«El hombre es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice» Sigmund Freud.
Con el anterior adagio, hacemos referencia a las promesas del Fiscal General de la República, Raúl Melara, quien recién tomó posesión de su cargo y aseguró que pondría fin a las arbitrariedades de la institución a la que «honorablemente» representa (FGR) y que pondría fin a las injusticias e ilegalidades cometidas por su antecesor, el nefasto exfiscal Douglas Meléndez , y un grupo de “manzanas podridas” a las que ofreció expulsar de la Fiscalía, de eso, hace ya un año, y todavía no vemos que eso ocurra.
Prueba de lo anterior, son los dos fallos judiciales en las últimas semanas, cada caso con sus particularidades, que han producido alarma y, por qué no decirlo, gran trascendencia para el sistema judicial de nuestro país.
El primero es el caso de los empleados de la Fiscalía General de la República (FGR) bautizado por Douglas Meléndez como “Caso Corruptela”, una vulgar patraña construida por éste, en compañía de auxiliares que han sido denunciados desde hace más de tres años por “fabricar pruebas” y “montar” procesos, sin que hasta la fecha se les haga pagar por sus delitos dada la autoprotección que existe en la FGR.
Dicho caso se ventiló en el Juzgado Séptimo de Paz, después que los testigos criteriados renunciaron a esa calidad y de haber denunciado al ex fiscal Douglas Meléndez, junto al exdirector Anticorrupción, Jorge Orlando Cortez Díaz, y los fiscales auxiliares que llevaban el caso, Neftatlí Roberto Ábrego Rosales, Mario Antonio Huezo Cortez, Harold Iván Córdoba Solís, David Alfonso Ramírez Guevara, Héctor Nahúm Martínez García, Sergio Manrique Paredes Blanco, Noris Iván Quintanilla Navidad, Santos Inocente Segura Mendoza y Carolina Beatriz Torres Hernández por haber obligado a firmar declaraciones falsas para armar el caso en mención, contra el empresario Enrique Rais y más de una veintena de personas en el mismo caso.
La jueza 7º. de Paz impartió justicia al decretar un sobreseimieno definitivo a favor de los empleados de la Fiscalía General de la República (FGR), que han sido víctimas de persecución desde los tiempos de Douglas Meléndez y que continuó el actual fiscal Raúl Melara, tratatando de incriminarlos con pruebas fabricadas y sometiéndolos con métodos tortuosos.
El segundo fallo se dio el día viernes 13 de diciembre del presente año. El juez Especializado de Sentencia A de San Salvador, Godofredo Salazar, señaló, como parte de su lectura del fallo contra los 426 pandilleros, acusados de homicidios, extorsiones, lavado de dinero y tráfico de drogas, que políticos y exfuncionarios cometieron delitos vinculados con el caso conocido como “Operación Cuscatlán”, pero que no fueron acusados por la Fiscalía.
El
juez le dijo a la FGR que debe incluir en las investigaciones al exministro de
Defensa, David Munguía Payés; al exdirector de la Policía Nacional Civil,
Howard Cotto; al alcalde de San Salvador, a Ernesto Muyshondt; a Arístides
Valencia, exministro de Gobernación, a Ernesto Angulo, exdiputado de ARENA, y a
Norman Quijano, expresidente de la Asamblea Legislativa; entre otros.
«En este país entonces tenemos dos tipos de gánster: los gánsteres pandilleros y los gánsteres políticos», expresó el juez Salazar. A estas declaraciones, podemos añadir que existe un “Concentidor”, que en este caso es la Fiscalía General de la República, ya que parcializó la investigación para favorecer claramente a los políticos. Todo esto ocurrió con la venia del exfiscal Meléndez y la actual administración de Raúl Melara.
Hoy
sabemos que el exfiscal Douglas Meléndez tuvo pleno conocimiento de las
reuniones de los políticos con pandilleros para verse favorecido en distintos
eventos electorales, tal como se reveló en el caso “Operación Cusctlán”, por
medio del testimonio del criteriado “Noe”, videos y audios que desde el inicio
de dichas investigaciones que estaban en poder de la Fiscalía General de la
República ordenó judicializar la investigación, con claras omisiones, incumplimiento
de deberes, fraude procesal, falsedades por parte del mismo Meléndez, Guadalupe
Quintanilla, Exjefe Unidad Antipandillas, Will Walter Ruiz, exjefe Unidad de
Crimen Organizado, entre otros.
¿Qué tienen en común estos
dos trancendentales fallos que han puesto a prueba el Sistema de Justicia
salvadoreño?
Primero,
ambos son casos manipulados al antojo y voluntad de Douglas Meléndez y su
equipo de colaboradores más cercanos para favorecer a unos y arremeter, dañar y
destruir, utilizando la institución encargada de velar por la seguridad
jurídica y aplicaciónd e la Ley de todo un país, de esta forma cometiendo una
serie de delitos.
Segundo, a pesar de que han sido señaladas tantas arbitrariedades, manipulación de investigaciones dentro la Fiscalía General de la República encabezada por Douglas Meléndez, aún existiendo denuncias formales en contra del mismo y su equipo, Raúl Melara, actual, Fiscal de la República, sigue indiferente ante todos los hechos señalados renueste a abrir una investigación y sentar en el banquillo de los acusados a Douglas Meléndez y su equipo. No hacerlo podría traer implicaciones graves, sería cometer de nuevo las mismas arbitrariedades y omisiones que sus antecesores.
CICIES
“Ya
se firmó un acuerdo de colaboración técnica, no se saben los alcances con la
CICIES, la OEA y Fiscalía General de la República.
Ahora
bien, la pregunta es: ¿la CICIES va a retomar estos casos?, porque
tal como lo dijo el abogado defensor del caso, qué aun sabiendo del caso de los
exfiscales que han sido sometidos a torturas por parte del mismo Fiscal Raúl
Melara y que éste los ha procesado sabiendo que habían sido víctimas del
anterior fiscal (Douglas Meléndez) por protegerse a sí mismos, y conociendo
todos estos atropellos los ha sometido a un vejamen mayor.
Esto
ya es un tema de CICIES porque la fiscalía no está actuando.
La
CICIES estaría procesando a Raúl Melera por no actuar, cayendo en los delitos
de omisión de la investigación, por incumplimiento de sus deberes como Fiscal General,
al no procesar a los políticos señalados (Douglas Meléndez y sus más cercanos
colaboradores), por los casos que él montó fraudulentamente, todo por buscar la
reelección al frente de la Fiscalía, dañando la imagen de los funcionarios de
la misma institución que nunca intervinieron en actos de ninguna naturaleza.
Inclusive, al señor Enrique Rais, nunca se le encontró de haber dado dádivas a nadie de ninguna naturaleza.
Información brindada por Diario Latrino.
Lea la nota original aquí
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