Tecnología
INCREÍBLE | Las baterías con residuos nucleares, más baratas y hasta 28.000 años sin necesidad de carga

La compañía californiana NDB afirma que sus baterías cambiarán totalmente la forma de almacenar la energía, funcionando como pequeños generadores nucleares.
Podrían almacenar energía entre una década y 28.000 años sin necesidad de recargarlas, ni perdidas de rendimiento. Ofrecerán una mayor densidad de energía que las de iones de litio. Serán prácticamente indestructibles y totalmente seguras en un accidente de coche eléctrico.
En algunas aplicaciones, como los coches eléctricos, serán considerablemente más baratas que los actuales paquetes de iones de litio, a pesar de sus enormes ventajas.
El corazón de cada célula es una pequeña pieza de residuos nucleares reciclados. BND usa residuos nucleares: peligrosos, difíciles y caros de almacenar, con una vida media muy larga.
BND usa el grafito, lo purifica y lo usa para fabricar diminutos diamantes de carbono 14. La estructura del diamante actúa como semiconductor y disipador de calor. Este diamante radioactivo de carbono-14 está completamente recubierto por una capa de diamante de carbono-12 barato, no radioactivo, fabricado en laboratorio, que contiene las partículas energéticas, previene las fugas de radiación y actúa como una capa protectora segura.
Para crear una célula de batería, se apilan y almacenan varias capas de este material de nano-diamante con una diminuta placa de circuito integrado y un pequeño supercondensador para recoger, almacenar y distribuir instantáneamente la carga. BND dice que se ajustará a cualquier forma o estándar, incluyendo AA, AAA, 18650, 2170 o todo tipo de tamaños personalizados.
Así que lo que obtienes es un pequeño generador de energía en miniatura con la forma de una batería que nunca necesita ser cargada y que, según NDB, tendrá un coste competitivo y a veces significativamente más bajo que las actuales baterías de litio. Esta ecuación se ve facilitada por el hecho de que algunos de los proveedores de los residuos nucleares pagarán a BND para que se los quite de las manos.
Los niveles de radiación de una célula, dice BND, serán menores que los niveles de radiación producidos por el propio cuerpo humano, lo que hace que sea totalmente seguro para su uso en una variedad de aplicaciones. A pequeña escala, esto podría incluir baterías de marcapasos y otros implantes electrónicos, donde su larga vida útil salvará al usuario de cirugías para su reemplazo. También podrían ser colocados directamente en placas de circuitos, entregando energía para la vida útil de un dispositivo.
«Imagina un mundo en el que no tendrías que cargar la batería durante todo un día. Ahora imagina que durante la semana, durante el mes… ¿Qué tal durante décadas? Eso es lo que somos capaces de hacer con esta tecnología».
Y puede escalar hasta los tamaños de los vehículos eléctricos y más allá, ofreciendo una magnífica densidad de potencia en un paquete de baterías que se proyecta que durará hasta 90 años en esa aplicación – incluso cuando cambies de coche te llevaras la batería a tu coche nuevo. Si una parte de una célula falla, la parte activa del nano diamante puede ser reciclada en otra célula, y una vez que llegan al final de su vida útil – que podría ser de hasta 28.000 años para un sensor de baja potencia que podría, por ejemplo, ser utilizado en un satélite – no dejan nada más que “subproductos inofensivos”.
«BND tiene el potencial de resolver el gran problema mundial de las emisiones de carbono de un solo golpe sin los costosos proyectos de infraestructura, los costes de transporte de la energía o los impactos ambientales negativos asociados con soluciones alternativas como la captura de carbono en las centrales eléctricas de combustibles fósiles, las plantas hidroeléctricas, las turbinas o las centrales nucleares. La capacidad de su tecnología para suministrar energía durante períodos de tiempo muy largos sin necesidad de recargar, repostar o prestar servicios les sitúa en una posición ideal para hacer frente a las necesidades energéticas del mundo mediante una solución distribuida con un impacto ambiental y unos costes de transporte de energía casi nulos».
De hecho, la batería de BND ofrece una excelente propuesta de energía durante las 24 horas del día para la vida fuera de la red. Es capaz de generar el equivalente a unos 12.000 mAh cada hora.
Si la compañía usara todo el suministro mundial de desechos nucleares de carbono-14 -algo improvable- BND dice que puede crear su propio carbono-14 de manera simple y rentable.
La compañía afirma estar lista para comenzar a construir su prototipo comercial una vez que sus laboratorios reabran después del cierre del COVID. Se espera que una versión comercial de baja potencia llegue al mercado en menos de dos años, y la versión de alta potencia se proyecta para dentro de cinco años. BND dice que está muy por delante de su competencia con patentes pendientes sobre su tecnología y procesos de fabricación.
Si cumplen todo lo que prometen, puede ser una fuente de energía revolucionaria. Una batería de tan larga duración desafiaría a las baterías desechables de muchas tecnologías modernas, llevaría a los consumidores a usar una sola batería en todos los teléfonos, coches, portátiles en décadas. Los hogares equipados con BND pueden estar conectados a la red o no. Cada batería es su propia fuente de energía verde casi inagotable, convirtiendo silenciosamente los desechos nucleares en energía útil.
Suena tan bien que es difícil de creer, esperemos acontecimientos.
Tecnología
Google lanza Gemini CLI, una herramienta de inteligencia artificial para desarrolladores con múltiples funciones
Tecnología
Científicos húngaros crean un tetraedro único que podría revolucionar el aterrizaje de naves espaciales

