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«Soy el prófugo más orgulloso del mundo» declara Lafitte Fernández en respuesta a su acusación por la divulgación del ROS y le deja un mensaje a la Revista FACTUM: «si quieren debatimos, por esta vía, la forma cómo nació Factum y quien pagó por eso y para qué nació ese medio»

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Tengo cuatro nietos que adoro. Anoche me reuní con tres de ellos. Llegué a casa temprano. Dos horas antes me habían notificado, desde El Salvador, que un Juez de Paz abrió un proceso en mi contra por “divulgar secretos” en ese país. También supe que en una audiencia judicial a la que no asistí, por estrategia, un juez dictó orden de captura en mi contra. 
Llegué entonces a mi casa con una nueva estampa en mi frente: prófugo. Sí, ahora soy prófugo. Cualquiera con ese apellido habría llegado preocupado o avergonzado ante sus nietos. Yo no. Llegué orgulloso de ser “prófugo” porque sé cómo actué en el caso que se me acusa.No llevo nada agazapado en el alma. Luché, batallé, me atacaron pero un corrupto fue a dar a la cárcel. Si eso es lo que me cobran, pago doble como en el póker.
Sé lo que hice. Sé cómo actué. Pero, sobre todo, cumplí un papel como periodista cuyo único pecado fue contribuir para que un país entero conociera que un presidente, mientras ejercía su mandato, recibía millones de dólares en una cuenta privada, desde Taiwán. No era una cuenta del Estado salvadoreño. Si por eso quieren que lleve una vida carcelera, con gusto la cumplo.
Tal vez por eso es que, anoche, fui el primer “prófugo” que llega orgulloso a ponerle su cara a sus nietos. De nada, absolutamente de nada, debía avergonzarme aunque desde aquí escuchaba a las hienas.
Lo que me duele de todo esto no es lo que pueda pasar conmigo. Lo que me duele es ver cómo una democracia vuelve a tomar caminos de postración porque a un ex fiscal se le turbó la mente y la moral, con lujo hiperbólico. 
La verdadera pelea jurídica apenas comienza. Así lo quiso un ex fiscal general con la peor doble moral que he conocido en mi vida. Pero la batalla también lo quiso el ex fiscal general más descuidado que he conocido en mi vida: ni siquiera se percató que, en un expediente judicial que firmó meses antes, están mis mejores pruebas de descargo.
En ese expediente que firmó Douglas Meléndez como una acusación contra Luis Martínez, su predecesor, se reconoce: a) que el documento que involucraba a Francisco Flores con dineros de Taiwán, lo mantenían oculto y manoseado. B)Claramente se confiesa que si el periodismo no hace una denuncia pública, los salvadoreños no hubiesen conocido la verdad sobre esos dineros. b) en esos documentos también se reconoce que si la denuncia no hubiese sido mediática, todo se hubiese tapado. C) pero lo más importante es que se escribió que antes de cualquier publicación, no existía ninguna investigación oficial. Entonces la acusación es grotesca: como si la salud pública de El Salvador estuviese al revés, el “delito” fue dar a conocer un “secreto” que se negociaba, en ese momento, para mantenerlo donde estaba, desde diez años atrás: en el sótano de la infamia salvadoreña.
De verdad, soy el prófugo más tranquilo del mundo. Lo que sí me preocupa es que, como periodista, se me aplique una norma exclusiva para empleados públicos ( nunca lo he sido, mucho menos cuando pasaron estos hechos). Me impresiona que no exista un solo periodista que no pregunte:”Señor, por qué le aplican a un periodista una norma de empleado público?”. Yo no contribuí a divulgar un secreto como empleado público. Lo hice como periodista. 
Lo más grave, en todo esto, es que existan periodistas que no comprendan que, si esa barbaridad jurídica me la aplican a mí, en el futuro se le endosaran a cualquier otro periodista.
Tampoco estoy en contra de la resolución judicial que me declara “prófugo”. Lo único que estoy en contra del juez que tomó esa decisión es que ni siquiera la pidió una certificación a la Fiscalía General para que acreditara desde cuando soy empleado público. De repente los cegatones se vuelven peligrosos.
Me horroriza también que los periodistas salvadoreños escriban, y conozcan, que se me acredita una norma para tapar secretos de servidores públicos, y ni siquiera pregunten por qué. Más me preocupa ver a periodistas transformando, en materia criminal, una actuación de un periodista. 
Muchos de ellos no se percataron que jamás hicieron una investigación. Que simplemente fueron usados para crear al clima que permitió perseguir un periodista. ¡Y todavía sienten orgullo por ello!.
Pero tal vez es que soy yo quien no he comprendido que quienes hicieron eso, nacieron, fueron financiados, reciben dinero y apoyo precisamente para eso: para perseguir un empresario que a sus patrocinadores no les gusta. Y soy testigo que eso fue así. Cuando quieren lo discutimos públicamente.
Para colmo de males, hasta el representante de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en El Salvador, reseña, en su diario, que se me aplica una norma penal creada contra empleados públicos y ni siquiera elabora un reporte para denunciar la nueva locura de fiscales salvadoreños. ¡Qué falta hacen esos que, verdaderamente, luchaban contra la persecución de periodistas!.
Soy prófugo. Sí lo soy. Pero eso no me da una sola pizca de vergüenza.Duermo tranquilo. Si por llevar un “corrupto” a la cárcel pago ese precio, lo haré cuántas veces deba. Lo que no termino de entender es que fue lo que pasó para que la justicia salvadoreña esté al revés.

