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Política

PARA USTED, EX FISCAL GENERAL DOUGLAS MELÉNDEZ

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El periodista Lafitte Fernández reveló, por medio de una publicación en redes sociales, como el extitular de la Fiscalía General de la República (FGR), Douglas Meléndez, le entregaba información a periodistas de la revista Factum.

En el comunicado, Fernández acusa a Meléndez de fabricar delitos con pruebas falsas y de “endulzar” a periodistas a los cuales les entregaba información “bajo la mesa”.

El periodista afirma que lo están acusado de un delito que no existe, que sólo puede caer sobre funcionarios públicos.

“Reconozco, abogado Douglas Meléndez, que su paso por la Fiscalía General sí le enseñó algo. Aprendió a manipular periodistas. Les metió miedo. Los endulzó. Arregló casos con ellos”.

A continuación le presentamos las declaraciones para su conocimiento:

Lafitte Fernández

Seré honesto con usted. No puedo respetar, ni respetaré nunca, a un exfiscal general que le atribuya una conducta penal a un periodista cuando la sanción es, exclusivamente, para funcionarios públicos.
Usted sabe, Douglas, que nunca he sido funcionario público. Usted me conoce. Sabe que lo único que he ejercido en mi vida es el periodismo. Decir lo contrario es falsedad de bandoleros.
Fabricar casos desde una Fiscalía General es el peor de los delitos que se pueda cometer. Significa aplicar el poder coercitivo del Estado con mala fe, saltándose el derecho, violando la moral y la ley, estropeando los juicios justos.
Cuando empezó en su cargo, lo apoyé públicamente. Creí que la fábrica de delitos con pruebas falsas se había acabado. Pero ahora pienso que son justas las protestas de alguna gente en el sentido que la adulteración de delitos no terminó con su administración.
Soy la última víctima de los falsificadores de conductas de su administración. ¿Por qué? No lo sé. Es evidente que se dio prisa para acusarme antes de largarse.
No respeto, ni respetaré nunca, a un exfiscal general que mienta en una acusación, sin remilgos ni reparos.
La acusación que presentó, abogado Meléndez, me atribuye el delito de “revelación de hechos, actuaciones o documentos secretos por EMPLEADO OFICIAL”.
Sólo el título del delito que me atribuyen, delata que usted, y sus colaboradores, aplicaron de mala fe un delito que sólo puede caer sobre funcionarios públicos. 
Explíquele a los salvadoreños donde sacará una certificación de que cumplí un oficio que nunca desempeñé. Algún fiscal de su ex fábrica de casos tendrá que hacer magia para certificar esa calidad.
Usted sabe, o no sé si le dieron el título en una universidad de “garaje”, que el delito lo comete “el funcionario o empleado público que revelare o divulgare, hechos, actuaciones, información…etc.”.
La ley que usted juró cumplir, define, claramente, quien es funcionario o empleado público. No aclarar eso en una acusación penal, es cinismo puro. Barbarie jurídica, le llamo yo.
Ojalá me equivoque, pero espero que ese cinismo no sea hijo de bondades políticas. Pero de lo que no tengo duda es que ocurrió una estafa a la justicia en un juicio injusto que apenas comienza.. ¿Por qué la saña?
Mucho menos puedo confiar en un exfiscal general que diga que entorpecí o desvié una investigación oficial. Usted sabe que si el periodismo no interviene en el caso de Francisco Flores, nadie, ni siquiera usted, sabría lo que pasó con el dinero de Taiwán.
Tampoco, Douglas, puede decir que cometí el delito de revelar un secreto. Mi oficio como periodista es precisamente ese: revelar lo que se tiene oculto. Eso fue lo que hice. Cumplí el papel que un periodista desempeña en una democracia.
Usted sabe, y todo El Salvador conoce ( tal vez ese sea su mayor problema y debilidad), que mi única conducta fue contribuir para que los salvadoreños conocieran que un expresidente recibió más de $10 millones, en una cuenta privada, del gobierno de Taiwán.
Actué como periodista. No como mercenario. Y si actué de esa forma fue porque existían fiscales, no sólo uno, no se equivoque, que estaban hartos, indignados y hasta asqueados porque su predecesor, Luis Martínez, no quería iniciar ninguna investigación contra Francisco Flores.
Usted sabe eso. Usted lo reconoce en escritos judiciales que tienen su firma. Poseo copias certificadas de sus apreciaciones en expedientes judiciales.
Me impresiona, y debo confesarle eso, que su desorden mental es tal que ni siquiera se percató, antes de acusarme, un día antes de largarse de su cargo, que en un expediente judicial usted confiesa que:
1. Si no hubiese sido el escándalo mediático, Martínez no investiga jamás al expresidente Flores. Esto destaca el interés público en todo lo que pasó.
2. Que por siete meses, su antecesor ocultó el documento que mostraba la conducta financiera de Flores. Es decir, que antes de denunciarse en la prensa todo el asunto se mantenía asquerosamente oculto en la Fiscalía General. Aún más: usted conoce que ese documento se ocultó por diez años. Quienes lo ocultaron son quienes deberían tener orden de captura. No yo.
