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Las confesiones del ayudante de campo de Maradona en Dorados, lo que deseó y lo que lo hacía sufrir al «10»

Son pocas las personas que estuvieron al lado de Diego Armando Maradona y lo pudieron conocer más allá del mito. José María “Pancho” Martínez fue su último ayudante de campo en Dorados de Sinaloa y vivió “momentos inolvidables, un privilegio que hemos podido darnos unos pocos. Le agradezco a la pelota que nos lleva a lugares inimaginables y me puso al lado de Dios“.
El Pancho arrancó como colaborador de Pelusa en enero de 2019 y se alejó una vez que el astro finalizó su ciclo como entrenador del conjunto de Culiacán, en junio del mismo año. La relación entre ambos estaba intacta y era muy buena hasta el día de su fallecimiento. “A Diego lo tengo presente, sigue estando a mi lado. Lamentablemente, su vida fue muy solitaria, porque nunca pudo tener una vida normal como la nuestra. No pensé que su final iba a ser así de drástico”, se lamentó el ex jugador de Estudiantes, Atlético de Tucumán y Chacarita.
En diálogo con Infobae desde Valparaíso (Chile), donde se encuentra dirigiendo al San Luis de Quillota, el oriundo de Chivilcoy reveló detalles imperdibles sobre el Diez. Cómo fue trabajar a su lado, el sueño que se le truncó de dirigir a un equipo grande de Argentina, por qué “su vida fue muy solitaria”, y lo difícil que era decirle “no” a Diego.
-¿Qué recuerda de su trabajo al lado de Maradona?
-Ser su ayudante de campo en Dorados fue la frutilla del postre en mi carrera. Viví momentos inolvidables, un privilegio que hemos podido darnos unos pocos. El fútbol me premió por el esfuerzo que hice toda mi vida, por la pasión que le dedico a este deporte y por no bajar los brazos, siempre con la intención de seguir insistiendo. La vida me regaló estar al lado del más grande de todos los tiempos. Disfrutar no sólo del fútbol, sino de conocerlo y ser una parte pequeña de su historia. Le agradezco a la pelota que nos lleva a lugares inimaginables y me puso al lado de Dios. Fui inmensamente feliz. La tristeza que tengo es producto de lo que él representaba. No sé si alguien tiene la capacidad para explicar lo que genera Diego en nosotros y en aquellos que no pudieron disfrutarlo en vivo.
-¿Lo sorprendió su fallecimiento?
-Sí, me sorprendió mucho, no pensé que su final iba a ser así de drástico. Diego siempre nos acostumbró a estar presente. Cuando lo conocí, sabía de las dificultades físicas que le tocó transitar en su vida. Pero también lo vi recuperarse. Sus piernas y su espalda estaban deterioradas por sus infiltraciones y por el esfuerzo que hizo para jugar en la alta competencia. Por ser quien fue terminó pagando un costo altísimo en lo físico. Cuando daban las noticias, pensé que sería una más en su vida y que saldría adelante. De las situaciones críticas siempre salió fortalecido. No creía que fuera a fallecer de esa manera. Fue una tristeza increíble. No sólo para mí, sino también para mi hijo de 12 años que se puso a llorar conmigo. Fue una conmoción que irá aliviando, pero no va a pasar nunca. A Maradona lo tengo presente, sigue estando a mi lado. Lamentablemente, su vida fue muy solitaria porque nunca pudo tener una vida normal como la nuestra.
-¿Sufría Diego por no tener una vida normal?
Si, sufría, pero también era feliz con muy poco. Recuerdo que un día llegó feliz al entrenamiento en Culiacán con dos bolsas del supermercado, una en cada mano. En una traía shampoo, en la otra, desodorantes. Y nos dijo: “Fui al súper porque ustedes no compran, ja”. Ahí vi una persona que, haciendo mandados, algo que para el resto es un tema rutinario, fue feliz, incluso compartiendo ese momento que extrañaba o necesitaba en su vida.
-¿Era reconocido en las calles de Culiacán o pasaba desapercibido?
-Sí, era reconocido pero la gente lo respetaba y no lo molestaba. Podía ir a almorzar a un restaurante, llevar a su hijo Dieguito al colegio. Alguno que otro le pedía una foto, pero no se transformaba en una situación desbordada. Estaba predispuesto, pero casi siempre lo dejaban tranquilo y se movía libremente y sin problemas. Compartimos muchos almuerzos y cenas sin inconvenientes. Fue una ciudad donde la pasó muy bien. La gente le daba mucho amor y él podía vivir relajado.
