Internacionales
Rosario Murillo, primera dama de Nicaragua y su historia de “árbol de la vida”
Después de dos horas turdnándose para serruchar un árbol de hierro de más de 15 metros de altura, se escuchan gritos. Son gritos de júbilo. Ha caído el primero. Decenas de jóvenes, algunos ocultando su rostro, han logrado lo inimaginable: botar un «árbol de la vida», el símbolo de poder de Rosario Murillo, esposa del presidente Daniel Ortega y quien desde 2017 es la vicepresidenta del país.
Los medios de comunicación de Nicaragua han calculado que hay unas 140 estructuras de metal conocidas como «árboles de la vida» instaladas sobre todo en la capital, Managua, por disposición de Murillo, pese a las críticas de la población, que los desprecia por su inutilidad y costo, calculado extraoficialmente en 25.000 dólares cada uno, sin incluir los costos de energía eléctrica al año.
En los últimos 11 días, durante las protestas que han provocado al menos 35 muertos en Nicaragua, los manifestantes han derribado alrededor de cinco «árboles de la vida» de las principales rotondas. Botarlos, a criterio de la exguerrillera Mónica Baltodano, es una especie de reivindicación porque simbolizan el poder de Rosario.
«Simbolizan también la perversidad y la vanidad de su autora. Expresan la subordinación de las instituciones, conducidas a producir las estructuras para satisfacción de los caprichos. Los jóvenes derribaron esas estructuras como símbolo del poder que se quiere derribar. El del Chayo – Orteguismo», dice.
Cuando Baltodano habla de Chayo-Orteguismo se refiere al poder de la pareja presidencial, de Daniel Ortega y de Rosario Murillo, quienes se unieron en la década de los 70, cuando él era un guerrillero exiliado en Costa Rica, y hoy conforman un inusual matrimonio. El único en Latinoamérica que gobierna un país. Al mejor estilo de la famosa serie televisiva «House of Cards«, de Netflix.
La compañera
Murillo se hace llamar «la compañera». En cualquier parte del país, si alguien habla de la compañera está refiriéndose a ella. A él todos le llaman «Comandante», pese a que entre los antiguos Comandantes de la Revolución, que dirigieron la Revolución Sandinista en los años 80, él fue quien tuvo menos trayectoria guerrillera. Es candidato presidencial desde 1984. Dejó el poder en 1990 y regresó en 2006. También es el Secretario General del partido en el gobierno, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Cada mediodía los nicaragüenses escuchan a Murillo en al menos cuatro televisoras y la misma cantidad de radios que son controladas por sus hijos o personas afines a la familia. Da información sobre el clima, sobre lo que están realizando todas las instituciones de Gobierno, detalla si hubo sismos, su magnitud y epicentro, o bien, si el Ministerio de Salud está realizando alguna jornada de vacunación, si se han registrado muertes maternas, si se construirá algún edificio público y cuántos muertos por accidentes de tránsito hay, ¿sobre qué no informa la compañera? Si se requiere una versión oficial sobre algo se debe escuchar cada mediodía su discurso.
Ningún funcionario tiene autoridad para dar declaraciones, solo ella, quien también habla en nombre del Presidente de la República y en ocasiones recuerda qué santo se celebra cada día.
Rosario Murillo entró a la escena política tardíamente. En su juventud fue la secretaria personal del mártir de las libertades públicas y director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro. Tiene nueve hijos con Ortega y en la década de los 80, mientras él gobernaba, dirigió la Asociación Sandinista de Trabajadores de la Cultura (ASTC), un organismo paralelo al Ministerio de Cultura, que dirigía el poeta Ernesto Cardenal. Ella también es poeta, habla varios idiomas y fue educada en Inglaterra y Suiza.
Él entró desde muy joven a la lucha contra la dictadura somocista, estuvo encarcelado y fue torturado. Salió libre tras el famoso asalto al Palacio Nacional, en 1978, dirigido por Edén Pastora y Dora María Téllez. Desde entonces se refugió en Costa Rica. Fue uno de los nueve comandantes de la Revolución Sandinista y en 1984 lo eligieron Presidente.
Perdió el poder en las elecciones de 1990, al enfrentarse con Violeta Barrios de Chamorro, viuda del Mártir de las Libertades Públicas, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado en 1978. Tras la derrota electoral, Ortega se dedicó a «gobernar desde abajo» y a refundar el partido, erigiéndose como su secretario general. Su eterno máximo dirigente.