3. Que antes de las publicaciones no existía ninguna investigación. Ni siquiera administrativa.
Pero lo que más me preocupa, lo más insano de esto, lo que usted jamás podrá justificar, aunque saque tres maestrías en derecho en Europa, es cómo me aplicó una prohibición penal con la que sólo se sanciona a funcionarios públicos.
Desde que miré eso, quedé notificado de su mala fe, de su fraude legal, de su intoxicación mental. De su irrespeto al ejercicio de una libertad pública tutelado por el Estado. Le sugiero, entonces, que lea un tratado sobre las libertades del pensamiento.
Honestamente: si eso lo hizo conmigo, no sé qué más habrá hecho con otros salvadoreños durante su paso por la Fiscalía General. Ahora no sé si fui el último acusado de su gestión pública para ocultar su mala fe y estafa moral, o si sus estudios de derecho en una dudosa universidad nunca le permitieron entender que la revelación de secretos es prohibición exclusiva de empleados públicos.
Si se estudia la forma cómo manejó mi caso, solo se puede concluir lo siguiente: a) su inquina contra Mauricio Funes es tal que se le enfermó hasta el juicio crítico y la capacidad de discernimiento. Eso es lo que creo. Entonces para perseguir a un ex funcionario, se empeñó en aniquilar un periodista. 
B) La otra razón es que usted tenga una enorme deuda con los estadounidenses. Y, antes de abandonar su cargo, quizá debía darle muestras a sus “amigos” que vengaría el hecho de que se diera a conocer un documento del Departamento del Tesoro.
Esta última conducta tampoco se la entiendo, Douglas Meléndez: la lucha contra la corrupción es válida contra cualquiera menos contra Francisco Flores. Si esa es su doctrina, váyase a vivir a un país que le devuelva la serenidad mental y le enseñe a reconocer la dignidad.
Y sáquese de la mente cualquier otra tontera que no podrá probar porque no es cierto. Entienda de una vez por todas: no hubo dinero. Sólo valió el interés público que, es en el fondo, lo que usted no pudo defender en estos asuntos. No sé si se le hace muy difícil comprender eso.
EL MELÉNDEZ QUE CONOCÍ
Usted debe acordarse. A usted lo conocí, hace muchos años. No fui su amigo pero creí haberle enseñado lo que puede contribuir el periodismo con la investigación criminal, con la búsqueda de la verdad en casos de auténtico bien para un país.
La primera vez que me topé con usted fue hace más de veinte años. Usted daba sus primeros pasos como fiscal. Lo conocí porque, al poco tiempo de instalarme a vivir en El Salvador, dirigí una investigación periodística pionera. Los resultados de esas pesquisas se convirtieron en el primer caso relevante que usted, Douglas Meléndez, manejó en su vida como fiscal.
Prueba de lo que afirmo es que usted incluyó ese caso en el resumen de vida que presentó, ante la Asamblea Legislativa, cuando rogó a los diputados que lo eligieran como fiscal general de El Salvador.
Usted sabe lo que pasó, Douglas. Todo sucedió cuando un grupo de periodistas investigamos, denunciamos y probamos que policías nombrados tras los Acuerdos de Paz mataron, a patadas, al joven estudiante de medicina Adriano Vilanova.
El muchacho vivía en Planes de Renderos, en las afueras de San Salvador. Su padre es médico oftalmólogo. Su madre era una angelical mexicana que nunca se cansó de llorar y condenar lo que los policías hicieron a su hijo. Estoy seguro que la batalla interior fue lo más fuerte para esa valiente mujer. Usted la conoció y tal vez crea lo mismo.
El asesinato de Adriano Vilanova lo trataron de ocultar autoridades del gobierno de ese entonces. Cambiaron los resultados de la autopsia. Trastocaron las causas de la muerte. Arreglaron la autopsia a pedido de algún poderoso. 
Los defensores de los policías dijeron que el estudiante murió atropellado por un auto que lanzó a un barranco el cuerpo de Adriano Vilanova. Tuvimos que contratar hasta un topógrafo para demostrar que ni un cohete lunar lanza un cuerpo a más de trescientos metros, tras embestirlo.
Lo que hicimos fue épico pera el periodismo centroamericano. El asesinato cometido por corruptos policías ha sido el único crimen probado por periodistas salvadoreños sin ayuda de investigadores oficiales. Muchos trataron de detener las pesquisas periodísticas. Hasta el ministro de seguridad pública de la época trató esconder la podredumbre policial.
El único valiente y justo fue Rodrigo Ávila, el exdirector de la Policía Nacional Civil (PNC), quien creyó en nosotros y ordenó detener a todos los policías de Planes de Renderos, casi a medianoche. Usted también fue informado de eso, Douglas.
Tengo que reconocerle que usted acusó a los policías y logró la condena de esos delincuentes. Pero esperaba que hubiese comprendido que para hacer esa investigación se tuvo que proteger a policías honrados que delataron a los asesinos. Y los protegimos nosotros, los periodistas.
