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HISTORIA: El ranchero que despidió a sus empleados para defender hasta lo último su rancho de sicarios que lo mataron de un disparo en la cabeza

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Alejo Garza Tamez fue reportado muerto por un comando de la Marina la mañana del 14 de noviembre de 2010 en la casona principal del San José, un rancho de tres mil hectáreas de monte donde había ganado, siembra, cacería y pesca en una presa colindante con los municipios de Güémez y de Padilla, en Tamaulipas, el estado fronterizo de México con Texas que se volvió un agujero negro de la realidad a lo largo de este primer cuarto de siglo.

Como muchas otras noticias trágicas del momento, el suceso no se difundió en la prensa de Tamaulipas, debido a las amenazas de la mafia. Sin embargo, una semana después, un periódico local de Monterrey dio a conocer los hechos.

En la nota se informaba que el ranchero, de 77 años, tras negarse a entregar su propiedad a un grupo de extorsionadores, se atrincheró en ella matando a cuatro de los invasores e hiriendo a otros dos, aunque al final recibió un disparo en la cabeza que acabó con su vida.

Pero el comando invasor no pudo lograr su objetivo: quedarse con la propiedad que don Alejo había comprado y cuidado con devoción desde mayo de 1976. Una valentía que inspiró novelas La revelación de esta historia ocurrió en uno de los momentos de más inseguridad del noreste del país.

Por ello, la figura del propietario del San José adquirió una dimensión heroica, al defenderse en medio de una nebulosa de violencia donde ocurrían de manera cotidiana asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados, que no lograban ser contenidos por ninguna autoridad.

Convertida en leyenda desde entonces a la fecha, la valentía de don Alejo ha inspirado fragmentos de novelas de Don Wislow, películas de Hugo Stiglitz y cientos de corridos, aunque poco se ha documentado la historia real de su vida.

Cuando se inició la investigación, el personaje más valiente de los últimos tiempos de la región donde resultó también ser un ejemplar hombre de familia que vivía entre semana en Monterrey y los fines de semana en el San José.

La gente que sabe de caballos los clasifica por su sangre fría o su sangre caliente. También por su sangre tibia. Con un amigo de la infancia en Monterrey clasificábamos así, obviamente, en secreto a las personas que conocíamos.

Ahí parecían existir demasiados caballos sin sangre: Las principales atrocidades conocidas durante lo que el ex presidente Felipe Calderón llamó guerra contra el narco sucedían en ese lugar donde don Alejo —aunque radicado en Monterrey— levantó el rancho San José.

Ahora, varios años después de la muerte de don Alejo,  la carretera que va de Monterrey a Ciudad Victoria. Son casi 300 kilómetros de distancia en los que la camioneta atraviesa primero las faldas de la sierra de Santiago, para luego dejar atrás Allende, Linares, Hualahuises y Montemorelos, pueblos productores de naranja y limón.

Al cruzar la línea divisoria de Nuevo León con Tamaulipas se enciende de forma inevitable una alerta: este lugar es lo más cercano a un estado fallido, un adjetivo quizá exagerado, pero que ya suele usarse de manera común para definir la situación que impera en ese lugar, donde los gobernadores anteriores —emanados del PRI— enfrentan acusaciones serias por vínculos con la mafia.

Uno de ellos, Tomás Yarrington, está preso en Italia; el otro, Eugenio Hernández, en una cárcel de México, y el tercero, Egidio Torre Cantú, está en libertad pero con señalamientos públicos de haber encubierto a sus antecesores y de no haber esclarecido ni siquiera el crimen de su hermano Rodolfo, asesinado justamente en la ciudad a la que me dirijo.

 Estas carreteras no siempre fueron riesgosas para sus viajeros. Antes de que iniciara el nuevo siglo, era mucho más común que la gente de Monterrey tomara esta ruta para llegar a Tampico, una de las playas más cercanas de la ciudad.

El camino era un paseo en sí, que disfrutaban familias regiomontanas ansiosas de mar. Algunos ranchos abrían sus puertas para que los transeúntes entraran a comprar cítricos, quesos o carne seca.