Entre 1990 y 2006 gobernó desde abajo, ya que tuvo el control de sindicatos, transportistas y movimientos estudiantiles, que con protestas podían paralizar al país. Sus conocidos lo describen como un hábil negociador. Sus críticos aseguran que pasó de ser guerrillero a un corrupto que amasa una fortuna y que ha pactado con antiguos adversarios para permanecer indefinidamente en el poder. Ortega conduce un Mercedes Benz, tiene el control de todos los poderes del Estado y sus hijos están en puestos gubernamentales.
El regreso
Desde que Daniel Ortega regresó al poder en las elecciones generales de 2006 ha estado rodeado por su familia. Entre 2007 y 2016 Rosario Murillo ostentó el cargo de coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, una instancia creada bajo su mandato que funciona en la práctica como una Primer Ministro todopoderosa, que a su vez tiene las funciones de vocera presidencial.
En vísperas de las elecciones presidenciales del año 2011, Ortega, amparándose en el control total del Poder Judicial, logró que ésta le eliminara los candados constitucionales que le impedían reelegirse y permanecer en el poder. Luego el Poder Electoral, también bajo su control férreo, «acató» la sentencia judicial y le permitió competir y triunfar.
Posteriormente, en 2013, los diputados del Frente Sandinista en la Asamblea Nacional –de mayoría aplastante- reformaron la Carta Magna y establecieron la reelección presidencial indefinida.
Rosario Murillo fue desplanzando a la antigua guardia del FSLN y promoviendo una nueva generación de funcionarios que le responden a ella. (Jairo Cajina)
Para los comicios generales siguientes, de 2016, Ortega ya no necesitó conceder el cargo de vicepresidente a ningún aliado político. El 2 de agosto de 2016, ambos se presentaron a las instalaciones del Consejo Supremo Electoral (CSE). Ya se sabía que Ortega sería el candidato presidencial del Frente Sandinista y la gran incógnita era quién sería su compañero de fórmula.
«¿Quién va a asumir la vicepresidencia para continuar el buen gobierno en este país, para continuar trabajando por la paz, por la estabilidad? ¿Quién?», preguntó Ortega en un acto improvisado frente a decenas de jóvenes uniformados con camisetas blancas, que pertenecen a la Juventud Sandinista.
De inmediato respondió: «No podíamos dudar que tenía que ser una mujer, ¡y quién mejor que la compañera que ha realizado ya una labor puesta a prueba, con mucha eficiencia, con mucha efectividad, con mucha disciplina, con mucho sacrificio! ¡sin horario!». Se refería a su esposa, Rosario Murillo.
¿Cómo es que Nicaragua llegó a estar gobernada por un matrimonio? Hugo Torres, general en retiro, y quien fue el guerrillero número 1 que encabezó la acción política y militar que liberó a Ortega de la cárcel, tiene una explicación: «Rosario Murillo siempre tuvo la ambición de ser la Presidenta y ha venido arrancando cuotas de poder, sobre todo desde que defendió a Daniel Ortega de las acusaciones de violación que le hizo su hija Zoilamérica».
Dichas acusaciones fueron realizadas por Zoilamérica Narváez en 1998, ella es hija de Murillo e hijastra de Ortega.
«Ahí él firmó un cheque en blanco, y ella se dio a la tarea primero como primera dama de acumular rápidamente poder. Fue desplazando a la vieja militancia sobre la cual ella no tenía autoridad y lo fue sustituyendo por jóvenes, hijos algunos de esa vieja militancia, y fue estableciendo una relación política cercana, de esa manera se fue creando un ejército de incondicionales», agrega Torres.
Ambos han gobernando descansando en tres soportes: primero, la millonaria ayuda venezolana que desde 2006 hasta 2016 llegó a manos llenas y sin control alguno; segundo, el control férreo de los poderes del Estado junto a la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua y; tercero, un modelo de diálogo y consenso con el gran capital nicaragüense.
«Una especie de compadrazgo», dice Hugo Torres refiriéndose al último. Este modelo ha garantizado que la economía crezca y que haya estabilidad en el país, pero se rompió hace dos semanas debido a las reformas a la seguridad social.