-¿Fue feliz en México?
-Estaba con su hijo y se lo veía bien, feliz. También lo era estando en una cancha de fútbol. Recuerdo que luego de cada entrenamiento se quedaba con Dieguito pateando el balón, un momento único de felicidad en Culiacán. Maradona era especial. Tenía la particularidad de amar al futbolista más que a nada, sin importar donde jugase. Siempre vi un Diego preocupado y triste cuando Dorados perdía. Se ponía muy nervioso y sufría mucho la derrota. Es más, no miraba cuando sus jugadores pateaban los penales. Se daba vuelta por temor a que los erraran. Sencillo, simple y humilde, así lo recuerdo. Un ser maravilloso.
-¿Te diste cuenta de lo difícil que fue ser Maradona?
-Sí, tuve que conocerlo para darme cuenta. Ser Maradona era muy difícil y jodido a la vez. Yo no lo hubiera soportado. Vi una persona humilde con todo y con todos, sobre todo con los más necesitados. También, con los auxiliares, colaboradores, los cancheros, los periodistas, con sus futbolistas. Respetaba a cada trabajador y generaba un buen ambiente laboral. Un tipo placentero de tratar. Su grandeza está por demás remarcarla. Su don hacía sentirnos importantes. Salvo alguna crítica a los poderosos, después siempre para arriba, nunca hablaba mal de nadie.
-¿Fue bastante criticado en México?
-Sí, pero lo tomaba con mucha naturalidad. Por eso, ser Maradona era único. No compartía sus bajones anímicos ni disputas con los poderosos. No tenía inconvenientes con la prensa, ignoraba a los que lo criticaban. No tuvo contradicciones más allá de sus ideales, porque siempre fue defensor de los más humildes. Nunca se acercó al poder para algún beneficio personal ni mucho menos. Es más, se vio perjudicado por la pelea contra la gente poderosa. Siempre tuvo la coherencia de pedir y reclamar por los que menos tenían. No solamente por el pueblo, sino también por los futbolistas en general.Martínez hoy se encuentra dirigiendo en el fútbol de Chile
-¿Cómo fue la relación de Maradona con José Toño Nuñez, presidente de Dorados?
-Era buena pero un día se enojó feo por el estado de la cancha. Se enojó muy mal y quedó reflejado en la serie de Dorados de Netflix. Sus enfados estaban relacionados con defender a sus jugadores. Entonces, si la cancha no estaba en buenas condiciones, los perjudicaba porque no podían desenvolverse de la manera que debían y no podía evitar que sus dirigidos fueran criticados. Sus enojos eran por defenderlos y no por algo de él en particular. Diego siempre fue un luchador en las causas nobles, para proteger a sus futbolistas.
-¿En qué se basaban sus charlas técnicas?
-Los entrenadores, para desarrollar las charlas un poco más convincentes, tenemos muchas maneras de gestionar o elaborar una estrategia para seducir y convencer a los jugadores. Lo que a nosotros nos costaba mucho tiempo planificar, armar la idea, convencer y motivar a nuestros dirigidos, a él le salía natural por ser únicamente Maradona. En sus encuentros diarios buscaba generar un ambiente en donde todos se consideraran importantes; los que jugaban y los que no, porque siempre trataba a todos por igual. Quería que el futbolista se entregara al máximo y que se cuidara. Previo a los entrenamientos, contaba sus malas experiencias para que sus dirigidos no las repitieran. Además, transmitía la pasión de cómo vivía el futbol, que al final nos terminaba contagiando. Diego tenía varias combinaciones producto de su esencia: pasión, verborragia y euforia. Le sacaba a cada jugador lo más importante, más de lo que podía dar. Después, como integrantes del cuerpo técnico cada uno tenía un rol determinado, pero la cabeza trascendental del grupo era Pelusa. Tenía un aura especial. Nunca tuvo suerte de dirigir a un equipo grande, sino creo que hubiera perdido uno o dos partidos al año, nada más.
-¿Criticaba a sus propios jugadores?
