Internacionales
Estados Unidos redobla su apoyo a Presidente de Venezuela Juan Guaidó con un impresionante puente aéreo


Los aviones militares norteamericanos, cargados de ayudas para Venezuela, aterrizan en la frontera colombiana
La Administración de Donald Trump ha redoblado con un puente aéreo su respaldo a Juan Guaidó, el presidente interino reconocido por la Asamblea Nacional que en los últimos días ha concentrado el desafío que lanzó a Nicolás Maduro en el ingreso a Venezuela de ayudas humanitarias para la población más vulnerable. Este sábado llegaron a Cúcuta, la principal ciudad colombiana sobre la frontera, aviones militares estadounidenses con toneladas de suplementos nutricionales y kits de higiene, un gesto que busca aumentar la presión sobre el régimen chavista.
Las tres aeronaves C-17, un modelo destinado al transporte militar pesado, partieron desde la base aérea de Homestead en Miami, Florida, en vuelo directo al aeropuerto de Cúcuta. Allí ya funciona el primer centro de acopio en el Puente Internacional de Tienditas, que comunica con las poblaciones de San Antonio del Táchira y Ureña del lado venezolano. La operación fue encabezada por Mark Green, cabeza de la agencia de cooperación estadounidense, USAID, en estrecha colaboración con el Gobierno colombiano y los representantes de Guaidó apostados en la frontera.
“Este no es el primer envío y no será el último, no solo de parte de Estados Unidos sino de muchos otros países que se unirán a nosotros”, declaró Green al anticipar más vuelos en los próximos días durante una rueda de prensa escenificada sobre la pista del Aeropuerto Camilo Daza, mientras en el fondo descargaban los suministros del primer C-17 de la Fuerza Aérea norteamericana. Sobre la pista, una hilera de más de una decena de camiones esperaba los suministros para transportarlos a Tienditas.
Guaidó, reconocido como presidente legítimo por el grueso de la comunidad internacional, se ha propuesto establecer diversos puntos de acopio en las fronteras terrestres y marítimas de Venezuela. Una estrategia que busca abrir una fractura dentro del chavismo y resquebrajar el apoyo de los militares mediante la presión internacional y la entrada en el país de las ayudas. Ese plan ha avanzado aceleradamente en las dos semanas transcurridas desde que solicitó la asistencia. Luego de la llegada hace ocho días de los primeros camiones al puente de Tienditas –que permanece bloqueado del otro lado por la Guardia venezolana-, se anunciaron nuevos puntos en el Estado brasileño de Roraima y en Curazao, un territorio autónomo de los Países Bajos a menos de 100 kilómetros de la costa venezolana. En Miami se almacenan ayudas que el próximo martes llegarán directamente a la isla caribeña. Guaidó ha asegurado que la asistencia será distribuida con el apoyo de voluntarios, la iglesia católica y varias ONG, e ingresará «sí o sí» el 23 de febrero, el mismo día en que cumplirá un mes de haber jurado como presidente.
El primero de los aviones llevaba 70 toneladas de asistencia. La víspera, 2,5 toneladas de ayudas provenientes de Puerto Rico llegaron a Tienditas, y en total más de 260 toneladas se encuentran custodiadas y protegidas, según los cálculos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), la entidad colombiana encargada de gestionar el almacenamiento. Chile también se comprometió a entregar 17 toneladas para paliar la crisis. “La ayuda va a pasar, y lo bueno es que tiene fecha. Estamos a siete días de que esto sea una realidad”, aseguró Lester Toledo, el representante de Guaidó, quien vislumbra una «marea de gente» que resguarde las medicinas y alimentos.
Maduro, que aún conserva de su lado a la mayoría de los uniformados, niega que exista una emergencia humanitaria y considera el ingreso de las ayudas, que ha calificado como “migajas”, una mera excusa para una intervención. Venezuela afronta este pulso decisivo en medio de un colapso económico marcado por una galopante hiperinflación, además de la dramática escasez de alimentos y medicinas, lo que ha empujado a unos tres millones de ciudadanos a salir de su país, con cerca de 1,2 millones afincados en Colombia.
