Internacionales
“Apalearon a mi hijo por negarse a luchar en Ucrania”

Cuando su hijo fue enviado a combatir en Ucrania, Sergei le rogó que no fuera.
“Tienes parientes allí. Simplemente rehúsa”, recuerda Sergei que le tijo a Stas, que ya era oficial del ejército. “Pero dijo que iría. Pensaba que hacía lo correcto. Le dije que era un zombi. Y que, desafortunadamente, la vida se lo probaría”.
Sergei y Stas no son los verdaderos nombres de estos padre e hijo. Los hemos cambiado para proteger sus identidades. Sergei nos invitó a su casa para contarnos su historia.
“Así que se fue a Ucrania. Luego empecé a recibir mensajes suyos preguntando qué le pasaría si se negaba a pelear”.
Stas le contó a su padre sobre una batalla en particular.
“Dijo que a los soldados [rusos] no les habían dado apoyo; no habían recopilado inteligencia; nada de preparación. Les habían ordenado avanzar, pero nadie sabía qué les esperaba”.
“Pero para él negarse a pelear era una decisión difícil de tomar. Le dije: ‘Es mejor que la tomes. Esta no es nuestra guerra. No es una guerra de liberación’. Contestó que pondría su rechazo por escrito. Él y varios más que decidieron no pelear fueron privados de sus fusiles y puestos bajo guardia armada”.
Sergei viajó varias veces al frente para buscar la liberación de su hijo. Inundó a los oficiales militares, fiscales e investigadores con apelaciones de ayuda.
Finalmente sus esfuerzos dieron fruto. Stas fue devuelto a Rusia. Le reveló a su padre qué le había sucedido durante su detención: cómo un “grupo diferente” de soldados rusos lo había tratado de forzar a pelear.

“Lo apalearon y luego lo llevaron afuera como si fueran a fusilarlo. Lo obligaron a echarse al suelo y contar hasta diez. Se negó a hacerlo. Así que lo golpearon varias veces en la cabeza con una pistola. Me dijo que su cara estaba cubierta de sangre”.
“Después lo llevaron a un cuarto y le dijeron: ‘Vienes con nosotros o te matamos’. Pero, entonces, alguien dijo que se llevaría a mi hijo a trabajar en el depósito”.
Stas era un oficial en funciones cuando Rusia lanzó su invasión de gran escala en Ucrania en febrero. El presidente Vladimir Putin prometió que solo soldados profesionales participarían en su “operación militar especial”.
Pero llegado septiembre todo eso había cambiado. El presidente anunció lo que llamó una “movilización parcial”, reclutando a cientos de miles de ciudadanos rusos en las fuerzas armadas.
Muchas de las tropas recientemente movilizadas se quejaron rápidamente de que estaban siendo enviadas a la zona de guerra sin los equipos suficientes o entrenamiento adecuado. Desde Ucrania ha habido múltiples reportes de soldados rusos desplegados que han sido detenidos -en algunos casos en sótanos- por rechazar regresar al frente.
“Es una manera de obligar a las personas a regresar a la carnicería”, comenta Elena Popova, del Movimiento de Objetores de Conciencia de Rusia. “La meta de los comandantes es mantener a los soldados allí. Los comandantes solo conocen violencia e intimidación. Pero no puedes forzar a la gente a pelear”.
Para algunos rusos, el negarse a regresar al frente puede ser una postura moral. Pero hay una explicación más común.
“Los que rehúsan pelear lo hacen porque ya han tenido más que su cuota justa de acción en el frente”, explica Elena Popova. “Otra razón es la mala manera en que los tratan. Han estado tiempo en las trincheras, pasando frío y hambre, pero cuando regresan sus comandantes les gritan y los insultan”.
Las autoridades rusas han desestimado como noticias falsas los informes sobre soldados desilusionados y detenidos en centros.
“No tenemos campamentos ni centros de detención, ni nada parecido [para soldados rusos]”, insistió el presidente Putin a comienzos de este mes. “Todo esto son disparates y afirmaciones falsas sin nada que las respalden”.
“No tenemos problemas de soldados abandonando sus puestos de combate”, continuó el líder del Kremlin. “En una situación donde caen misiles o bombas, toda persona normal no puede evitar reaccionar, aún a un nivel psicológico. Pero, después de un período de adaptación, nuestros hombres combaten maravillosamente”.
“Sabía que si seguían adelante, no saldrían con vida”
Andrei, un teniente ruso, dejó de pelear. Desplegado en Ucrania en julio, Andrei fue detenido por negarse a cumplir órdenes. Logró comunicarse con su madre, Oxana, en Rusia para contarle lo que estaba pasando. También hemos cambiado sus nombres.
“Me dijo que se había negado a liderar a sus hombres a una muerte segura”, me cuenta Oxana. “Como oficial él sabía que si seguían adelante, no saldrían con vida. Por eso enviaron a mi hijo a un centro de detención. Después recibí un mensaje de texto diciendo que él y otros cuatro oficiales habían sido recluidos en un sótano. Nadie los ha visto en cinco meses”.
“Luego me dijeron que el edificio en el que estaban había sido bombardeado y que los cinco hombres estaban desaparecidos. Dijeron que no habían encontrado sus restos. Su estatus oficial es desaparecido en combate. Eso no tiene sentido. Es absurdo. La manera como mi hijo fue tratado no solo fue ilegal, fue inhumano”.
Volviendo a Sergei, me cuenta que lo que le sucedió a Stas en Ucrania los ha acercado más.
“Ya estamos en la misma sintonía”, me dice. “El muro de desacuerdo entre los dos ha desaparecido. Toda su bravuconería se ha ido. Mi hijo me dijo: “Nunca pensé que mi propio país me tratara de esta manera’. Ha cambiado completamente. Ya lo entiende”.
“La gente aquí no entiende el peligro en que estamos. No del lado rival. Pero de nuestro propio lado”.
Este artículo fue producido por Will Vernon. Imágenes de Anton Chicherov.
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Colombia captura a más de 200 miembros del Clan del Golfo tras intensos operativos de seguridad