Pocos supieron que el actual director editorial de La Prensa Gráfica, Gabriel Trillos, acabó escondido en Nicaragua porque lo querían matar. Otra periodista la resguardamos, durante semanas, en Antigua Guatemala con la ayuda de amigos.
En el caso del ex fiscal que acusan, yo no lo escondí en una propiedad que poseo en Costa Rica. Eso es enteramente falso. Pero si hubiese podido hacerlo, lo hago. No le quepa la menor duda. Y lo habría hecho para servirle a todos los salvadoreños honestos que debían conocer lo que pasó con el dinero taiwanés.
Creí que había conocido los riesgos del periodismo. La ética de los periodistas. Sus responsabilidades. La solidaridad que debe tener con sus fuentes de información protegidas, legalmente, desde hace rato en El Salvador.
Me equivoqué. A usted lo gobernaron las vanidades, el odio, los rencores, las conductas obsesivas, las malas pasiones y el escaso estudio jurídico de las normas locales e internacionales que protegen el ejercicio del periodismo
Reconozco, abogado Douglas Meléndez, que su paso por la Fiscalía General sí le enseñó algo. Aprendió a manipular periodistas. Les metió miedo. Los endulzó. Arregló casos con ellos.
Cuando se conoce de periodismo, se determina, fácilmente, a quienes les pasaba usted pruebas de su fábrica de casos penales arreglados. Aprendió a pasar, debajo de la mesa, a hurtadillas, grabaciones, intervenciones telefónicas, expedientes confidenciales y otras dudosas pruebas. Ellos se convirtieron en sus escritores preferidos.
Lo que nunca le explicó al periodismo, y estos fueron incapaces de preguntar, fue la legalidad, o no, de las grabaciones y muchas otras falsas pruebas que les pasó. ¿Fue fácil dormir a algunos de ellos?
Los omisos fueron siempre los periodistas. Tal vez usted les enseñó a que dijeran: “ yo soy periodista, no abogado”, cuando se les demanda a algunos mayor juicio crítico a la hora de valorar pruebas legales o ilegales. Le aplaudo la forma cómo les borró buena parte del método periodístico que deben emplear mis colegas. ¡Hasta leí cómo atribuían un asesinato a una persona con un solo testigo ciego, ni citado!
En mi caso, usted le pasó grabaciones a la revista Factum donde ni siquiera se escucha mi voz. Suponen que es mi voz. Ni siquiera se sabe si Funes hablaba conmigo o con un tercero que habló con este periodista. ¡Qué clase de desfalco le vendió a la revista Factum!
En todo caso, esa grabación que no sé, ni nadie puede pensar que es tal, lo que se puede escuchar es que tratan de presionar a alguien para que lleve a una persona ante el expresidente Funes.
¿Sabe qué es lo peor de todo eso, abogado Meléndez? Que ahora, los engañados por usted, corren por las calles pregonando que hicieron una investigación cuando nada de lo que hicieron es tal. 
Usted, y sus colaboradores, anularon tanto a los periodistas que ni siquiera le preguntaron si las grabaciones que entregó ( prueba de nada) son válidas o espurias. Es evidente que son espurias y no le temo, para nada, a su contenido. No son prueba de ninguna actividad ilícita. Por ahí hay que empezar.
También les anuló en su totalidad, el juicio crítico; ni siquiera fueron capaces, esos periodistas, de preguntarle el por qué le aplicaba una prohibición para funcionarios públicos a un periodista.
Esos periodistas son tan, pero tan incapaces, que ni siquiera sacaron el tiempo para leer sus confesiones contenidas en el expediente judicial de las acusaciones contra de Luis Martínez, su antecesor.
Era parte de un periodismo mínimo leer las afirmaciones que usted incluyó sobre el papel de los medios de comunicación en el caso de Flores y confrontar eso con la acusación en mi contra. Hábil, muy hábil, señor ex fiscal general, para marear periodistas.
Usted los dejó tan atontados con sus maniobras que repican su éxito diciendo que, el trabajo de ellos (no la manipulación suya), provocó la orden de detención de tres personas. 
Usted, exfiscal general, ofreció dignidad, seriedad y justicia cuando juró su cargo. Juró juicios justos. Juró buscar y encontrar la verdad.
Soy el último esquilmado por sus acciones. Soy su última víctima. Pero también soy el que no dejará de pelear para poner en evidencia su fábrica de casos arreglados.
Cumplí con mi deber. Ayudé a denunciar a un expresidente que recibió al menos $10 millones en una cuenta personal que abrió, precisamente, con una llamada telefónica, en un banco de Costa Rica.
Si eso le duele a usted, Douglas Meléndez, pago cualquier costo por eso siempre que nazca de un juicio justo y limpio. Ojalá en él se hable de libertades públicas protegidas constitucionalmente. Ojalá nos alejemos, en ese debate, de la porqueriza que trató de tenderme con sus manipulaciones. 
Si lo que hice le duele a los estadounidenses, deles mi pésame. Si lo que ocurrió le duele a una parte de la clase política, que se miren en el espejo. Así sabrán como son.

