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“Ya no desayuno con heroína ni con alcohol. Eso ya terminó”: Keith Richards de los Rolling Stones

Keith Richards, que reedita su primer álbum en solitario, repasa su vida y la carrera de los Rolling Stones en una entrevista con EL PAÍS
Toda crisis matrimonial tiene momentos de fricción que parecen insuperables, incluso si el matrimonio responde al nombre de los Rolling Stones.
Mick Jagger había decidido tomarse un tiempo que se antojó determinante: publicó dos discos en solitario (She’s the Boss en 1985 y Primitive Cool en 1987) y se negó a salir de gira con la banda para promocionar el flojísimo Dirty Work.
Keith Richards y el resto del grupo se molestaron, pero nada como ver a Jagger reuniendo a principios de 1988 a otra banda, que incluía al guitarrista Joe Satriani, para dar por su cuenta una serie de conciertos en Japón.
Se había pasado de la raya: aquello ya eran cuernos. Así lo sintió Keith Richards, que, celoso y enfadado, sacó también en 1988 su primer disco en solitario, Talk is Cheap, un título que era una crítica velada a Jagger, quien no paraba de hacer promoción de sí mismo olvidándose del resto del grupo.
“Entonces, no tenía nada que hacer”, confesó el viernes pasado con una risotada al otro lado del teléfono Keith Richards (Dartford, Inglaterra, 1943).
El guitarrista de los Rolling Stones charla sobre Talk is Cheap (BMG, 2019), que se reedita el 29 de marzo en un formato de lujo con motivo de su 30º aniversario. Desde la “fría” y “nevada” Connecticut, comenta que los Stones se dieron “un descanso” y que él entonces tenía “unas 20 ideas en la cabeza”, pero intenta pasar de puntillas por la pelea con su compañero, al que llegó a llamar “el chico bailarín” por su gusto por la música disco y cuyo nuevo grupo de entonces calificó como “la banda de hacerse pajas de Jagger”.
Solo cuando se le insiste, Richards responde sin rodeos y con más risas. “Cierto: Talk is Cheap fue una forma de tocarle las narices a Mick. Ventilé todo lo que tenía que ventilar. Pero ya pasó”.
Su risa pirata es inconfundible. Richards es tan hábil en tocar la guitarra como en contar su propia versión de los hechos. “Hey, tío, ha pasado mucho tiempo cómo para recordarlo”, dice cuando se trata de hacer memoria. Pero, cuando se esfuerza, ofrece la capa impoluta: “Recuerdo aquellas sesiones como algo muy divertido.
Quería que, si me metía en un estudio, fuera una cosa natural. Y así fue”. El guitarrista obvia los problemas que hubo en aquellas sesiones con músicos de primera línea como Steve Jordan, Charley Drayton, Ivan Neville, Mick Taylor, Maceo Parker o Waddy Watchel, a los que acabó por quitar el whisky del estudio porque bebían tanto o más que él.
“Estaba expectante ante la grabación y me ayudó mucho Steve Jordan –batería en Talk is Cheap-, quien había reemplazado a Charlie Watts en Dirty Work. Charlie estaba manejando sus propios demonios por aquellos días”, explica.
Las adicciones a la heroína y el alcohol eran los demonios de Watts, el baterista de los Stones que por aquel entonces atizó un puñetazo a Jagger que le tumbó.
Al parecer este le exigió su presencia por teléfono al grito de “dónde está mi batería” y Watts bajó a su habitación para recordarle, tras el gancho seco, que era él, Mick Jagger, “su cantante de mierda”.
Esos mismos demonios de Watts atendían igual de fuerte a Richards y Ron Wood y propiciaron la ruptura temporal de Jagger, que se había hecho cargo de la megaempresa de los Rolling Stones ante la desidia narcótica de Richards, el otro líder compositivo.
Talk is Cheap llegó a verse como un punto de no retorno para los Stones, pero la crisis acabó en reconciliación sin saber con exactitud, como en los matrimonios más longevos, si triunfó otra vez el amor u otro interés tan poderoso, como el dinero o la falta de alternativas mejores.
Internacionales
Papa Francisco será despedido con un funeral inédito, sencillo y simbólico

El papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, no solo dejó una profunda huella en vida, sino que también transformó la forma en que será recordado. En una decisión que redefine la liturgia vaticana, el Pontífice solicitó un funeral marcado por la sencillez y la cercanía con el pueblo, alejándose de los símbolos tradicionales del poder papal.
Meses antes de su muerte, el Papa ya había dejado todo preparado. En noviembre de 2024, aprobó personalmente una nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro que rige los funerales papales, en la que introdujo cambios significativos con el objetivo de reflejar la humildad evangélica. “Más pastor, menos monarca” parecía ser el mensaje detrás de cada modificación.
Entre los cambios más relevantes destaca la eliminación de los tres ataúdes tradicionales (de ciprés, plomo y roble), que serán sustituidos por un único féretro de madera con interior de zinc. Tampoco habrá catafalco, ni báculo papal junto al cuerpo, ni grandes títulos eclesiásticos.
Durante los ritos se emplearán expresiones como “Obispo de Roma” o “Pastor”, en lugar de los tradicionales “Sumo Pontífice” o “Vicario de Cristo”.
Además, el cuerpo será velado directamente en la Basílica de San Pedro, sin ser trasladado previamente a la capilla del Palacio Apostólico, como se hacía tradicionalmente. En su caso, el cuerpo será preparado en la capilla privada de la Casa Santa Marta, su residencia desde el inicio del pontificado.
Otra gran ruptura con la tradición será su lugar de sepultura. Francisco no será enterrado en las grutas vaticanas, donde reposan la mayoría de los papas, sino en la Basílica de Santa María la Mayor, un templo romano con una profunda carga mariana y muy querido por él.
La ceremonia exequial se celebrará, como dicta la norma, en la fecha que determine la reunión plenaria de cardenales y, presumiblemente, al aire libre en la plaza de San Pedro. Sin embargo, desde el inicio hasta el final, el tono será distinto: más íntimo, más sobrio, más en sintonía con la visión que Francisco tuvo del papado.
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Argentina decretará siete días de duelo por la muerte del papa Francisco

«Falleció el papa Francisco, Jorge Bergoglio. Líder espiritual y guía de millones de hombres y mujeres», escribió el portavoz Manuel Adorni en la red X. El presidente «decretará siete días de duelo por el fallecimiento del Santo Padre», añadió.
Poco antes, el presidente Javier Milei había rendido tributo a su compatriota y líder espiritual de 1.400 millones de católicos.
«A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí. Como presidente, como argentino y, fundamentalmente, como un hombre de fe, despido al Santo Padre y acompaño a todos los que hoy nos encontramos con esta triste noticia», escribió Milei en X.
En los años previos a su elección a finales de 2023, el presidente ultraliberal argentino había expresado fuertes críticas —e incluso insultos— hacia el papa, a quien consideraba de izquierda.
Sin embargo, en febrero de 2024 fue recibido calurosamente en el Vaticano, donde se reconcilió con Francisco en un encuentro que incluyó un abrazo y palabras afectuosas.
Jorge Bergoglio falleció este lunes a las 07:35 (05:35 GMT), según anunció el Vaticano en un comunicado.
Internacionales
España decreta tres días de luto oficial por la muerte del papa Francisco

El Gobierno de izquierdas español decretó tres días de luto oficial por la muerte del papa Francisco, ocurrido este lunes a los 88 años, anunció el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien destacó que su pontificado supuso un «impulso renovador y reformista para la Iglesia Católica».
“El pontificado de Francisco ha representado un impulso renovador y reformista para la Iglesia Católica, que dejará un legado para la historia”, expresó Bolaños en una declaración institucional, en la que anunció “tres días de luto oficial” por la muerte de “un hombre bueno y de un gran papa”.
El papa Francisco, el primer sumo pontífice latinoamericano y ampliamente popular entre los fieles de todo el mundo, enfrentó una feroz oposición interna por sus intentos de reformar la Iglesia. Falleció este lunes a los 88 años.
El jesuita argentino, líder de la Iglesia Católica desde 2013, había estado hospitalizado durante 38 días debido a una grave neumonía. Tras recibir el alta médica el pasado 23 de marzo, se le notaba debilitado, aunque aún participó en la celebración de la Pascua.
El domingo, todavía convaleciente, apareció en el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano y, con una voz débil, deseó una “feliz Pascua” a los miles de fieles congregados en la plaza.
El fallecimiento del pontífice dará inicio a una serie de actos protocolarios, marcados por la tradición y regidos por normas muy precisas.
Se prevén nueve días de exequias y un plazo de entre 15 y 20 días para convocar un cónclave con cerca de 130 cardenales electores, quienes deberán elegir a su sucesor. Más de dos tercios de ellos fueron designados por Francisco.