Internacionales
Empresas japonesas le piden a sus trabajadoras no embarazarse el mismo tiempo
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En Japón, donde la disminución de la natalidad es cada vez más preocupante, los responsables de algunas empresas imponen a sus empleadas con deseos de ser madres una orden de prioridad para evitar que queden embarazadas al mismo tiempo.
Sayako (seudónimo), que trabaja desde hace 16 años en guarderías, recuerda su sorpresa cuando su jerarquía intentó disuadirla de tener un segundo hijo, después de que hubiera visto a un médico por un problema de infertilidad.
«¿Por qué no se toma un descanso puesto que ya tiene uno?», le preguntaron, añadiendo que otra mujer de su servicio, mayor que ella y recién casada, era prioritaria para quedarse embarazada.
«Me quedé boquiabierta», cuenta esta japonesa de 35 años, que decidió cambiar de trabajo y acaba de tener a una hija. «Creo que habría pedido perdón si hubiera seguido y me hubiera quedado embarazada».
El marido de otra puericultora, que se había ‘atrevido’ a quedar embarazada antes que una de sus compañeras que tenía prioridad, denunció esta práctica en una carta enviada al diario Mainichi Shimbun. La pareja tuvo que pedir disculpas a la directora de la guardería.
«¿Cómo se han atrevido a infringir el reglamento sin pedir permiso?», les preguntó esta.
Sentimiento de culpa
«No es tan raro, es una práctica corriente en los lugares donde trabajan mujeres jóvenes. No les parece injusto, más bien se sienten culpables ante la idea de ausentarse a causa de la maternidad», explicó Kanako Amano del instituto de investigación NLI.
Muchas mujeres deciden por tanto renunciar a su deseo de formar una familia o simplemente dejar el trabajo cuando quedan embarazadas. «Tanto las mujeres como los hombres consideran que el lugar de trabajo pertenece a los hombres y que es normal que las mujeres lo abandonen durante su embarazo», asegura.
Amano afirma que esto ha tenido un papel en la disminución de la natalidad que sufre Japón desde hace décadas.
Según encuestas recientes, un 40% de los japoneses creen que el papel de las mujeres consiste en «administrar la casa», y el de los hombres, en «trabajar fuera». Las opiniones contrarias aumentan, pero lo hacen lentamente.
La escasez de mano de obra en varios sectores, entre ellos el del cuidado de los niños y las personas mayores, hace «inevitable» el hecho de que las mujeres esperen su turno para quedarse embarazadas, afirma Naoki Sakasai, responsable del Instituto de Investigación sobre la Primera Infancia y la Educación.
‘Por el bien común’
Esas medidas impuestas por las empresas son ilegales, pero quedan siempre impunes, ya que no suelen ser denunciadas y no hay pruebas porque se formulan oralmente.
A menudo las víctimas no se atreven a hablar de ello, ni siquiera con los sindicatos.
La situación no mejora cuando las mujeres regresan al trabajo después de su embarazo. La mitad de ellas acaban renunciando.
«Cuando pedí una formación para un futuro ascenso, mi superior jerárquica me dijo: ha tomado una baja por maternidad, trabaja con horarios reducidos y además quiere una formación. ¿Qué será lo próximo?», recuerda Mayu (seudónimo).
«Oí eso tres veces en cinco años, por parte de distintos jefes», añade.
Esta mujer considera que el hecho de trabajar menos tiempo para poder ocuparse de su niño «arruinó la carrera a la que aspiraba», y recuerda que las mujeres que tienen puestos directivos renunciaron a menudo a procrear.
El año pasado se registraron menos de un millón de nacimientos en Japón, la mitad de la cifra de hace 50 años, aunque la población era menos importante en aquel momento.
Se necesita un verdadero cambio de cultura para revertir esta tendencia, dice Amano.
Existe una expresión japonesa, «messhi hoko», que significa «sacrificar su vida privada por el bien común». El hecho de aplicarla al trabajo es, según la investigadora, la causa de todos esos males.
Internacionales
Al menos 3 muertos y 74 heridos tras caer techo de centro comercial en Perú
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El accidente ocurrió en el complejo comercial Real Plaza de Trujillo, la tercera ciudad del país ubicada unos 500 km al norte de la capital Lima.
Según medios locales, en el momento del accidente había decenas de familias en el patio de comidas del recinto, donde todavía pueden quedar personas atrapadas bajo los escombros.
«Hasta el momento tenemos tres fallecidos, dos caballeros y una dama», dijo el comandante Gelqui Gómez, inspector departamental del Cuerpo de Bomberos en declaraciones al canal América TV desde el lugar.
El ministerio del Interior también señaló a través de un mensaje en la red X que «hay tres fallecidos».
La cifra de heridos se incrementó a 74, según el Aníbal Morillo, gerente de Salud del gobierno regional de La Libertad, cuya capital es Trujillo.
«Son 74 heridos que hemos evacuados a las hospitales y clínicas, dentro de los cuales 10 son niños. Hay 11 heridos graves», dijo a la radio RPP Morillo.
En un primer reporte el Ministerio de Salud había cifrado en 20 los heridos.
Más de un centenar de bomberos y policías se encuentran en el centro comercial removiendo escombros en busca de supervivientes, según imágenes difundidas por las televisoras.
Varias ambulancias llegaron al lugar y salieron hacia los centros hospitalarios con los lesionados.
«¡Solo estoy aquí, ayuda!», gritaba una persona atrapada según imágenes en Facebook.
«Hay un niño que está atrapado» bajo las estructuras metálicas del techo, agregó Morillo citado por el canal de televisión Panamericana.