Internacionales
León XIV explica que eligió su nombre por su compromiso con las causas sociales

León XIV explicó este sábado que eligió su nombre papal por su compromiso con las causas sociales, ante los desafíos de la nueva revolución industrial y los retos de la inteligencia artificial.
Las declaraciones del nuevo líder de la Iglesia católica, nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano, son escrutadas por todo el mundo tras su elección el jueves.
En un discurso ante los miembros del Colegio Cardenalicio, el pontífice explicó que la elección de su nombre papal refleja su compromiso con las causas sociales defendidas por León XIII, que durante el siglo XIX fue un decidido defensor de los derechos de los trabajadores.
«Pensé tomar el nombre de León XIV. Hay varias razones, pero la principal es porque el papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial», declaró el pontífice de 69 años.
Esta encíclica de 1891, un tipo de texto donde los papas abordan asuntos importantes puede traducirse como «cosas nuevas» o «innovaciones» y es la base de la doctrina social de la Iglesia católica que tiene como objetivo promover la dignidad de la persona, la solidaridad y el bien común, entre otros valores.
«Hoy la Iglesia ofrece a todos, su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial, que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia y el trabajo», dijo.
En la primera misa de su pontificado el viernes, este antiguo misionario nacido en Chicago y que ejerció como obispo en Perú, denunció el declive de la fe en favor del «dinero», el «poder o el placer».
Tras su elección como líder espiritual de 1,400 millones de católicos en el mundo, Robert Francis Prevost ha perfilado poco a poco su estilo.
El jueves por la noche, en su primera aparición en público inmediatamente después de su elección habló en italiano y español desde el balcón de la basílica de San Pedro ante la multitud.
Internacionales
China califica de «paso importante» las primeras discusiones comerciales con EE. UU.

China calificó el sábado de «paso importante» las primeras conversaciones comerciales con Estados Unidos desde el inicio de la guerra de aranceles del presidente Donald Trump, que se llevan a cabo este fin de semana en Ginebra.
Por parte de Estados Unidos participan el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante de Comercio de Estados Unidos, Jamieson Greer.
China está representada por el vice primer ministro chino, He Lifeng.
«El contacto establecido en Suiza es un paso importante para promover la resolución del problema», indicó un comentario publicado por la agencia oficial de noticias Xinhua, sin dar detalles sobre el avance de las negociaciones.
La delegación estadounidense tampoco hizo ningún comentario.
Las discusiones empezaron el sábado en un lujoso chalet del Representante Permanente de Suiza ante las Naciones Unidas en Ginebra y deberían continuar el domingo.
«Al presidente le gustaría resolver el problema con China. Como dijo, le gustaría apaciguar la situación», aseguró el secretario de Comercio, Howard Lutnick, el viernes en Fox News.
La rebaja anunciada por Trump sigue siendo simbólica porque a ese nivel los aranceles aduaneros siguen teniendo un gran impacto para las exportaciones chinas a Estados Unidos.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha convertido los aranceles en arma política e inicialmente anunció aranceles del 145% a China, que se suman a los que ya existían.
Pekín ha prometido luchar «hasta el final» y respondió con aranceles del 125% a los productos estadounidenses.
El resultado es que el comercio bilateral entre las dos primeras economías mundiales se ha estancado y los mercados han sufrido grandes turbulencias.
Internacionales
Trump sugiere reducir al 80 % los aranceles a productos chinos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió este viernes rebajar al 80 % los aranceles que impuso a China, la víspera de negociaciones comerciales entre ambos países en Suiza.
Desde que Trump regresó a la Casa Blanca en enero, su administración ha impuesto tarifas aduaneras de hasta 145 % a productos procedentes de China en varias oleadas.