«Estableció una política de consenso que rompe abruptamente con la firma de este decreto que reforma la seguridad social, un atentado contra los trabajadores y la empresa privada, sobre todo los medianos y pequeños empresarios. Ortega actuó con la lógica de: no tengo remedio ni tiempo ni paciencia, lo que no esperaba es que los jubilados salieran a las calles y es así como se comienzan a dar las primeras manifestaciones. Eso enardeció a los estudiantes y se da una represión salvaje que enfureció más a la población. Eso obligó a la cúpula del sector empresarial a endurecer su discurso», analiza Torres.
Hoy Nicaragua cumple 11 días de protestas. Más de 35 personas han fallecido. Los presos ya han sido liberados: fueron dejados en veredas, rapados y descalzos. Los organismos de derechos humanos advierten que aún hay desaparecidos. En las calles los manifestantes, quienes ya no están siendo reprimidos, alternan entre sus consignas una que resuena: «¡Qué se vayan!». Le hablan a Ortega y a Murillo.
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Ráfagas de viento y tormentas de polvo provocan múltiples accidentes en Texas
Una serie de accidentes vehiculares tuvieron lugar en la carretera 285 en el Condado de Reeves en Texas, Estados Unidos, luego de que las ráfagas de viento alcanzaran los 121 km/h donde también ocurrió un choque masivo.
Además, las fuertes condiciones climáticas desataron fuertes tormentas de polvo, obstaculizando la visibilidad y cegando por completo a algunos conductores y desatando los accidentes viales.
Por este motivo, dicha carretera que moviliza millones de dólares en comercio y a miles de residentes a sus actividades diarias, permaneció cerrada para evitar un incremento en los accidentes, ya que la dificultad para ver, provocó que muchos automovilistas impactaran contra los vehículos ya accidentados.
Esto a su vez, dejó a muchas personas lesionadas, sin embargo, las autoridades locales no han revelado el balance de afectados ni las condiciones de salud de los mismos.
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Volcán de Fuego vuelve a lanzar rocas y ceniza
Una vez más, el Volcán de Fuego volvió a alertar a los pobladores de la capital guatemalteca, ya que este sábado volvió a registrar el lanzamiento de columnas de gas, ceniza y rocas, según informó el instituto de vulcanología de Guatemala.
Estas expulsiones activaron las alertas, ya que su proximidad ronda las 15 por hora y tienen una intensidad moderada, alcanzando alturas de hasta 4,800 metros sobre el nivel del mar.
Además, los pobladores aseguran que unos fuertes retumbos se escuchan en las localidades aledañas, por lo que las autoridades elaboraron un reporte confirmando el suceso.
En las últimas semanas, este volcán ha mostrado un comportamiento diferente, ya que durante las madrugadas lanza material incandescente de gran tamaño en un radio de 200 metros, mientras que a 1 km de distancia caen rocas de un diámetro de 50 cm.
Las actividades turísticas en la zona se mantienen bajo vigilancia y advertencia, mientras que consideran restringir el tránsito aéreo para prevenir un accidente debido a la densidad de las columnas de gases y ceniza
Internacionales
Qué se puede esperar del segundo mandato de Trump en Estados Unidos
Donald Trump regresa este lunes a la Casa Blanca y se espera que lo haga con un aluvión de medidas ejecutivas que empiecen a dar forma a su gobierno y a transformar Estados Unidos, tal y como prometió en campaña.
En la campaña y en las semanas desde que ganó las elecciones ha ido presentando algunas de las líneas clave de lo que será su nuevo mandato, en el que va a poner el foco en controlar la frontera sur con México, deportar migrantes indocumentados e imponer aranceles a las importaciones para, dice, defender a los trabajadores estadounidenses.
En política exterior promete alinearse claramente con Israel en Medio Oriente, desafiar el ascenso de China y acabar con la guerra de Rusia en Ucrania gracias a su entendimiento con Vladimir Putin.
Antes de que empiece a tomar decisiones concretas, en BBC Mundo avanzamos qué se puede esperar del segundo mandato de Trump, que arranca este lunes.
Migración y frontera: «la mayor deportación de la historia»
La inmigración y la frontera fueron temas centrales de la agenda de Trump durante la campaña electoral. Y lo serán desde el lunes.
