Internacionales
Joe Biden lidera encuestas, pero Trump todavía puede dar la sorpresa

En 2016 se presumió claridad en las encuestas de un posible triunfo de Hillary Clinton, pero terminó ganando el presidente Donald Trump. Este año, los reportes apuntan como líder al demócrata Joe Biden, pero los sondeos son más estrechos y, sumado a otros factores, dan una seria oportunidad al republicano de imponerse de nuevo.
Este jueves es el segundo y último debate y ambos candidatos tienen la última oportunidad, cara a cara, de convencer a los indecisos, porque sus seguidores –según analistas– ya están seguros, incluso millones de ellos ya emitieron su voto por correo.
Biden lidera en seis estados en los que el presidente Trump ganó en 2016, pero la ventaja es muy corta todavía. En Arizona la competencia está 51% a 45%, en Florida 50% a 45%, en Michigan 51% a 44%, en Carolina del Norte 50% a 47%, en Pensilvania 49% a 47% y en Wisconsin 52% a 44%.
En el corredor que incluye algunas de esas entidades clave, como Pensilvania, Michigan y Wisconsin la elección se decidió por menos de 78,000 votos en 2016, así que cualquier sufragio es importante en proyecciones tan cerradas.
El problema que enfrenta el exvicepresidente Biden es que su liderazgo están en el margen de error, es decir, apenas separado entre tres y cuatro puntos porcentuales.
Según el Change Research, el 53% de los votantes de Biden ya han votado en comparación con el 25% de los votantes de Trump, quien ha alentado a sus seguidores a acudir a las urnas en persona.
Florida es la “estrella electoral” del republicano, donde su campaña no ha dejado de organizar eventos, incluyendo entre latinos, cuya fuerza electoral auementó 17%, según un reciente reporte del Pew Research Center.
La cancelación del segundo debate presidencial dio oportunidad a ambos aspirantes a realizar foros. El presidente Trump salió mal parado del evento en NBC News, donde actuó como si estuviera en debate, a la defensiva, ante preguntas sobre su pago de impuestos, temas raciales e inmigración. A Biden en ABC News le fue mejor, se mostró cómodo respondiendo cuestionamientos clave hechos por votantes republicanos sobre el supuesto incremento de impuestos.
El debate de este jueves a las 9:00 p.m. del Este por prácticamente todos los canales, YouTube y C-SPAN. Podría ser menos caótico que el primero, ya que se apagará el micrófono del participante que no esté hablando en su tiempo reglamentario.
Los temas incluyen complicados asuntos para el presidente Trump, como las diferencias raciales y la atención a la pandemia de coronavirus, así como cambio climático.
Voto adelantado
Hasta el momento, 29.6 millones de votantes elegibles han participado por correo, eso significa 10 veces más en el mismo periodo en 2016. La estimación es que más de 150 millones de sufragios serán por esa vía, debido a la pandemia de coronavirus y a que los ciudadanos quieren evitar cualquier contratiempo ante reportes del FBI sobre posibles actos violentos por grupos extremistas.
Los demócratas lideran 2-1 en la votación, pero los republicanos sabían que eso ocurriría, sobre todo luego de que el presidente Trump sus teorías del fraude electoral al votar por correo. El resultado es que menos republicanos han usado esa opción.
Considerando la votación temprana en persona en estados como Texas y Georgia, en total se han emitido más de 41.5 millones de votos anticipados, cuando hace cuatro años apenas se reportaban 5.9 millones, según el rastreo de Elect Project hasta el 18 de octubre.
El votante oculto
Aunque las encuestas y los primeros resultados colocan al demócrata Biden al frente de las preferencias electorales, el presidente Trump tiene un respaldo no reflejado todavía que podría otorgarle la reelección.
En 2016 hubo un fenómeno similar, algo que los encuestadores subestimaron, porque esas personas no querían revelar su respaldo al entonces candidato y su polémica agenda, pero actuaron al momento de acudir a las urnas.
“(Por) la forma en que hacemos las encuestas, la forma en que vemos las encuestas enfatiza a los votantes regulares, así que creo que los encuestadores y los expertos simplemente no entendieron quiénes eran sus votantes”, expuso Laura Washington, analista política ABC News.