El reto y mensaje a la Revista FACTUM

El siguiente mensaje se desprende de una respuesta que el periodista Fernández escribió directamente en uno de los post de la revista, el cual es el siguiente:

Fernández posteó el siguiente comentario:

Lafitte Fernandez Soy Lafitte Fernández, Escribo de frente. Tengo la sospecha que periodistas, aprendices de carniceros, perdieron un poco el método. 1. En la supuesta grabación no se escucha mi voz. 2. Ustedes lo que escuchan es a Funes tratando de convencer por un acercamiento con el fiscal de marras 3. Por qué no le preguntan a la Fiscalía si esa grabación es legal? O es que me van a decir que eso tiene valor legal. Y no me vengan con el cuento que no son abogados sino periodistas. Lo que menos debe perder el periodista es el juicio crítico. Poner en duda todo. O es que nadie les enseñó eso? Es evidente, y al menos también preguntelen, que alguien cercano a Funes hace esa grabación, si ésta existe y tiene valor legal. Quien traicionó a Funes? Lo lamento muchachos. Solo los usaron para justificar la persecución más abominable y absurda que se ha hecho en el periodismo centroamericano. Actuaron como hienas. Los usaron para que la Fiscalía General abrieran el camino para perseguir a un periodista. Todavía recuerdo cuando los periodistas de Factum me llamaron y me preguntaron sobre el caso. Les pregunté que cuál era mi delito y me respondieron que ninguno?. Por qué no publicaron eso? Entiendo el intento de ustedes de criminalizar una denuncia abiertamente pública. Aquí no hubo dinero, no hubo nada más que abrir un secreto manipulado en la Fiscalía General. Por qué no preguntan cómo es posible que se me esté aplicando una norma que sólo es aplicable a un empleado público. ? Qué les pasa muchachos? Ya ni eso pueden preguntar a fiscales o jueces. No se dan cuenta que la misma normas se les aplican a cualquiera de ustedes en el futuro. Es que tampoco son capaces de pedir y leer el expediente contra Luis Martínez. Lean lo que está ahí sobre el ROS. Lean que si existió un secreto violado fue el que ocultaba Luis Martínez. Sean justos, honrados, éticos. Escriban que en ese expediente firmado por Douglas Meléndez se dice 1) antes de la denuncia pública sólo existía un secreto que se vendí y manejaba en la oscuridad. No existía ninguna investigación. Los fiscales acusadores son tan estúpidos que ni siquiera cotejaron las confesiones de Douglas Meléndez sobre el ROS. Podrían decirme, mirándome a los ojos, que ese expediente de Meléndez no debe ser materia de un periodista.2) sin la denuncia mediática, no habría pasado nada. Lean,m cuentelan a la gente todas las quejas del fiscales porque Luis Martínez no los dejaba actuar contra Paco. No sean mezquinas. La verdad es una. No la corten como lo hace un carnicero con un pedazo de carne. Hacerle cirugía a la verdad es delinquir en periodismo. Duro pero esa es la verdad. De paso, si quieren debatimos, por esta vía, la forma cómo nació Factum y quien pagó por eso y para qué nació ese medio. O es que eso no se debe contar muchachos.?