Investigadores de la Universidad de Tecnología y Economía de Budapest, junto con la Red de Investigación Húngara y expertos internacionales, presentaron este miércoles un objeto geométrico innovador que podría inspirar nuevas tecnologías para el aterrizaje de sondas espaciales.
Se trata de un tetraedro especialmente diseñado, denominado “Bille”, que posee una propiedad física excepcional: sin importar cómo se coloque sobre una superficie plana, siempre vuelve a reposar sobre la misma cara. Este comportamiento es similar al de un juguete tentetieso y confirma una hipótesis matemática planteada en 1984 por el matemático británico John Conway, que hasta ahora no se había logrado materializar.
El proyecto estuvo liderado por el estudiante húngaro de arquitectura Gergo Almadi y el profesor Gabor Domokos, matemático y codescubridor del “Gömböc”, un cuerpo geométrico con un único punto de equilibrio. El equipo contó además con la colaboración del profesor Robert Dawson, de la Universidad Saint Mary’s en Canadá.
El tetraedro “Bille” fue construido con tubos ultraligeros de fibra de carbono y un núcleo de carburo de tungsteno para lograr el desequilibrio de masa necesario para su funcionamiento. Durante la presentación, los investigadores demostraron en vivo la capacidad del objeto para enderezarse automáticamente tras ser colocado de cualquier forma.
Domokos destacó que este avance “es mucho más que una curiosidad matemática”, ya que sus principios podrían facilitar el diseño de sondas espaciales que recuperen de forma natural una posición vertical tras aterrizar, evitando incidentes como la volcadura de sondas lunares recientes de Japón y Estados Unidos.
“A diferencia de las pruebas teóricas, este modelo funciona en el mundo real. Y eso es lo que lo hace realmente valioso”, concluyó el científico.
Principal
China desarrolla microdron del tamaño de un mosquito para misiones de espionaje

China ha revelado un nuevo avance en tecnología militar que podría transformar el espionaje a nivel global: un microdron con apariencia de mosquito, diseñado para infiltraciones discretas en entornos sensibles.
El prototipo fue desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de la Defensa (NUDT) y presentado en un reportaje del canal militar chino CCTV-7. Uno de los estudiantes del equipo, Liang Hexiang, explicó que el dispositivo busca operar sin ser detectado, replicando el comportamiento y la forma de un insecto real.
El dron cuenta con un cuerpo delgado, tres patas diminutas y dos alas semitranslúcidas, lo que le permite camuflarse en entornos hostiles e incluso ocultarse en la palma de una mano. Su diseño apunta a labores de inteligencia donde la discreción es esencial.
Además del modelo tipo mosquito, el equipo también mostró otros microdrones, incluyendo uno con cuatro alas batientes que puede ser controlado desde un teléfono móvil, optimizado para operar en espacios reducidos.
Los ingenieros detrás del proyecto señalaron que el principal reto tecnológico radica en la miniaturización de componentes clave como sensores, sistemas de navegación, comunicaciones y especialmente las baterías, que deben ser lo suficientemente pequeñas y potentes para garantizar la operatividad del dron sin comprometer sus funciones críticas.
Este desarrollo refuerza el interés de China en la inteligencia artificial y la robótica aplicada al ámbito militar, generando expectativas —y preocupaciones— en la comunidad internacional sobre sus posibles usos.