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Ugly Models, la agencia de modelos extraordinarios

Hay gente tatuada, barriguda, con la nariz torcida, orejas de soplillo, barbillas prominentes y cuellos demasiado largos. Pero nadie con medidas perfectas. Bienvenidos a Ugly Models, una agencia londinense de modelos distintos.
La Semana de la Moda comienza este viernes en la capital británica y entre las numerosas personas que desfilarán por las pasarelas, apenas habrá un puñado de modelos de Ugly.
Este tipo de eventos, con sus jóvenes modelos delgadísimas o andróginas, no son la especialidad de la casa.
Aquí se opta más bien por la originalidad. Y aunque «Ugly Models agency» significa «La agencia de los modelos feos», su dueño, Marc French, asegura que tienen mucho más que ofrecer.
«Es una agencia para los modelos con carácter», dice French. «Hay gordos, delgados, altos, bajos. Es una celebración de la diversidad», declara este quincuagenario barbudo, de sonrisa burlona, que cita al actor francés Gérard Depardieu como ejemplo.
«No es el hombre más guapo que se le viene a uno a la cabeza, pero (…) es tan distinto, tan genial, que resulta sexi».
Fundada hace medio siglo, Ugly Models ocupa una oficina moderna en el oeste de Londres. Sofás extravagantes, ordenadores de aluminio, paredes repletas de fotos de modelos. Entre las imágenes colgadas hay un retrato de David Bowie y una cita que suena como un lema: «La imperfección es belleza, la locura es genialidad».
Como cualquier agencia, Ugly gestiona la carrera de modelos y los pone en contacto con todo tipo de clientes como Burberry, Mercedes o Jack Daniel’s.
El día de nuestra visita, la agencia organiza un casting para completar su catálogo. Siguiendo la reputación de la empresa, los candidatos están lejos de los estándares del sector.
Están los corpulentos. Chris, por ejemplo, un exmilitar con brazos gruesos como jamones, que posa con el torso desnudo junto a una mujer morena en bikini. Ella tiene 50 años, aunque parece tener la mitad, y sueña con retomar su carrera de modelo.
O Kris Chesney, un exjugador profesional de rugby que pasó por los equipos de Toulon y de los Saracens. Una montaña de 1,98 m y 135 kilos, con los brazos tatuados y la cabeza rapada, orgulloso de su cara marcada, de su cuerpo castigado por años de lucha en los estadios.
¿Qué busca en un lugar como este? «Una nueva aventura, un nuevo reto».
Otros tienen una causa que defender. Sheerah Ravindren es una mujer menuda de 1,61 m. Tiene 22 años, es originaria de Sri Lanka y se presenta como una «modelo militante e inmigrante».
Viste vaqueros holgados y un top negro, y tiene una larga melena azabache, un piercing en la nariz y un discurso reivindicativo. «Soy una mujer de color», dice. «Desde niña nunca he visto a nadie que se pareciera a mí en los medios o en la moda», afirma.
También está Frances, una joven con chupa de cuero, guantes sin dedo, flequillo retro y sorprendentes muletas futuristas. Es minusválida, pero «eso nunca le impidió hacer lo que quería», explica orgullosa.
«Un buen modelo Ugly es alguien que se siente a gusto consigo mismo», dice Marc French. «No queremos que la gente cambie. Es muy importante cuando se piensa en la presión ejercida sobre los jóvenes», sometidos al dictado de la delgadez.
La agencia niega cierta tendencia por lo extraño o un uso cínico de las particularidades de sus modelos. Al contrario.
«A veces nos llaman para pedirnos a ‘gente pequeña dispuesta a golpearse'», lamenta Lulu Palmer, encargada de los nuevos modelos. «No hacemos eso. No estamos aquí para explotar a la gente».
El personal de la agencia, que siempre busca a nuevos talentos, reconoce que el nombre de la empresa puede suscitar reacciones circunspectas.
«He conocido a tanta gente que me dice: ‘¿No pretenderás pedirme que sea modelo?'», cuenta French. Pero cuando se dan cuenta de la verdadera naturaleza de la agencia, de sus oportunidades, «entonces quieren formar parte de ella».
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Sean “Diddy” Combs enfrenta veredicto por presunta red de abuso sexual y crimen organizado