El lunes, las autoridades colombianas informaron sobre la captura de más de 200 integrantes del Clan del Golfo, el cartel narcotraficante más grande del país, responsable de implementar un violento «plan pistola» que ha dejado al menos 20 miembros de la fuerza pública muertos.
Desde el 15 de abril, un total de 217 miembros de este grupo armado han sido detenidos en una serie de operativos coordinados, como parte de la respuesta del gobierno ante los ataques perpetrados por el Clan del Golfo, cuyo impacto ha desbordado la seguridad en varias regiones del país. Además, otros 15 narcotraficantes fueron abatidos, y se incautaron 6,8 toneladas de estupefacientes, 123 armas de fuego y más de 15,000 municiones, según el almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares.
La violencia del Clan del Golfo, un grupo paramilitar que se autodenomina Ejército Gaitanista de Colombia, ha escalado en los últimos meses. Desde finales de abril, el presidente Gustavo Petro denunció que el cartel implementó una estrategia de «asesinato sistemático» de miembros de la fuerza pública, una táctica que recuerda a las guerras del narcotraficante Pablo Escobar en los años noventa. En el marco de estos ataques, se ha establecido una recompensa de hasta $3,500 por cada policía muerto.
El Clan del Golfo, que tiene más de 7,500 miembros, se dedica principalmente al tráfico de cocaína y es considerado uno de los carteles más poderosos del país. En 2022, este grupo ya había recurrido a un «plan pistola» como respuesta a la extradición a Estados Unidos de su antiguo líder, alias Otoniel.
El Ministerio de Defensa también informó que, desde el 15 de abril, los ataques de grupos ilegales y rebeldes han cobrado la vida de al menos 18 policías y 17 militares, en lo que se considera el peor pico de violencia que ha vivido Colombia desde la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016. A pesar de las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Clan del Golfo y la disidencia de las FARC, las conversaciones no han avanzado, dejando al país en medio de una grave crisis de seguridad.
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Reconocido abogado fallece a los 76 años tras sufrir un paro cardíaco en motel