El republicano arreció su discurso antiinmigrantes afirmando que estos «envenenan la sangre del país» y haciéndoles responsables tanto de un supuesto aumento de la delincuencia -algo que no tiene base, según expertos y cifras oficiales- como del incremento en el precio de la vivienda.
Además, afirmó sin pruebas que hay países como Venezuela que supuestamente están vaciando sus cárceles e instituciones para enfermos mentales y enviando a estas personas a EE.UU.
Estos señalamientos recuerdan los que hizo en 2015, cuando lanzó su primera candidatura a la Casa Blanca y acusó a México de estar enviando hacia EE.UU. a «gente con un montón de problemas».
De cara a un nuevo mandato, Trump prometió expulsar del país a millones de extranjeros indocumentados en lo que asegura será la «mayor deportación» de la historia de Estados Unidos.
De acuerdo con estimaciones del centro de estudios Pew, para 2022 había en EE.UU. unos 11 millones de migrantes indocumentados, aunque Trump y su campaña aseguran que son muchos millones más.
Numerosos expertos han alertado de que una deportación masiva de migrantes sería costosa y difícil de acometer, además de que podría tener efectos negativos sobre ciertas áreas de la economía en las que la mano de obra indocumentada juega un papel clave.
Según estimaciones hechas por la organización FWD.US, en EE.UU. había durante la pandemia 5,2 millones de indocumentados en trabajos esenciales. Esto incluye en torno a 1,7 millones de personas que trabajaban en toda la cadena de producción y comercialización de alimentos.
Los sin papeles representan en torno a 17% de los trabajadores agrícolas y 13% del sector de la construcción, según un estudio del centro Pew de 2016.
Trump también prometió sellar la frontera con México y dijo que seguirá construyendo el muro entre ambos países, una de las promesas centrales de su primer mandato, durante el cual se erigieron unos 129 kilómetros (gran parte de ellos reemplazando verjas deterioradas) de los 727 kilómetros que tenía esa barrera cuando él abandonó la presidencia.
El republicano también plantea tomar otras medidas como restablecer la política que obligaba a los solicitantes de asilo a permanecer en México hasta que sus peticiones sean aprobadas y eliminar el derecho a la ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos.
Economía: menos impuestos, más aranceles
El buen desempeño de la economía estadounidense durante el gobierno de Trump -antes de la llegada de la pandemia de covid-19- es uno de los aspectos que más favorecieron su candidatura.
¿Qué puede esperarse para un segundo mandato?
Trump prometió nuevos recortes de impuestos para extender los que ya realizó durante su primer mandato, cuando redujo la tasa corporativa a 21% y recortó también los impuestos de las personas naturales, aunque estos solo de forma temporal, hasta 2025.
El republicano dijo en la campaña que quiere bajar aún más las tasas corporativas hasta 15% y que eliminará los impuestos sobre las propinas y sobre los pagos que reciben de la Seguridad Social los pensionados.
También propuso incrementar la producción de energía en EE.UU. -aumentando la explotación de combustibles fósiles- pues considera que su alto costo contribuyó a la inflación.
Afirmó además que logrará reducir el costo de la vivienda iniciando un programa de construcción de casas en tierras federales, así como reduciendo la demanda al deportar a los inmigrantes indocumentados, a quienes responsabiliza del aumento de los precios.
También dijo que impondrá un sistema de aranceles de 10% a 20% a la importación de la mayor parte de los productos extranjeros. Muchos economistas han advertido, no obstante, que este tipo de medidas terminarán siendo pagadas por los consumidores estadounidenses en forma de precios más altos.
En esta política de aumento de aranceles, China ocupará un lugar central, pues luego de haber iniciado una guerra comercial con Pekín durante su primer gobierno, Trump ahora contempla establecer aranceles de 60% a todos los bienes importados desde ese país.
El líder republicano también prometió adoptar un plan de cuatro años para eliminar la importación de bienes esenciales procedentes de China y establecer nuevas regulaciones para que las empresas estadounidenses inviertan en China “solamente cuando esas inversiones favorezcan a EE.UU.”.
En 2023, Estados Unidos importó de China bienes valorados por unos US$426.885 millones.
Es previsible que si Trump adopta estas medidas, la guerra comercial con Pekín se intensifique, lo que podría tener consecuencias no solamente para la relación bilateral, sino también para la economía global.