Según el Centro de Operaciones de Emergencia regional, la caída del techo ocurrió aproximadamente a las 20H41 (01H41 GMT del sábado), pero fue reportada solo hasta media hora después.
El ministro del Interior, Juan José Santiváñez,estimó que el área del techo colapsada era de «entre 700 a 800 metros cuadrados».
«Necesitamos grúas hidráulicas para poder levantar parte del techo que aún no se ha podido retirar por lo pesado que es y poder continuar con las labores de rescate de las personas que estarían atrapadas», declaró el ministro al canal N de televisión
Mientras tanto, la Fiscalía de Trujillo inició diligencias contra los que resulten responsables del presunto delito contra la vida.
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Octava noche en el hospital para el papa Francisco, que «no está fuera de peligro»
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«El papa Francisco descansó bien», afirmó la Santa Sede en un escueto comunicado el sábado por la mañana. Aún así, no está «fuera de peligro» y permanecerá ingresado «al menos toda la próxima semana», indicaron sus médicos el viernes.
El pontífice no pronunciará la tradicional oración del Ángelus el domingo, pero si enviará un texto que será publicado, al igual que la semana pasada, declaró el sábado Matteo Bruni, portavoz del Vaticano.
Francisco ingresó en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis el 14 de febrero y este martes la Santa Sede anunció que padecía una neumonía bilateral, una infección del tejido pulmonar potencialmente mortal.
La hospitalización del jefe de la Iglesia católica ha atizado las conjeturas sobre su futuro, aunque los médicos aseguraron el viernes que se ha podido parar y no está conectado a ninguna máquina.
En los últimos días el papa ha recibido en el hospital a sus colaboradores más cercanos, lee, firma documentos y hace llamadas telefónicas.
A inicios de semana recibió la visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien afirmó que lo vio «alerta», «receptivo» y que incluso «bromearon».
Los cardenales se mostraron positivos asegurando que iba «por el buen camino».
«Noticias alentadoras»
Esta hospitalización, la cuarta desde 2021, reavivó la preocupación por la salud del líder de la Iglesia católica, ya debilitado por una serie de problemas en los últimos años, desde operaciones de colon y del abdomen hasta dificultades para andar.
La inquietud sobre la salud del papa fue en aumento tras la difusión de falsas informaciones en las redes sociales, sobre todo en X, que reportaban la muerte del papa en varios idiomas.
«Sé que algunos por ahí dicen que ha llegado mi hora, ¡siempre me traen mala suerte!», le dijo Francisco, según la prensa italiana, a Giorgia Meloni durante su visita.
La hospitalización de Jorge Bergoglio, líder espiritual de 1.300 millones de católicos y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, avivó las especulaciones sobre su capacidad para continuar en el cargo, pese a que el derecho canónico no prevé ninguna disposición en caso de problema grave que alterase su lucidez.
También reavivan las especulaciones sobre una posible renuncia del papa, alimentadas por los opositores a Francisco, sobre todo en los círculos conservadores.
«Tengo la impresión de que se trata de especulaciones inútiles», comentó el sábado el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos del Vaticano, en una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera.
«Gracias a Dios, las noticias que llegan de Gemelli son alentadoras, se está recuperando», añadió.
A pesar de los reiterados problemas de salud de los últimos años, el papa Francisco, conocido por su fuerza de carácter, ha mantenido una cargada agenda, aunque sus médicos insisten en que tendría que frenar un poco sus actividades.
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Ortega juramenta a su leal jefe del Ejército de Nicaragua para un cuarto mandato
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Ortega elogió la «lealtad» del general Avilés, en un acto militar en Managua también presidido por su poderosa esposa Rosario Murillo, y al que asistieron delegados de países aliados como Cuba, Venezuela, Rusia y Honduras.
Investigaciones de medios de comunicación nicaragüenses como Confidencial, que trabajan desde el exilio en Costa Rica, señalan que Ortega ha aumentado los millonarios negocios de los militares para «comprar su fidelidad».
Ortega, exguerrillero de 79 años que gobernó Nicaragua en la década de 1980 tras el triunfo de la revolución sandinista, está en el poder desde 2007 y sus críticos lo acusan de instaurar una «dictadura familiar», junto a su esposa, de 73 años.
El fallecido hermano del presidente, el general Humberto Ortega, exjefe del Ejército, había asegurado en una entrevista con el portal de noticias argentino Infobae que los militares serán fundamentales en una transición o sucesión cuando muera Daniel Ortega.
El presidente rompió con Avilés, un exguerrillero de 68 años, el tradicional relevo militar de cada cinco años, y a fines de noviembre pasado el Congreso, controlado por el gobierno, amplió a seis años el mandato del jefe del Ejército y la Policía Nacional, también fiel.
Esa modificación se dio como parte de una vasta reforma constitucional que según la oposición prepara el camino para la sucesión del poder de Ortega a Murillo o a alguno de sus hijos.
La nueva Constitución creó el cargo de «copresidenta» para Murillo y dio a ella y a Ortega un poder absoluto con el control de todos los órganos del Estado, amplió el mandato de gobierno de cinco a seis años y estableció la vigilancia de la prensa y la Iglesia.
También creó la «Policía Voluntaria», integrada por civiles encapuchados en apoyo a las fuerzas de seguridad, lo que hace referencia a los paramilitares de rostro oculto que reprimieron las protestas contra Ortega de 2018, con saldo de unos 300 muertos según la ONU.
Avilés, quien realizó estudios militares en Cuba, fue sancionado en 2020 por Washington señalado de corrupción, y es acusado por organismos de derechos humanos de tolerar y ayudar, de forma encubierta, a policías y paramilitares a atacar a los manifestantes en 2018.