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Política

TSE presenta programas del Plan General de Elecciones 2027

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El Tribunal Supremo Electoral (TSE) dio inicio este lunes a la presentación oficial de los 46 programas que conforman el Plan General de Elecciones (Plagel) 2027, un paso clave en la organización de los comicios previstos para el 28 de febrero de ese año.

Según explicó la institución, el Plagel representa el tercer documento fundamental en el proceso electoral, junto al Plan Estratégico Institucional (PEI) y el calendario electoral. “Esta presentación permitirá un análisis detallado de cada programa para su posterior aprobación, garantizando el orden, eficiencia y modernización en la fiesta electoral de 2027, dentro y fuera de El Salvador”, señaló el TSE.

De los 46 programas presentados, 24 están orientados al voto nacional y 22 al sufragio en el exterior. Cada uno será evaluado y aprobado conforme al procedimiento establecido por el organismo electoral, con el objetivo de asegurar un desarrollo fluido y transparente del proceso.

El Plagel también contempla los presupuestos operativos, jurisdiccionales, administrativos y contralores, que permitirán dar soporte técnico y logístico a toda la jornada electoral.

Como parte del calendario electoral ya divulgado, el TSE recordó que desde el 30 de enero de 2027 los salvadoreños en el exterior podrán emitir su voto de forma remota por internet. Además, ya está habilitado el periodo autorizado para realizar el cambio de domicilio en el Documento Único de Identidad (DUI), un paso necesario para actualizar el registro electoral.

En los comicios de 2027, los ciudadanos elegirán a 60 diputados a la Asamblea Legislativa y a 44 concejos municipales, tanto dentro como fuera del país.