Las incógnitas sobre el aborto
La derogación del derecho al aborto en Estados Unidos es una de las mayores consecuencias políticas de la agenda republicana ejecutada por Trump durante su primer gobierno, pero durante la campaña de 2024 se convirtió para él en una suerte de campo minado electoral.
En su primer gobierno, Trump estableció una supermayoría conservadora en la Corte Suprema de Justicia con el nombramiento de tres nuevos magistrados.
Esa nueva mayoría derogó en 2022 el derecho al aborto a nivel federal (vigente desde 1973), que era justamente uno de los objetivos que el político republicano se había propuesto con estas designaciones.
Este cambio tuvo consecuencias. En la actualidad, hay 14 estados en los que existe una prohibición total o casi total del aborto y hay otros tres estados, en los que solamente se permite antes de la sexta semana de embarazo, momento para el cual es frecuente que las mujeres ni siquiera se hayan enterado de que están embarazadas.
Por causa de estas prohibiciones ha habido casos de mujeres que han muerto debido a que los médicos no les prestaron la atención sanitaria requerida por temor a ser procesados penalmente.
Estas medidas derivaron en reveses políticos para los republicanos que desde 2022 perdieron varias elecciones, incluso en estados tradicionalmente conservadores, en los que una mayoría de los votantes consideran que las restricciones impuestas al aborto han ido demasiado lejos.
Esto obligó a Trump a hacer una suerte de juego de equilibrismo durante la campaña en la que al mismo tiempo que se adjudicó como un éxito propio la derogación de este derecho por parte de la Corte Suprema, evitó fijar una posición firme, diciendo que cada estado debe decidir sobre la regulación de este asunto.
¿Qué piensa hacer al respecto en un nuevo mandato?
Durante la campaña, Trump negó que en caso de llegar a la Casa Blanca vaya a firmar una prohibición nacional del aborto y criticó la legislación de Florida que prohíbe esta práctica después de la sexta semana de embarazo, pero también dijo que se opone a una iniciativa electoral para establecer el derecho al aborto en ese estado.
Una política exterior aislacionista
La propuesta aislacionista llamada «Estados Unidos primero» fue fuente de numerosas polémicas durante el primer gobierno de Trump y será nuevamente la guía de su política exterior en su regreso a la Casa Blanca.
La Agenda 47, el programa de gobierno de Trump, establece entre sus objetivos prevenir la Tercera Guerra Mundial y restablecer la paz en Europa y en Oriente Medio.
A los socios europeos de EE.UU. les preocupa el regreso de Trump a la presidencia.
“No puedo edulcorar estas advertencias. Donald Trump es la pesadilla de Europa, y su amenaza de retirarse de la OTAN resuena en los oídos de todo el mundo”, le dijo durante la campaña electoral a la BBC Rose Gottemoeller, ex vicesecretaria general de la OTAN.
Una de los mayores preocupaciones de los europeos se relacionan con la guerra en Ucrania.
El candidato republicano dijo que Kyiv debió haber hecho concesiones a Moscú antes de la guerra para así evitar el conflicto y criticó el apoyo económico y militar que su país le ha dado a Ucrania tras la invasión de Rusia por considerar que ha sido excesivo y que ha servido más para alargar el conflicto que para solucionarlo.
Trump dijo que si él hubiera estado en la Casa Blanca, esa guerra no habría ocurrido y sostiene que pondrá fin a esa guerra en 24 horas, a través de un acuerdo negociado con Rusia. Ahora ya está matizando ese lapso exprés que se impuso para solucionar un conflicto que va camino de cumplir su tercer año.
Sus críticos, no obstante, creen que de esta forma lo único que logrará es darle mayor fuerza a Vladimir Putin.
En relación con la guerra en Gaza, Trump se declaró como el «protector de Israel» aunque criticó la forma como ese país ha llevado el conflicto e hizo llamamientos para que el gobierno de Benjamín Netanyahu consiga la victoria pronto y regrese a la normalidad.
«Lograré la paz en Medio Oriente y pronto», dijo en una entrevista con la televisora saudita Al Arabiya.
Esta semana se atribuyó el mérito de un cese al fuego en Gaza entre Israel y Hamás que entra en vigor este domingo, víspera de su toma de posesión.
Trump también prometió expandir los llamados Acuerdos de Abraham que él ayudó a establecer en 2020 y a través de los cuales cuatro países árabes acordaron normalizar relaciones diplomáticas con Israel: Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Bahréin y Sudán.
