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El Mexicano, el «ministro de guerra» de Pablo Escobar al que la guerrilla tuvo la osadía de robar
La guerrilla vigilaba los cultivos ilícitos y laboratorios de procesamiento de cocaína del segundo del Cartel de Medellín hasta que tuvo la osadía de robarle. Entonces, se convirtieron en el principal objetivo de una guerra que no pararía hasta la muerte de José Gonzalo Rodríguez Gacha, apodado ‘El Mexicano’ por su pasión por la cultura azteca, uno de los primeros financiadores del paramilitarismo en Colombia. El mismo que estuvo en la lista de los 20 empresarios más ricos del mundo de la revista Forbes, fortuna que labró al lado de Pablo Escobar.
Gacha nació en 1947 en una humilde familia campesina de un pequeño poblado llamado Veraguas, que se sostenía vendiendo quesos. Muy pronto su afán estuvo en obtener dinero. Cuando cursaba tercero de bachillerato abandonó los estudios para siempre y viajó a Bogotá. Trabajó como camarero en un restaurante, como ayudante de bus de transporte público y como vendedor en el convulsionado sector de San Victorino, en el centro de la capital.
A inicios de los setenta empezó a trabajar para Gilberto Molina Moreno, uno de los zares de las esmeraldas -a quien mandaría a matar después para quedarse con el negocio-. Y en esas andanzas conoció a narcotraficantes. Para 1976 se unió a Pablo Escobar, Carlos Ledher y los hermanos Ochoa para formar el célebre Cartel de Medellín. Junto abrieron rutas de tráfico de droga a través de México, Haití, Nicaragua, Los Ángeles, California y Houston. En los 80, la fortuna de todos comenzaba a multiplicarse rápidamente.
Para 1988, Gacha ingresó en la lista de los 20 empresarios más ricos del mundo según la revista Forbes, amasando una fortuna de unos 230 mil dólares por minuto. Y las excentricidades le llegaron con propiedades, convirtiéndose en uno de los principales terratenientes del país. Llegó a tener más de 116, entre casas, apartamentos, fincas, lotes, establecimientos comerciales; avaluados por más de 40 mil millones de dólares.
Tenía dinero hasta en bancos internacionales de Londres, Panamá y Suiza. Y lingotes de oro escondidos en los terrenos de sus propiedades. Todavía se habla de guacas que nunca aparecieron. Por otras de sus aficiones, el fútbol, compró el equipo de Millonarios, uno de los más grandes del país, razón por la que el club estuvo en la Lista Clinton , con sus cuentas embargadas por los Estados Unidos.
Entre sus bienes más preciados estaba una cría de 40 gallos de pelea, una pistola de oro que le regaló un cantante mexicano y muchos caballos finos, entre esos el famoso Túpac Amaru, el más caro del mundo en la época, a quien quería más que a un hijo. Y una colección de sombreros de pelo guama, del que siempre llevaba uno puesto. De hecho, su andar no parecía colombiano, su afición a México le inmortalizó su apodo. Pasaba escuchando rancheras y bautizó sus propiedades más preciadas con nombres de ciudades del país azteca.
A Gacha lo describían sus conocidos -según el libro ‘La cacería de El Mexicano’ de Fernando Cortés- como un excelente amigo y extraordinario enemigo. Generoso, de asombrosa mentalidad militar, jugador y mujeriego. Para el que lo primero (y todo) era el dinero. Y para algunas autoridades mucho más despiadado que Pablo Escobar, por eso lo mataron primero.
La violencia de Gacha
A mediados de los 80, la guerrilla de las FARC le servía a Gacha como vigilante de los cultivos de coca y de sus laboratorios de procesamiento de cocaína en el Magdalena Medio a cambio de unos «impuestos». Pero para 1983 se convirtieron en sus peores enemigos, luego de la destrucción de varios de sus laboratorios y el robo de una pasta de base de coca y dinero en efectivo. La guerra fue personal. El capo se unió a ganaderos de la región para financiar a grupos paramilitares.
Gacha trajo a Colombia mercenarios israelíes y británicos para que entrenara a los paramilitares del Magdalena Medio. Así llegó a tener un ejército personal de más de mil hombres, convirtiéndose en el principal comandante del ‘narcoparamilitarismo‘. E inició una venganza contra las FARC que, entre otras cosas, generó la campaña de exterminio contra el partido político de izquierda Unión Patriótica, de quien decía era el brazo político de la insurgencia. En esa guerra murieron al menos 800 miembros del partido, entre ellos sus dirigentes.
Además, fue parte de la creación del primer grupo de autodefensas, denominado Muerte a Secuestradores (MAS). El propio Pablo Escobar tenía cierto respeto por temor a ‘El Méxicano’, que se convirtió en una especie de su ‘ministro de guerra‘, encargado de la logística para la ejecución de los crímenes que ordenó ‘El Patrón’, que dejaron más de cinco mil víctimas en la llamada «guerra narcoterrorista«. Fue Gacha quien maquinó el atentado con explosivos al DAS, que dejó más de 70 muertos.
Además, garantizó los asesinatos del ministro de Defensa, Rodrigo Lara Bonilla; del director del diario El Espectador, Guillermo Cano Isaza; y de los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal, por la Unión Patriótica, y Luis Carlos Galán, por el partido Liberal. Y del piloto estadounidense Barry Seal, quien testificaría contra el cartel; entre muchos otros que cayeron en medio de la guerra urbana de oposición a la extradición. Gacha se había convertido en uno de los principales objetivos militares del Gobierno.