-Nunca escuché una crítica dentro y fuera del campo de juego. Una vez tuvimos una charla con los integrantes del cuerpo técnico, porque uno del staff había corregido al lateral derecho. Por ese hecho, Diego se enojó porque estaba en plena construcción de liderazgo y de protección a sus jugadores. Para él, si el equipo perdía era culpa del árbitro o de la cancha, nunca de sus dirigidos. Si no le echaba la culpa a la hinchada rival. pero jamás se la agarraba con sus futbolistas. Siempre tenía una salida espontánea, genuina y pícara para poder defenderlos. Nunca los criticaba en público o en privado. Terminaban los partidos, y si el resultado no era bueno, igualmente los felicitaba. Si estaba enojado, su malestar lo volcaba a terceros: árbitros, cancha, rivales, federación, hinchada, pero nunca iba a herir el orgullo de los protagonistas del juego.
-En sus conversaciones privadas, ¿confesó alguna vez si su sueño era dirigir a Boca?
-Sí, me lo dijo, su sueño era dirigir a Boca. Su corazoncito era muy bostero, una cosa increíble. Diego era auténtico y decía lo que pensaba. No tenía contradicciones, era siempre el mismo e incapaz de pedir algo, porque se construyó en la adversidad y resolvió todo sólo. De alguna forma necesitaba y deseaba dirigir en la Argentina, pero tenía miedo de cómo lo iban a tratar. Cuando se dio la posibilidad de Gimnasia y Esgrima La Plata fue una persona muy feliz. Siempre estará agradecido eternamente al Lobo platense porque se la jugó por él. Todo lo que deseaba, se lo fue dando la gente. Siempre esperaba la devolución del hincha, por eso tuvo su premio y reconocimiento. Nadie más defendió a la Argentina como lo hizo Maradona, Si hubiera políticos Diego defendió la bandera, seríamos un país mucho mejor.. Él quería dirigir en la Argentina y hubiera sido el hombre más feliz del mundo si entrenaba a Boca. Tenía un sentimiento genuino, legitimo y verdadero que sentía por esa hinchada y esos colores.
-¿Qué le aconsejaba sobre la vida?
-Era mucho de charlar en la previa a los entrenamientos. Se paraba frente al grupo y contaba lo que había pasado dentro y fuera de la cancha. Siempre remarcaba que no era un ejemplo como persona, pero sí como futbolista. Recordaba cómo había pasado algunas situaciones en circunstancias decisivas. Generalmente, relataba sus malas experiencias, o cómo se había equivocado cuando llegó relajado a una final o subestimó al rival con sus compañeros. Cada vez que hablaba, generaba silencios y tensión en el ambiente. Los jugadores lo miraban fijo, lo escuchaban. Le llegaba el mensaje a cada uno de ellos. Sus charlas tenían que ver con sus cuidados y con la idea de no repetir sus experiencias. La verdad es que nos quedarán grabadas en el cuerpo para siempre.
-¿Qué anécdota recuerda con él?
-Tiene que ver con su velocidad mental y capacidad de atención, para aquellos que lo acusaban de que no era un buen entrenador. Estábamos jugando una instancia de Eliminatorias por la Copa MX y, en México, es obligatorio poner juveniles en el banco de suplentes para que se vayan fogueando. En los últimos minutos, ganábamos 3 a 0 frente a Atlas. Le recomendé hacer ingresar a un jugador con experiencia y él me respondió: “Llamá al juvenil para que debute”. El chico tenía 16 años y lo hizo debutar para que fuera sumando minutos. Se acordó del chiquito y me pareció brillante. Mas allá de que estábamos ganando, se mantuvo concentrado y, producto de su sensibilidad, lo hizo ingresar.
-¿Su entorno lo llevaba por el buen o mal camino?
-En el tiempo que compartí con él estuvo acompañado de Dieguito, y de Verónica, su ex pareja. Fue un reencuentro después de un largo tiempo, porque su hijo no había podido estar en la última parte. Sin embargo, iba todos los días a entrenar y no faltó nunca. Jugábamos cada cuatro días y disputamos seis partidos de liguilla en un mes. No teníamos descanso. Mas allá de eso, su entorno lo contenía y era una persona que decidía por sí misma. Estaba tranquilo, feliz y relajado. Pudimos transitar seis meses entre sufrimientos y alegrías.
-¿Era difícil decirle “no” a Maradona?
