La Liga

El Atlético alcanza otra vez el paraíso. El elixir de la felicidad, tan esquivo con la entidad colchonera, se exprime como nunca en Valladolid, sede de la victoria agónica que le otorga su undécima Liga. Fue, por supuesto, un ejercicio de sufrimiento. No hay otra manera de disfrutar en el Atlético. Los goles de Correa y Luis Suárez anularon el tanto de Óscar Plano en la primera parte. De nuevo el Atlético concentra su vida en torno a Neptuno.
La historia de un sentimiento se escribe en la Plaza Mayor de Valladolid, en el tránsito por el paseo de Zorrilla y cruces del Pisuerga que desembocan en la avenida del Mundial 82, donde se ubica el antiguo estadio de la pulmonía. Al campo de Zorrilla se aproxima una multitud de camisetas rojas y blancas como si se tratase de una peregrinación a cualquier santuario de adoración. ¿Dónde está la gracia de compartir sin ver el partido o hacerlo en un aparcamiento? Se entiende que en la hermandad, en el nexo que junta a tantos aficionados en pasados tiempos de sufrimiento, en ese pálpito siempre proclive al padecimiento de la colonia rojiblanca.
Al Atlético se le aparecen los fantasmas de la fatalidad antes de que los jugadores del Valladolid, tan desesperados ellos que no emitían ninguna sensación de confianza en el futuro en primera, consiguen armar un contragolpe de categoría, salida limpia, taconazo, carrera y soberbia definición de Óscar Plano ante Oblak después de la pifia de Trippier al medir la cobertura.
Un primer tiempo de planicie total, atenazado el equipo del Cholo por la responsabilidad del momento, echando de menos a jugadores con impronta y carácter, tan impreciso todo que pareció horrible a los ojos de muchos seguidores. Fútbol apelotonado, exceso de nerviosismo, todos por debajo de su nivel y ningún ancla al que engancharse en tarde de exigencia mental.
Koke y Saúl naufragan en la conducción del juego, dubitativos ambos y sin energía para liderar. No funcionan los estiletes de otras tardes, Llorente se atora en su brío, sin ninguna lucidez, y Carrasco no muestra ninguna fluidez en su flanco izquierdo. Janko, el aparatoso defensa pucelano, le tapona siempre.
Casi lo mejor del Atlético es Correa, siempre influyente en cada control, intencionado en sus avances, el único que no demuestra desasosiego ni ansiedad. Del argentino emergen los únicos ataques potables de la tropa de Simeone, porque ni Suárez atina en un par de remates que se le escapan.
Al Atlético le sale un aliado en Madrid. El Villarreal, el invitado con el que nadie contó, marca en Valdebebas y pone a raya al Real Madrid. El Valladolid está convaleciente, pero expone argumentos para hacerse valer. Domina algunos tramos del partido con Roque Mesa en la distribución, Óscar Plano en casi todas las acciones, y Janko, que se merienda a Hermoso, otro que flaquea en el callejón sin salida.
A balón parado, el viejo recurso del cholismo, encuentra el equipo colchonero una mínima vía de penetración. Son Giménez y Felipe los que aspiran a algo en el final de una primera parte horrorosa que condena con toda justicia al Atlético a la recurrente leyenda del Pupas. Aún puede Weissman apretar la soga en un cabezazo mal dirigido que ataja Oblak.
El rumbo cambia por ensalmo en el segundo periodo. La actitud boquiabierta del Atlético se convierte en energía resolutiva, empuje colectivo y margen de acción. Parece otro equipo ahora que la necesidad y es casi imposible repetir los nefastos cuarenta y cinco minutos iniciales. Si algo ha caracterizado al Atlético desde que llegó Simeone es su combatividad, su capacidad para competir y no doblar la rodilla. Giménez cabecea alto cuando el gol se cantaba.