Escrito por Lafitte Fernández en su muro de Facebook

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Prisión para sujeto que abusó de una niña de nueve años

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La Fiscalía General de la República (FGR) informó que Miguel Ángel Mejía Orellana fue condenado a 30 años de cárcel por el delito de violación.

De acuerdo con el ministerio público, Mejía Orellana se aprovechó del vínculo cercano que tenía con la familia de la menor, de nueve años, para abusarla sexualmente en momentos que se encontraba sola.

«Mejía la amenazó para que no dijera nada. La mamá de la víctima se enteró de lo sucedido e inmediatamente interpuso la denuncia», detalló la FGR en su cuenta oficial de X.

Según información oficial, los hechos ocurrieron en julio 2024 en Nueva Concepción, Chalatenango.

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Prisión para profesor que abusó de una alumna

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El Tribunal Primero de Sentencia de Santa Tecla, en La Libertad, condenó a 12 años de prisión a un profesor de matemáticas por agredir sexualmente a una de sus alumnas.

«Los hechos sucedieron el 23 de mayo de 2024. El imputado, identificado con las siglas M. J. R. R., fungía como profesor de matemáticas cuando agredió a la víctima, según se demostró en el desfile probatorio durante la vista pública», indicó la fiscal del caso.

La fuente detalló que el docente se aprovechó, en los momentos que se encontraba a solas con la estudiante de primaria.

«El imputado aprovechaba para tocarle el cuerpo, y a pesar del miedo que le tenía al profesor, la menor le confesó a la madre lo que ocurría», señaló la fiscal.

Por esos hechos, el Tribunal condenó al imputado a 12 años de prisión por el delito de agresión sexual en menor e incapaz, en su modalidad continuada.

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Cárcel para mujer que vendió 100 gallinas ponedoras y nunca las entregó

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A tres años de cárcel fue condenada una mujer que estafó a otra con la venta de 100 gallinas de postura que nunca entregó, informó Centros Judiciales El Salvador (CJES), la tarde del viernes.

Se trata de Jennifer del Carmen Rivera fue condenada a la pena de tres años de prisión al ser declarada responsable penal y civilmente del delito de estafa por el Tribunal Segundo de Sentencia de Santa Tecla.

CJES detalló que, el 26 de octubre de 2023, en el distrito de Jicalapa, en La Libertad Costa, la víctima contactó a la imputada a través de Marketplace de la plataforma de Facebook, para gestionar la entrega de las gallinas, y la ahora condenada le exigió un depósito a su cuenta bancaria por $256. La víctima realizó el depósito y, tras varios días de espera, nunca recibió el producto.

“Basándose en engaños, le hizo creer que era dueña de una granja y le prometió la venta de 100 gallinas de postura que nunca entregó”, añadió Centros.

Finalmente, el Tribunal valoró todas las pruebas y concluyó que había suficiente evidencia del delito y por ello la condenó a tres años tras las rejas.

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