-Cuando me convocaron para trabajar con él, dije que sí de una, sin pensarlo. Me imaginaba lo que iba a ser la convivencia y el día a día. No digo que me resulto fácil, porque la confianza se gana con el tiempo. Yo ocupaba un rol de estar a su servicio y colaborar en lo que necesitaba, siempre buscando el beneficio en lo deportivo. De mi parte, fui prolijo y meticuloso a la hora de expresarme; lo hice con el cuidado y el respeto que merecía semejante personaje. Él sabía que yo me lo tenía que ganar. Ser Maradona era único y Diego podía especular con que los que estaban cerca suyo buscaban sacar alguna ventaja. Ganarse su confianza llevó su tiempo. Hasta que vio que quería lo mejor para él. Era muy perceptivo e inteligente. Nadie le iba a decir lo que tenía que hacer ni pensar sobre otros, porque él mismo lo iba a vivenciar. Yo le consultaba sobre todo. Nunca tuve que decir que sí a algo que era no. Teníamos una relación normal de entrenador-colaborador. El “No” para él era una palabra muy difícil, dura. Pero no fue un “no” a la persona, sino a algo que proponía. Me hacía sentir importante y nunca abusé de ese beneficio que me otorgaba.
-¿Lo llamó para que sea su colaborador en Gimnasia?
-Sí, me llamó. Lo hablamos con Cristian (Bragarnik) y estaba todo bien. Después, Diego se operó de su rodilla. Me dijo: “Me voy a tomar 6 meses para acomodar el chasis y, luego de ese tiempo, nos volvemos a juntar”. Ahí surgió lo de Gimnasia y no estaba preparado para dirigir, pero como esperaba desde hacía tiempo esa oportunidad la aceptó de cualquier manera. Hablamos. Me ofreció ser su ayudante de campo y le dije: “No puedo salir de Chile porque ya dirigí seis encuentro con San Luis de Quillota”. Y lo entendió. Tengo todos momentos lindos vividos junto a Maradona.
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Carlo Ancelotti condenado a un año de prisión en España por fraude fiscal

Madrid, España. El exentrenador del Real Madrid y actual seleccionador de Brasil, Carlo Ancelotti, fue condenado a un año de prisión y a una multa de 386,000 euros por un delito de fraude fiscal relacionado con el ejercicio fiscal de 2014, informó este miércoles la justicia española. No obstante, el técnico italiano de 66 años no tendrá que ingresar a prisión debido a que la pena es inferior a dos años y carece de antecedentes penales.
Según la sentencia emitida por un tribunal de Madrid, Ancelotti incurrió de forma consciente en la evasión del pago de impuestos, pese a tener “conocimiento claro del deber tributario derivado de su residencia fiscal en España”. La condena se vincula a ingresos por derechos de imagen durante su primera etapa como entrenador del Real Madrid (2013-2015).
Durante el juicio celebrado en abril, Ancelotti se defendió asegurando que no tuvo intención de cometer fraude y que fue el club merengue quien le propuso percibir un porcentaje de su salario mediante derechos de imagen, lo cual implica una tributación distinta. “Yo nunca entré en eso, porque nunca había cobrado así”, declaró el técnico, añadiendo que fue su asesor quien gestionó el acuerdo con el club.
La Fiscalía había solicitado una pena más severa de 4 años y 9 meses de cárcel, al considerar que el entrenador ocultó más de un millón de euros entre 2014 y 2015. Sin embargo, el tribunal lo absolvió de los cargos correspondientes al año 2015.
Los jueces señalaron que Ancelotti utilizó un “entramado artificioso” mediante estructuras societarias para eludir impuestos. A pesar de que ya no reside en España, el caso se resolvió debido a su etapa como residente fiscal durante su paso por el club blanco.
Con esta sentencia, Ancelotti se une a una lista de figuras públicas vinculadas al deporte y el espectáculo que han tenido problemas con el fisco español. Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y la cantante Shakira enfrentaron procesos similares, aunque ninguno de ellos ingresó en prisión.
Ancelotti dejó el Real Madrid en mayo de 2025 tras conquistar su tercera Champions League con el club y asumió la dirección técnica de la selección de Brasil. Es el entrenador más laureado en la historia del conjunto blanco, con un total de 15 títulos.
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Davide Ancelotti, nuevo entrenador del Botafogo: inicia su carrera como técnico principal

Río de Janeiro. Davide Ancelotti, hijo del reconocido seleccionador de Brasil, Carlo Ancelotti, fue anunciado este martes como el nuevo director técnico del Botafogo, en sustitución del portugués Renato Paiva. El nombramiento marca el inicio de su carrera como entrenador principal, tras una sólida trayectoria como asistente técnico en algunos de los clubes más prestigiosos de Europa.