Los expertos añaden que los seguidores del mandatario muchas veces no expresan su respaldo porque podrían ser tachados de homófobos, misóginos o racistas.
El actual escenario político ha hecho que muchas personas prefieran no decir a quién apoyan abiertamente, especialmente si se trata del presidente Trump. Según un reporte de Cato, hecho en julio, el 77% de los republicanos estuvo de acuerdo en señalar que “el clima político en estos días impide decir cosas que creo, porque otros podrían encontrarlo ofensivo”.
También hay demócratas ocultos, pero están 25 puntos porcentuales de los republicanos.
Incluso la exasesora de la Casa Blanca, Kellyanne Conway, dijo el mes pasado que esos “partidarios ocultos” podrían dejar su huella nuevamente.
“Como la persona que acuñó el término ‘votante encubierto oculto de Trump en 2016’, hay aún más de ellos y están aún más comprometidos ahora”, dijo Conway en Showtime.
El debate
El encuentro se organiza desde la Universidad de Belmont en Nashville, Tennesse.
La Comisión de Debates Presidenciales no ha anunciado ningún cambio en el formato y el intercambio durará una hora y media sin cortes comerciales.
La corresponsal de NBC News en la Casa Blanca y presentadora, Kristen Welker, será la moderadoa, contra quien el presidente ha lanzado algunas críticas, acusando –como lo hizo en su foro de NBC News– de una postura prejuiciosa.
“Es una demócrata radical”, dijo a sus partidarios el lunes en Arizona. “Siempre ha sido terrible e injusta, como la mayoría de los reporteros de noticias falsas, pero yo seguiré jugando el juego”.
Welker deberá asegurarse de cubrir todos los temas, que serán divididos en seis segmentos de 15 minutos. Los temas son: estrategia contra el COVID-19, familias americanas, racismo en EE.UU., cambio climático, seguridad nacional, liderazgo.
Internacionales
Maduro rechaza acuerdo humanitario de Bukele y exige liberación de criminales venezolanos en El Salvador

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mantuvo su postura de rechazar el acuerdo humanitario propuesto por el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, y exigió nuevamente la liberación de los criminales venezolanos enviados por Estados Unidos para su encarcelamiento en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en territorio salvadoreño.
Maduro volvió a referirse a una supuesta violación de derechos humanos contra los venezolanos que guardan prisión en el Cecot y no ofreció una respuesta favorable a la propuesta de Bukele, que planteaba intercambiarlos por presos políticos encarcelados en Venezuela por sus vínculos con la oposición.
«Yo le digo, señor Bukele: póngase a derecho, responda al cuestionario del fiscal general de la República de Venezuela. Dé fe de vida de todos los muchachos secuestrados. Diga dónde están enjuiciados, qué causa, qué delito cometieron», expresó Maduro.
«Permita el acceso de sus abogados y familiares a la prisión donde los tienen secuestrados. Abandone el camino de la desaparición forzosa y, más temprano que tarde, póngalos en libertad incondicionalmente. Libertad incondicional para los jóvenes que están secuestrados en El Salvador», agregó.
Las declaraciones de Maduro se produjeron luego de que Bukele propusiera, el pasado domingo, un acuerdo humanitario que contemplaba la repatriación de 252 venezolanos detenidos, a cambio de la liberación de un número igual de presos políticos en Venezuela.
«Quiero proponerle un acuerdo humanitario que contemple la repatriación del 100 % de los 252 venezolanos que fueron deportados, a cambio de la liberación y entrega de un número idéntico (252) de los miles de presos políticos que usted mantiene», expresó Bukele en ese momento.
La propuesta fue realizada a través de la red social X, donde el presidente salvadoreño explicó que los venezolanos detenidos en El Salvador fueron capturados en el marco de una operación contra pandillas internacionales.
Internacionales
FOTOS | El Vaticano difunde las primeras imágenes del papa Francisco en su féretro

Este martes, el Vaticano difundió las primeras imágenes del papa Francisco dentro del féretro, como parte de los homenajes póstumos que marcarán la última vez que el mundo lo vea físicamente.
Las fotografías muestran el cuerpo del pontífice en la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia habitual y lugar al que acudía con frecuencia para orar y meditar por el mundo.