Esos acuerdos han sido criticados por haber dejado de lado la causa palestina, que históricamente ha sido el principal obstáculo para el establecimiento de vínculos entre Israel y los países árabes.
El próximo país que iba a integrarse a los acuerdos era Arabia Saudita, pero tras la guerra en Gaza, la monarquía saudita ha dicho que no lo hará hasta que no esté sobre la mesa una ruta para la creación de un Estado palestino, una posibilidad a la que hasta ahora se resiste el gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
De esta forma, no queda claro cómo Trump lograría reimpulsar los Acuerdos de Abraham.
¿ Salvador o destructor de la democracia estadounidense?
La democracia en Estados Unidos es uno de los temas que estuvo en el centro de la campaña presidencial 2024. Pero se trata de un asunto sobre el cual había visiones divergentes.
Los republicanos afirman que un segundo gobierno de Trump serviría para “restaurar el gobierno de, para y por la gente”, así como para hacer respetar la Constitución y defender la integridad de las elecciones.
Los demócratas, en cambio, creen que la negativa de Trump a reconocer su derrota en las elecciones presidenciales de 2020, así como sus esfuerzos para revertir esos resultados y evitar la certificación de la victoria de Joe Biden (incluyendo el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021), son pruebas de que el exmandatario es una amenaza para la democracia.
Trump incluso ha prometido indultar a los condenados por el asalto al Capitolio, a los que considera como «rehenes» en la guerra que, dice, los demócratas libran contra él.
En todo caso, lo que sí parece claro es que los republicanos buscarán que un segundo mandato de Trump sea más eficaz y que la consecución de sus objetivos no se vea obstaculizada por los funcionarios de carrera que no concuerdan con las ideas del republicano.
Ciertamente durante el primer mandato de Trump hubo funcionarios de distintos rangos que moderaron o frenaron iniciativas del mandatario por distintas razones, incluyendo el considerarlas nocivas para el país o ilegales.
Por otra parte, los republicanos consideran que el gobierno de Trump se vio afectado negativamente por la falta de preparación de su propio equipo.
De hecho, el exmandatario dijo recientemente que su mayor error en el poder había sido escoger a “personas malas o desleales”.
Para sortear estos dos problemas, la Agenda 47 prevé que el primer día de gobierno Trump firme una orden ejecutiva que le permita colocar a personas de su confianza en posiciones clave del Ejecutivo que tradicionalmente han sido cubiertas por funcionarios de carrera.
Esto es algo que entusiasma a los trumpistas y, de hecho, es algo que él intentó al firmar en agosto de 2020 una orden ejecutiva similar cuyos frutos no cosechó pues poco después tuvo que abandonar la presidencia tras perder las elecciones.
“Esa norma, en efecto, permitiría a un presidente despedir a miles de empleados gubernamentales y reemplazarlos por sus partidarios”, explica Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Estados Unidos.
“Para los partidarios del exmandatario contar con un equipo de funcionarios y asistentes más dispuestos significará una presidencia de Trump menos caótica y más eficaz a la hora de impulsar políticas”, agrega.
Sin embargo, es una posibilidad que genera preocupación entre los críticos de Trump.
Barbara Perry, profesora de estudios presidenciales en el Centro Miller de la Universidad de Virginia, advierte que reemplazar a los funcionarios privaría a la administración pública del conocimiento y experiencia que estas personas han acumulado trabajando durante décadas de una forma no partidista.
“En Estados Unidos se abordó la reforma de la función pública en el siglo XIX, precisamente para librarse de las personas que estaban en esos cargos por razones políticas”, indica.
“Si eso ocurre no habrá frenos ni ningún elemento de contención para limitar la agenda y el extremismo de Trump”, agrega.
Esa situación se vería agravada, según la experta, por el hecho de que ya Trump cuenta con una supermayoría conservadora en la Corte Suprema y los republicanos controlan ahora, aunque por estrecho margen, las dos cámaras del Congreso.
La agenda 47, no obstante, plantea que estas medidas para copar el Ejecutivo con funcionarios afines a Trump servirán para desmantelar el llamado “Deep State” (Estado profundo), una supuesta red secreta de funcionarios no electos que controlarían el Estado, y luchar contra la corrupción dentro del gobierno.