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Un abogado de trayectoria en Honduras perdió la vida la tarde del lunes en un establecimiento de hospedaje ubicado en la ciudad de La Ceiba, departamento de Atlántida, según confirmaron medios locales y autoridades policiales.
El fallecido fue identificado como José Roberto Cárdenas Matute, de 76 años, quien según reportes preliminares se encontraba en una habitación de un motel en la zona conocida como la “zona viva” del municipio costero, cuando sufrió un aparente paro cardíaco.
De acuerdo con el informe forense preliminar, el abogado se encontraba acompañado por una mujer al momento del incidente. El propietario del lugar notificó a las autoridades tras percatarse de que el cliente se había desvanecido y no respondía.
Equipos de socorro llegaron al sitio para brindarle asistencia, pero al momento de ser atendido ya no presentaba signos vitales. La Policía Nacional indicó que, en principio, la muerte se habría producido por causas naturales.
No obstante, el cuerpo fue trasladado al centro de medicina legal para la autopsia correspondiente, como parte del protocolo legal. Las autoridades continúan con las investigaciones de rigor para esclarecer los detalles del suceso.
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Cardenales se instalan en el Vaticano para iniciar cónclave

Los cardenales que participarán en el cónclave para elegir al nuevo papa comenzaron este martes a instalarse en la residencia de Santa Marta y otras dependencias del Vaticano, donde permanecerán aislados del mundo hasta que se nombre al sucesor del papa Francisco.
La elección del próximo pontífice, que marcará el rumbo de los más de 1,400 millones de católicos en el mundo, se llevará a cabo en un clima de expectación e incertidumbre. El legado reformista del papa argentino ha generado tanto fervor como divisiones dentro de la Iglesia, lo que hace más compleja la decisión del Colegio Cardenalicio.
“Hay varios perfiles, muchas personalidades que podrían ser elegidas. Yo diría que al menos cinco o seis”, declaró el cardenal Jean-Paul Vesco, arzobispo de Argel, al diario Corriere della Sera.
El cónclave comenzará oficialmente este miércoles a las 3:00 p.m. (hora local), momento en el que se desactivarán todas las señales telefónicas dentro del Vaticano para asegurar la incomunicación de los cardenales y evitar cualquier influencia externa, según informó la Santa Sede.
Durante el proceso, los 133 cardenales electores –todos menores de 80 años– deberán abstenerse de utilizar teléfonos, acceder a internet o a cualquier medio de comunicación, además de guardar absoluto secreto sobre todo lo relacionado con la votación.
Como dicta la tradición, miles de fieles se congregarán en la Plaza de San Pedro a la espera de la fumata blanca, que indicará que se ha alcanzado un consenso y se ha elegido al 267º papa de la historia.
Se prevé que la elección podría prolongarse más que en ocasiones anteriores, debido a la diversidad del cónclave, que por primera vez incluye cardenales de 70 países. Las últimas dos elecciones papales, en 2005 y 2013, tomaron apenas dos días.
Con el creciente número de participantes, la residencia de Santa Marta ha resultado insuficiente, por lo que se ha habilitado un edificio adyacente para alojar a los purpurados. Esta residencia, construida bajo el pontificado de Juan Pablo II, ofrece comodidades modernas como habitaciones con baño privado, y desde 2005 ha sido la sede habitual de los cardenales durante el cónclave. El papa Francisco también eligió vivir allí en lugar del Palacio Apostólico.
La asignación de habitaciones se realizó por sorteo, y los cardenales tienen acceso a ellas desde este martes hasta la misa que se celebrará el miércoles por la mañana en la Basílica de San Pedro, acto previo al inicio del cónclave. Para entonces, deberán haber entregado sus celulares y otros dispositivos.
El personal de apoyo –médicos, personal de limpieza, ascensoristas, entre otros– también ha jurado mantener la confidencialidad bajo pena de excomunión, garantizando así la estricta reserva que exige este proceso histórico.