Pekín tomó represalias con gravámenes del 125 % a las importaciones estadounidenses y otras medidas.
Desde entonces, el comercio bilateral prácticamente se ha paralizado.
«¡80 % de aranceles a China parece correcto! Depende de Scott B.», escribió Trump en su red Truth Social sobre el secretario del Tesoro, Scott Bessent, que liderará el equipo estadounidense en las negociaciones en Ginebra.
Bessent y el representante comercial Jamieson Greer prevén reunirse este fin de semana en Ginebra con el vice primer ministro chino, He Lifeng, para sentar las bases de las negociaciones.
En otro mensaje Trump afirmó este viernes que «China debe abrir su mercado a Estados Unidos». «¡Sería tan bueno para ellos! ¡Mercados cerrados ya no funcionan!», añadió.
Las conversaciones previstas en Ginebra son «un paso positivo y constructivo hacia la distensión», declaró el viernes la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala.
Sin embargo los analistas tienen reservas.
«Quienes recordamos la primera guerra comercial entre China y Estados Unidos en 2018-19 [durante el primer mandato de Trump] recordamos las peripecias. Hubo reuniones, retrocesos. Tomó mucho tiempo alcanzar una primera fase de acuerdo», declaró a la AFP Josh Lipsky, director del departamento de geoeconomía del centro de reflexión estadounidense Atlantic Council.
«Creo que es principalmente para demostrar que ambas partes dialogan y eso es importante», estimó por su parte Xu Bin, profesor de economía en la Escuela internacional de negocios China-Europa (CEIBS), a periodistas en Shanghái.
«Ninguna de las partes puede permitirse que esto continúe», añadió el economista, que no espera que los aranceles vuelvan a un «nivel razonable».
– Un gran acuerdo –
Suiza aprovechó su papel de anfitrión para abordar su propio caso con altos cargos estadounidenses, cuando Washington amenaza con imponer un recargo del 31% a sus productos.
La presidenta de la confederación, Karin Keller-Sutter, afirmó que ambas partes «acordaron» acelerar las negociaciones.
Desde enero Trump, un proteccionista acérrimo, ha lanzado una guerra comercial sin cuartel: nuevos aranceles a varios sectores (25% sobre el acero, el aluminio y los automóviles) y gravámenes universales (10% sobre la mayoría de los productos que entran en Estados Unidos, sea cual sea su origen). Y amenaza con más.
Había previsto tarifas aduaneras aún más altas para los socios con los que Estados Unidos tiene déficit comercial, pero las suspendió hasta principios de julio, salvo para China, para dar margen a negociaciones.
El magnate republicano ha afirmado en varias ocasiones que China tiene más prisa que Estados Unidos en llegar a un trato porque, según él, el país asiático depende mucho de las exportaciones y del acceso al mercado estadounidense.
«Quieren hacer negocios con nosotros y nosotros con ellos. Creo que ese es el objetivo de Scott Bessent y también de la delegación china», declaró el jueves a la CNBC el secretario de Comercio, Howard Lutnick.
«Creo que es el resultado que espera el presidente, un mundo de desescalada en el que empecemos a comerciar de nuevo entre nosotros y en el que trabajemos juntos en un gran acuerdo», añadió.
Son declaraciones realizadas después de que Estados Unidos y el Reino Unido informaran de un acuerdo bilateral «histórico».
El documento se hizo público el viernes. Sólo tiene cinco páginas y «no es jurídicamente vinculante».
Debería permitir al Reino Unido eludir la mayor parte de los recargos estadounidenses sobre sus automóviles y abrir el mercado británico a más productos agrícolas estadounidenses.
Está previsto que ambos países sigan negociando para formalizar sus compromisos, pero los aranceles estadounidenses sobre los productos británicos se mantienen por el momento, según un portavoz del gobierno británico.
La administración de Trump sostuvo que el acuerdo con Londres beneficia a ambos, pero más a Estados Unidos.