El juicio contra el magnate de la música Sean «Diddy» Combs entró en su fase final este lunes, cuando el jurado recibió las instrucciones del juez Arun Subramanian y se preparó para deliberar sobre las graves acusaciones que enfrenta el fundador de Bad Boy Records.
El panel, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, deberá alcanzar un veredicto unánime sobre cinco cargos: conspiración para delinquir bajo crimen organizado, trata sexual mediante fuerza, fraude o coerción, y transporte con fines de prostitución, estos últimos en relación con dos presuntas víctimas.
Durante dos meses de juicio, el jurado escuchó los testimonios de 34 testigos y analizó miles de registros telefónicos, financieros y correos electrónicos. La Fiscalía argumenta que Combs lideró durante décadas una red delictiva en la que drogaba a mujeres y las obligaba a mantener relaciones sexuales con terceros, aprovechando su poder e influencia. «El acusado nunca pensó que las mujeres de las que abusó tendrían el valor de hablar. Eso se acaba en este tribunal», afirmó la fiscal en su alegato final.
La defensa, por su parte, cuestionó la credibilidad de las denunciantes, entre ellas la cantante Casandra «Cassie» Ventura y otra expareja que testificó bajo seudónimo. Afirmaron que las relaciones eran consentidas y que las acusaciones obedecían a motivos económicos. «Combs es un empresario negro exitoso, hecho a sí mismo», alegó su abogado, quien reconoció episodios de violencia doméstica, pero negó los cargos de crimen organizado.
El acusado, de 55 años, no testificó ni presentó testigos, una estrategia legal común en procesos penales en Estados Unidos. Si es hallado culpable, podría enfrentar cadena perpetua.
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«F1» conquista la taquilla y se convierte en el mayor estreno de Apple en cines

La película F1, una producción de Apple Original Films en asociación con Warner Bros., se ha convertido en el mayor estreno en salas de cine para una producción de Apple, marcando un hito en la incursión de la compañía en la industria cinematográfica.
El filme, que ya está disponible en todas las salas de cine de El Salvador, ofrece una experiencia inmersiva para fanáticos y curiosos del automovilismo, con la participación de pilotos reales y monoplazas auténticos de la Fórmula 1. La leyenda del deporte, Lewis Hamilton, asumió personalmente los costos de distribución y promoción a nivel internacional.
Durante su primer fin de semana en cartelera, F1 superó a producciones similares como Ford vs Ferrari, que recaudó $31.4 millones, y Days of Thunder, con $15.4 millones.
En plataformas especializadas, la película ha recibido una positiva acogida: en IMDb cuenta con una calificación de 7.9 basada en 38,000 votaciones, y en CinemaScore obtuvo un 92 % de aprobación del público.
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Miles celebran en Seúl el estreno de la última temporada de «Squid Game»

Miles de fanáticos de la exitosa serie surcoreana «Squid Game» («El juego del calamar») se reunieron este sábado en el centro de Seúl para celebrar el lanzamiento en Netflix de la tercera y última temporada.
La popular distopía, que retrata una sociedad marcada por la violencia y las desigualdades, se estrenó en 2021 y se convirtió en la serie más vista de la plataforma. El viernes se lanzó su temporada final, y los seguidores lo festejaron cerca del emblemático palacio Gyeongbokgung, disfrazados con los característicos uniformes de los «agentes» enmascarados que aparecen en la historia.
La celebración incluyó participantes con cartas «ddakji», un tradicional juego coreano presente en la trama, y banderas con los símbolos icónicos del círculo, triángulo y cuadrado. La Biblioteca Metropolitana de Seúl fue iluminada con imágenes y personajes de la serie, incluida la gigante muñeca Young-hee.
El director Hwang Dong-hyuk expresó recientemente que dio «todo» por la serie y aunque siente tristeza por su final, también experimenta alivio.
La superestrella Lee Byung-hun, quien interpreta al enigmático líder de la competencia, destacó que «Squid Game» se ha convertido en un fenómeno cultural que ha marcado un hito en la creación surcoreana.
El evento fue parcialmente organizado por la Municipalidad de Seúl, que busca aprovechar el fenómeno global para promover el turismo local.
Entre los asistentes, la influencer Snitchery, proveniente de Los Ángeles, confesó que no quería irse, mientras que el fan Park Sang-gyu resaltó que la serie «es, sobre todo, una historia sobre las personas y refleja muchos aspectos de la vida real, no solo sobre los juegos».