Según se informó, las imágenes forman parte del acto de constatación del deceso. En ellas, el papa aparece vestido con una túnica roja —color litúrgico reservado para funerales papales—, con una mitra blanca sobre la cabeza y un rosario negro entrelazado en las manos, símbolo de su profunda devoción mariana.
El miércoles 23 de abril, su cuerpo será trasladado a la Basílica de San Pedro, donde se instalará la capilla ardiente para que los fieles puedan despedirse.
Asimismo, se confirmó que sus restos reposarán en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, en cumplimiento de su voluntad testamentaria.
Tal como lo pidió en vida, su funeral y todos los actos relacionados se realizarán de forma sencilla, sin decoraciones ostentosas, como reflejan las imágenes difundidas.
«La tumba debe ser en la tierra; sencilla, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus», dejó escrito el pontífice en su testamento, publicado por el Vaticano.
Internacionales
El cónclave, manual de instrucciones

Así se elegirá al sucesor del papa Francisco: paso a paso del cónclave
Durante el cónclave, los cardenales electores se reunirán a puerta cerrada en la Capilla Sixtina para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el lunes a los 88 años.
La elección está regida por la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996. La fecha del cónclave aún no ha sido fijada.
Preparativos
Los 135 cardenales electores —todos menores de 80 años— se alojarán en la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano, durante la duración del cónclave.
La jornada inicial comienza con una misa solemne en la basílica de San Pedro. Por la tarde, los cardenales, vestidos con el hábito coral, se reúnen primero en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y luego, en procesión, se dirigen a la Capilla Sixtina invocando la asistencia del Espíritu Santo.
Bajo la icónica bóveda pintada por Miguel Ángel, los cardenales prestan juramento colocando la mano sobre el Evangelio.
Luego, siguiendo un antiguo ritual de la Edad Media, el maestro de ceremonias pronuncia la frase «Extra omnes» («¡Todos fuera!»), lo que marca la salida de todas las personas ajenas al cónclave y el cierre de puertas, con el fin de evitar cualquier influencia externa.
La elección
Por sorteo, se designan tres grupos de tres cardenales: los escrutadores, encargados de contar los votos; los infirmarii, responsables de recoger los votos de los cardenales enfermos; y los revisores, que verifican el escrutinio.
Cada cardenal recibe una papeleta rectangular con la inscripción Eligo in Summum Pontificem («Elijo como Sumo Pontífice») en la parte superior y un espacio en blanco para escribir el nombre del candidato, con una caligrafía lo más irreconocible posible. En teoría, está prohibido votarse a sí mismo.
Uno por uno, los cardenales se acercan al altar con la papeleta visible, pronuncian un juramento en latín —«Testor Christum Dominum, qui me iudicaturus est, me eligere in Summum Pontificem illum, quem secundum Deum iudico eligi debere»— y depositan su voto en una urna.
Los cardenales que no pueden acercarse al altar por razones de salud entregan su voto a un escrutador, quien lo deposita en su lugar.
Una vez recogidos todos los votos, un escrutador agita la urna, los transfiere a otro recipiente y se inicia el conteo. Dos escrutadores anotan los nombres mientras un tercero los lee en voz alta. Luego, perforan cada papeleta en el lugar donde aparece la palabra Eligo. Los revisores corroboran la exactitud del proceso.
Si ningún candidato alcanza la mayoría de dos tercios, se realiza otra votación. A partir del segundo día, se celebran hasta cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que se logre una elección.
Las papeletas y notas utilizadas se queman después de cada dos rondas. El humo que emana de la chimenea visible desde la plaza de San Pedro es negro si no se ha elegido un papa, y blanco cuando se ha alcanzado un consenso: la tradicional fumata blanca.
Si tras tres días no se ha logrado una elección, se hace una pausa de un día dedicada a la oración y reflexión.
Habemus Papam
Una vez elegido, el nuevo papa debe responder a dos preguntas formuladas por el decano del Colegio Cardenalicio:
-
«¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?»
-
«¿Qué nombre deseas tomar?»
Si acepta, se convierte en el nuevo obispo de Roma y cabeza de la Iglesia Católica.
A continuación, los cardenales expresan su obediencia al nuevo pontífice. Desde el balcón central de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia al mundo: «Habemus Papam». Seguidamente, el nuevo papa aparece y ofrece su primera bendición Urbi et Orbi («A la ciudad y al mundo»).