Es un preludio del momento que viene, porque el Atlético se planta en el campo, decide mejor, impone una pierna fuerte, gana los duelos, no se dobla a la mínima. Y todo empieza con una maniobra gigantesca de Correa, tremendo el argentino en este final de temporada, libre la mente de prejuicios o ansiedad, Zigzaguea al borde del área, elimina adversarios en un ladrillo y pone un punterazo que elimina a Masip.
El gol es un aliciente total para los colchoneros, que ahora sí presionan con intensidad, no conceden apenas ocasiones y quieren sentenciar. Lo hacen sin jugar a gran nivel, pero con pasión, con todo el ímpetu de un club que no siempre vivió en la abundancia. Es la energía de años la que empuja al Atlético a la victoria.
Eso y la calidad de Luis Suárez. El uruguayo recibe un rechace afortunado y emprende la carrera hacia el cielo, solo y lento ante el portero pucelano. En el momento de máxima tensión, al conectar el zurdazo, Suárez despliega talento. La coloca firme a un costado, imposible para Masip, compleja la definición, maravilloso el desenlace. Gol del Atlético que vale una Liga.
Simeone ya no quiere saber nada del partido, aunque su equipo no se esconde. Sigue dominando, el Valladolid ha muerto, se va a Segunda, no hay opción. El Atlético no pierde esta Liga. El Pupas pasó a mejor vida hace tiempo.
Nacionales -deportes
El Salvador logra un milagroso empate en su último amistoso

La selección mayor de fútbol de El Salvador logró un importante empate en su último fogueo de cara a las eliminatorias del 2026 y Copa Oro.
El primer tanto fue para los guatemaltecos a los 41 minutos por parte de Darwin Lom.
Finalmente, a los 89 minutos Brandon Ramírez de El Salvador logró el empate 1-1.
La Selecta no conoce que es la victoria en la era del Hernán Darío Gómez.
Internacionales -deportes
Mbappé felicita al PSG tras ganar su primera Champions League

Kylian Mbappé pasó siete temporadas con el PSG sin que el club pudiera obtener una Champions League, por ello es que al inicio de la campaña 2024-25 pasó a las filas del Real Madrid, lo curioso es que el club parisino terminó levantando la ‘Orejona’ tras golear al Inter de Milán, motivo por el que ‘Kiki’ felicitó a su exequipo.
“El gran día al fin llegó. La victoria y al estilo de todo un club. Felicidades, PSG”, publicó Mbappé a través de una imagen con la Champions League en sus historias de Instagram.
En los siete años que estuvo con el PSG, Kylian jugó 308 partidos, 256 goles, dio 108 asistencias y con 16 títulos, por lo que se convirtió en el referente del club. Su única oportunidad de ganar la ‘Orejona’ fue en la campaña 2019-20, aunque perdió ante el Bayern Múnich.
A pesar del buen gesto de Mbappé, rápidamente se volvió tendencia, sobre todo por las respuestas burlonas de seguidores del PSG y de las redes sociales en general.
“Eres un traidor, qué bueno que te fuiste”, “Recuerda que Mbappé se marchó del PSG para ganar la Champions, y el primer año sin Mbappé el PSG la gana”, “Ahora puedo imaginar la cara de Mbappé que dejó el PSG para fichar por el Real Madrid con el objetivo de ganar la Champions League”, fue la constante de los mensajes.
Pero cada uno de estos posteos fueron acompañados con imágenes de tristeza del ahora jugador merengue, algunas creadas con inteligencia artificial llorando ante un televisor, como sea, lo importante era demostrar que no había estado en el título más importante en la historia del PSG.
Internacionales -deportes
PSG golea al Inter de Milán en una victoria récord para conseguir su primer título

El Paris Saint-Germain ganó su primer título de la Liga de Campeones con una goleada 5-0 al Inter de Milán en Múnich –el mayor margen de victoria en una final de la competición desde 1956– y selló un triplete tras haber ganado ya la Ligue 1 y la Copa de Francia .
El gol inicial de Achraf Hakimi en el minuto 12 contra su ex club y dos goles del delantero de 19 años Désiré Doué (que se convirtió en el primer adolescente en marcar dos veces en una final desde Eusebio del Benfica en la victoria por 5-3 contra el Real Madrid en 1962) pusieron al PSG en firme control antes de que Khvicha Kvaratskhelia y el suplente Senny Mayulu coronaran la histórica victoria de los campeones franceses.