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Política

TSE establece calendario electoral para el voto en el extranjero en 2027

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Los salvadoreños residentes en el exterior podrán ejercer su derecho al voto de manera remota a partir del 30 de enero de 2027, según el calendario electoral para el sufragio en el extranjero publicado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). La modalidad en línea estará disponible hasta el 28 de febrero, fecha en que también se realizará la votación presencial, de acuerdo con el huso horario de cada país.

Como parte de la planificación electoral, el TSE activará el Plan General de Elecciones (Plagel), que comprende 22 programas enfocados en logística, tecnología y operatividad. Estas acciones tienen como objetivo garantizar la seguridad del proceso, la accesibilidad para los votantes en el exterior y la capacitación de los actores clave en los países con mayor concentración de la diáspora salvadoreña.

«Te compartimos algunas de las actividades más importantes para que puedas ejercer el sufragio desde cualquier lugar del mundo», publicó el TSE en su cuenta oficial de X (antes Twitter).

Entre las fechas más relevantes del calendario figura la suspensión para modificar el domicilio en el Documento Único de Identidad (DUI) con fines electorales, la cual entrará en vigor el 27 de febrero de 2026. Asimismo, la promoción institucional del voto en el exterior comenzará el 8 de octubre de 2025 y se extenderá hasta el 31 de agosto de 2026.

El proceso de creación y cierre del Registro Electoral para el Voto Electrónico (REVEL) en todas sus modalidades se desarrollará del 16 de junio de 2025 al 4 de noviembre de 2026. Además, se realizarán simulacros y pruebas del sistema de votación entre el 27 de julio de 2026 y el 12 de febrero de 2027.

La organización de la Junta Electoral de Voto en el Extranjero (JELVEX), encargada de supervisar la votación remota, está prevista entre el 27 de agosto y el 28 de noviembre de 2026. Los preparativos de las papeletas de votación, tanto para el sistema remoto como para la modalidad presencial electrónica, se llevarán a cabo entre el 18 y el 30 de diciembre de ese mismo año.

La presidenta del TSE, Roxana Soriano, hizo un llamado a la diáspora, a los partidos políticos y a las instituciones aliadas a sumarse al proceso electoral de 2027. “Juntos construiremos un proceso ejemplar, donde la voluntad de la diáspora se refleje con integridad, respeto y equidad”, expresó.

En las elecciones generales de 2024, un total de 331,756 salvadoreños votaron desde el exterior; de ellos, 242,110 lo hicieron a través de Internet (73 %) y 89,646 de manera presencial (27 %).

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Política

Partidos políticos deberán convocar elecciones internas en marzo de 2026

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Los partidos políticos legalmente inscritos en El Salvador deberán comenzar a convocar elecciones internas a partir del 6 de marzo de 2026, como parte del calendario electoral previo a los comicios legislativos y municipales programados para el 28 de febrero de 2027.

De acuerdo con el cronograma publicado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), los institutos políticos tendrán hasta el 29 de julio de 2026 para desarrollar sus procesos internos y definir a los candidatos que competirán por diputaciones a la Asamblea Legislativa y por los concejos municipales.

Estas actividades se realizan en cumplimiento de lo estipulado en la Ley de Partidos Políticos. El artículo 37-B establece que la comisión electoral de cada partido debe convocar a elecciones internas con al menos seis meses de anticipación a la convocatoria oficial a elecciones nacionales. Asimismo, el artículo 37-K indica que dichos procesos deberán completarse a más tardar dos meses antes de esa convocatoria, prevista para el 30 de septiembre de 2026.

Una vez concluidos los procesos internos, cada partido deberá oficializar a sus candidatos mediante su inscripción ante el TSE. Según el calendario electoral, la inscripción para diputaciones a la Asamblea Legislativa y al Parlamento Centroamericano se realizará entre el 1.º de octubre y el 19 de noviembre de 2026, mientras que para concejos municipales el plazo será del 9 al 19 de noviembre de ese mismo año, conforme lo establece el artículo 142 del Código Electoral.

Actualmente, el TSE registra como partidos inscritos a ARENA, FMLN, Democracia Salvadoreña (DS), Fuerza Solidaria, GANA, Nuevas Ideas, PAIS, PCN, FPS, PDC y VAMOS. En 2023, al menos 12 partidos convocaron procesos internos en cumplimiento del calendario previo a las elecciones generales celebradas en 2024.

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