Con 35 años, Davide se estrena en solitario luego de acompañar a su padre en los banquillos del Real Madrid (2021-2025), Everton (2019-2021), Nápoles (2018-2019) y Bayern de Múnich (2016-2017). Previamente, también trabajó como preparador físico en el Real Madrid (2013-2015) y el Paris Saint-Germain (2012-2013).
«¡Bienvenido, Ancelotti!», celebró el club brasileño en sus redes sociales, acompañado por un emoticono de la bandera de Italia. El contrato con el «Fogão» se extiende hasta finales de 2026. En un comunicado oficial, el club lo describió como un “entrenador joven, preparado y con fuerte ambición de construir su propio legado”, destacando su “perfil global” por la experiencia acumulada junto a su padre.
Davide había sido integrado recientemente al cuerpo técnico de la selección brasileña, pero fue liberado de sus funciones, confirmó la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), que le deseó suerte y señaló que podría ser convocado en momentos clave rumbo al Mundial de 2026.
Desde joven, Davide mostró interés por la estrategia más que por el juego en la cancha. Formado en las divisiones inferiores del AC Milan, se retiró como jugador a los 20 años para convertirse en entrenador. En una entrevista reciente, expresó su inclinación por un «fútbol un poco más vertical», aunque valoró la adaptabilidad como clave del éxito, una enseñanza directa de su padre.
El nombramiento llega tras la salida de Renato Paiva, quien no logró mantener la inercia ganadora del Botafogo tras su histórico doblete en 2024 —Copa Libertadores y Brasileirao— bajo el mando de Artur Jorge. La eliminación en octavos de final del Mundial de Clubes ante Palmeiras fue determinante para su salida.
La decisión también se da en medio de un contexto turbulento para el propietario del club, el empresario estadounidense John Textor. Su grupo enfrenta complicaciones tras el descenso administrativo del Olympique de Lyon en Francia, situación que provocó su salida de la presidencia del club galo, ahora en manos de la empresaria Michele Kang.
Con este nuevo capítulo, Davide Ancelotti asume el desafío de consolidar su propio nombre en los banquillos y llevar al Botafogo a nuevas alturas.
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Ivan Rakitic anuncia su retiro del fútbol profesional a los 37 años

El centrocampista croata Ivan Rakitic, exjugador del FC Barcelona y del Sevilla FC, anunció este lunes su retiro del fútbol profesional, poniendo fin a una carrera de más de dos décadas tras disputar su última temporada con el Hajduk Split de su país natal.
“Fútbol: me diste más de lo que jamás soñé. Me diste amigos, emociones, alegrías, lágrimas. Me diste una vida entera”, expresó el jugador en una emotiva carta publicada en sus redes sociales, acompañada de un video que repasa los momentos más significativos de su trayectoria.
Rakitic, de 37 años, dedicó palabras especiales al Sevilla FC, club al que defendió en dos etapas: “Viví algo diferente. Me diste mucho más. Me diste un hogar. Tuve el honor de ser capitán, de levantar mi primer título europeo. Y lo más importante, ahí conocí al amor de mi vida”, señaló, refiriéndose a su primera etapa en el club andaluz.
También recordó su regreso a Nervión en 2020 para cerrar el ciclo: “Me dejaste volver a Sevilla para decir gracias, para volver a sentirme en casa y para volver a ganar”.
Sobre su etapa en el FC Barcelona, club al que llegó en 2014, escribió: “Me hiciste vivir un sueño que ni me atrevía a imaginar. Jugué con los mejores. Levanté trofeos. Viví noches mágicas en el Camp Nou. Me diste el privilegio de formar parte de tu historia”.
A lo largo de su carrera, Rakitic disputó 887 partidos oficiales, marcó 125 goles y brindó 141 asistencias. Fue pieza clave en la selección croata que alcanzó la final del Mundial de Rusia 2018, formando parte de la generación dorada liderada por Luka Modric.
Formado en el FC Basilea de Suiza, su carrera incluyó pasos por el Schalke 04, Sevilla, Barcelona, Al-Shabab (Arabia Saudita) y finalmente Hajduk Split. Su última temporada estuvo marcada por un bajo rendimiento, con solo ocho partidos disputados en Arabia y un regreso discreto al fútbol croata.
Según medios españoles, el croata podría asumir un nuevo rol como director deportivo en el Hajduk Split, aunque el club aún no lo ha confirmado oficialmente.