El PSG, propiedad de Qatar, había pasado más de una década intentando ganar la Liga de Campeones fichando a las mayores estrellas del mundo, incluidos Lionel Messi , Neymar , Zlatan Ibrahimovic y Kylian Mbappé .
Pero después de abandonar esa política hace dos años a favor de fichar jugadores jóvenes, el PSG ahora se ha convertido en campeón de Europa, irónicamente en su primera temporada sin Mbappé, quien se mudó al Real Madrid el verano pasado con la intención de ganar la Liga de Campeones.
La victoria del PSG lo convierte en el segundo club francés en levantar la Copa de Europa, después del Marsella en 1993, y el entrenador Luis Enrique lo convirtió en su segundo éxito después de guiar al Barcelona a la victoria en 2015.
«Hemos hecho historia, hemos inscrito nuestros nombres en la historia de este club», dijo Hakimi. «Este club lo merecía desde hace mucho tiempo; estamos muy contentos. Hemos creado una gran familia».
Él [Luis Enrique] es el hombre que lo ha cambiado todo en el PSG. Desde que llegó, ha transformado la forma de ver el fútbol. Es un hombre leal, se lo merece más que nadie.
El Allianz Arena, sede del Bayern de Múnich , uno de los titanes de Europa, fue el escenario ideal para el momento cumbre del PSG. Sobre todo porque fue contra el Bayern que el PSG perdió su única otra final de la Champions League en 2020, dejando a Neymar llorando en un estadio vacío en Lisboa, donde la afición se vio obligada a cerrar las puertas debido a la pandemia.
En esta ocasión, miles de hinchas del PSG estuvieron allí para disfrutar del momento, ondeando banderas, encendiendo bengalas y acallando a sus rivales del Inter, muchos de cuyos seguidores abandonaron el estadio mucho antes del pitido final.
«Es una mezcla de alegría, de todas las emociones que hemos compartido», dijo el defensa del PSG Marquinhos. «He sufrido, pero he crecido con este equipo. Pienso en todos los jugadores que han dado la talla y no han triunfado. Mi ídolo: Thiago [Silva], Lucas, Zlatan, [Edinson] Cavani, [Ángel] Di María».
Tantos jugadores que han pasado por aquí, que se lo merecían y no lo consiguieron. Ahora estamos aquí y lo traemos a casa. Pienso en todos los aficionados que nos han acompañado, los del Parque de los Príncipes y los de todo el mundo. Los quiero, disfrútenlo y vamos a disfrutarlo aquí. Este es el mejor día de mi vida.
El PSG se adelantó con el gol más tempranero en una final de la Champions League desde 2019 gracias a una jugada de velocidad y precisión. Un pase filtrado de Vitinha al área encontró los pies de Doué. El delantero pudo haber disparado, pero en su lugar, cedió el balón a Hakimi para que rematara a puerta vacía.
Las celebraciones del ex jugador del Inter Hakimi fueron silenciosas, pero los fanáticos del PSG estallaron.
Ocho minutos después, la ventaja se duplicó, aunque esta vez dependió más de la suerte que de la precisión, ya que el disparo de Doué desde la derecha del área se desvió en Federico Dimarco y superó al portero del Inter, Yann Sommer .
Marcó su segundo gol en el minuto 63, deslizando el balón hacia el ángulo inferior cuando estaba frente al arco.
Kvaratskhelia añadió un cuarto 10 minutos más tarde y Mayulu encontró el fondo de la red en el 86, solo dos minutos después de entrar para agregar su nombre a la lista de goleadores adolescentes en una final.
El quinto gol convirtió el triunfo más desigual en la final de la máxima competición europea, superando las victorias por 4-0 del rival urbano del Inter, el AC Milan, en 1994 y 1989, y una victoria por el mismo margen del Bayern Munich en 1974.