«Para mí el ‘Mexicano’ sigue siendo el número uno, por encima de Pablo Escobar. Este señor estaba preparado para hacer de Colombia yo no sé qué cosa. Es increíble. Todas sus fincas estaban llenas de oro y plata, y de dólares más que todo. Y todavía hay más, porque parece que existe una montaña de oro y dólares aún no descubiertas», dijo el ex jefe del DAS, general Miguel Maza Márquez, a Fernando Cortés, según lo publicó en su libro.
La muerte
En diciembre de 1989, uno de sus hombres de confianza de Gacha, Jorge Velásquez, alias ‘El Navegante’, lo delató. Reveló su escondite en la finca El Tesoro, ubicada en el Caribe colombiano, donde se encontraba con su hijo Fredy y 25 guardaespaldas. Entonces, las autoridades pusieron en marcha la operación Apocalipsis I: cuatro comandos élite de la Policía, dos helicópteros artillados y 30 infantes de Marina lo acorralaron en su propia casa. No había escapatoria.
En medio de la huida por unos platanales, uno de los militares en el helicóptero le dio a su hijo Fredy y lo mató en el acto. Luego, Gacha quedó enredado en un alambre de púas que cercaba los cultivos, llevaba dos armas que descargó en ese momento. Y el resto de la historia está dividida en dos versiones: que un artillero le disparó en el rostro y, la casi oficial, que después de una señal de pistola a la policía se suicidó al verse acorralado. Tenía 42 años.
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Asesinan a periodista peruano que denunció a autoridades y extorsionadores
El comunicador peruano Gastón Medina, propietario y director de un canal regional que denunció casos de corrupción y a extorsionadores, fue asesinado este lunes por sicarios que le dispararon a la salida de su vivienda, en la ciudad de Ica, informó el mayor gremio de periodistas del país.
«Ha sido asesinado de varios disparos el comunicador Gastón Medina, propietario y director de Cadena Sur TV, en la puerta de su casa en Ica», señaló la Asociación Nacional de Periodistas (ANP).
El comunicador, de aproximadamente 60 años, alcanzó a ser llevado a un hospital donde se confirmó «su deceso».
Según la ANP, el comunicador «venía denunciando al Gobierno Regional, Municipalidad Provincial, Poder Judicial y a los extorsionadores» del servicio público de transporte de Ica, una ciudad de unos 453,000 habitantes del sur de Perú.
La Lupa, un reconocido portal de investigación, detalló que Medina «fue sorprendido por los atacantes cuando se dirigía» al canal.
Junto con él estaba un hombre que también resultó herido, y cuyo estado se desconoce, añadió.
El abogado Wilmer Quispe, apoderado de Medina, aseguró que se comunicó con él antes del mortal atentado.
«Él estaba muy amenazado de muerte, nosotros necesitamos una investigación profunda de la policía nacional», dijo Quispe a periodistas a la salida del hospital adonde fue trasladado Medina.
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Sube a 98 el balance de muertos por explosión de camión cisterna en Nigeria
Al menos 98 personas murieron en Nigeria por la explosión de un camión cisterna con gasolina, informaron este lunes los servicios de rescate, que actualizaron un balance previo de 86 muertos por el drama ocurrido el sábado.
El accidente ocurrió el sábado en la mañana cuando un camión cisterna con 60.000 litros de gasolina sufrió un accidente en la carretera que conecta la capital federal, Abuja, con la ciudad de Kaduna en un cruce en el estado de Níger.
El camión volcó y una multitud se congregó en el lugar para recoger la gasolina derramada cuando el vehículo explotó.
La crisis económica que atraviesa Nigeria desde hace un año y medio ha empujado a la precariedad a muchas personas, especialmente debido al aumento de los precios de la gasolina.
Este país, el más poblado de África, sufre una inflación superior al 30% en el último año, impulsada por las reformas económicas y los recortes del presidente Bola Ahmed Tinubu, que asumió en 2023.
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Dos heridos y destrozos deja ataque con explosivos contra una sede de la fiscalía peruana
Un ataque con explosivos hirió a dos personas y causó destrozos este lunes en la fiscalía de Trujillo, en el norte de Perú, en una presunta acción del crimen organizado que ha multiplicado sus extorsiones en esa ciudad, según informaron autoridades.
Un sujeto a bordo de una moto, con una maleta a las espaldas como la que usan los repartidores de comida, dejó por la madrugada una carga de dinamita que estalló poco después frente al edificio del Ministerio Público, de acuerdo con imágenes de una cámara de seguridad que difundieron medios de comunicación.
La explosión «ocasionó lesiones de consideración a dos ciudadanos» y «severos daños (…) en las oficinas, equipos tecnológicos, puertas y ventanas, entre otros», señaló la fiscalía en un comunicado.
La jefa general del organismo, Delia Espinoza, atribuyó el ataque al crimen organizado.
«Esta dinamita procedería de la minería ilegal, eso lo que nos está confirmando es que la criminalidad organizada está operando», dijo la funcionaria al canal RPP.
Según Espinoza, el ataque pudo haberse perpetrado en represalia por recientes capturas de miembros de bandas organizadas.
«Esta es una amenaza directa a la señora fiscal que tendría que presentar la acusación contra esas bandas organizadas», sostuvo Espinoza.
Por su parte, la presidencia de Perú condenó el que llamó «cobarde acto de terrorismo urbano» y dispuso que el ejército y la policía tomen «el control» de Trujillo, en el marco del estado de emergencia decretado hace más de un año por la mandataria Dina Boluarte.
«Con el objetivo de garantizar la seguridad de la ciudadanía, anuncia que las fuerzas armadas y la policía tomarán el control de la ciudad», agregó en la red social X.
Previamente, el ministerio del Interior anunció el envió de 100 efectivos de fuerzas especiales a Trujillo, de poco más de un millón de habitantes y una de las ciudades peruanas más castigadas por la extorsión bajo amenaza.