 Incluso, mucha gente de la ciudad tenía un pequeño terreno en la zona o un rancho el cual atendía los fines de semana. Ese era el caso de Alejo Garza Tamez, nacido en Allende, Nuevo León, quien se había asociado con sus hermanos para fundar El Salto, la maderería más próspera de Monterrey en aquella época.

Por esos tiempos, al igual que otros nuevoleoneses, don Alejo compró tierra en Tamaulipas, aprovechando las enormes extensiones desocupadas y los buenos precios en que éstas se vendían. Así fue como nació el rancho San José, nombrado así en honor de su padre José Garza.

Entre extorsiones y comandos armados, fue a partir del año 2000 que la región empezó a volverse insegura. Además del cártel del Golfo, el grupo mafioso histórico de la zona, apareció una nueva banda llamada Los Zetas. Y en 2006, los municipios fronterizos de Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros se volvieron sede de una batalla que durante los siguientes años fue expandiéndose hasta el resto del estado de Tamaulipas y el norte de Nuevo León.

En ese momento —entre otros problemas— se volvió ejercicio de alto riesgo recorrer las carreteras locales y muchos dueños de los ranchos de la zona comenzaron a ser extorsionados por los grupos armados que dominaban la región.

En algunos casos, los comandos exigían un pago mensual para no molestar a los rancheros, pero en otros, ocupaban las propiedades y las usaban como centros de operaciones o campos de entrenamiento.

Todo esto sucedía sin que fuera posible denunciar algo ante las autoridades —coludidas o intimidadas—, o la prensa, que padecía una condición similar. La impunidad imperante obligaba a que los dueños de los ranchos de la zona abandonaran sus propiedades para poder mantenerse con vida.

Por eso en noviembre de 2010, la noticia de que un hombre había enfrentado hasta la muerte a los bandidos que le querían quitar su rancho, produjo cierta conmoción nacional. Aún más, al revelarse algunos detalles épicos como el de que un día antes de que los bandidos fueran a atacar su rancho, don Alejo había despedido a sus trabajadores para enfrentarlos él solo y que cuando los bandidos llegaron los había recibido a balazos.

Varios años después de aquel hecho, llegó a Ciudad Victoria para revisar en la Procuraduría de Justicia del Estado el expediente del caso de don Alejo. En 2016, por primera vez en la historia moderna de Tamaulipas, llegó al poder un partido distinto al PRI.

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, emanado del PAN, triunfó en las elecciones con la promesa de acabar con la impunidad. Bajo este contexto, y después de una serie de solicitudes formales, fue que pude acceder a la investigación oficial de la muerte de don Alejo, con la condición de que solo podía leer el expediente sin fotografiarlo ni tomar notas.

Tras unas diligencias finales, tengo frente a mí lo que primero supongo es solo un resumen de la averiguación previa del caso. Al poco tiempo descubro que no es así. Que esto que está en mis manos es todo lo que hay como indagatoria oficial por la muerte de don Alejo.

Hojeo el legajo que contiene menos de 200 páginas y descubro que el raquítico expediente solo cuenta con algunos peritajes, unos pocos oficios burocráticos y misivas sin relevancia alguna. Aunque hay algunos datos que son imborrables de la mente.

En los peritajes balísticos se hace un recuento de casi 900 casquillos de bala percutidos en contra de don Alejo aquel domingo 14 de noviembre, los cuales fueron disparados mediante cinco armas distintas; en los peritajes forenses se aprecian también numerosas fotografías del cuerpo de don Alejo, tendido en el piso, en la entrada del baño de su recámara. Pese a los casi mil disparos lanzados en su contra, don Alejo solo recibió dos: uno en la cabeza y otro en el tórax.

Vestido con una pijama azul, las imágenes de la escena del crimen lo muestran rodeado de armas largas y cortas, así como también de sus respectivas cajas de municiones.

Además de esto, el expediente incluye copias de los permisos otorgados a don Alejo por la Secretaría de la Defensa Nacional para portar las armas de cacería con las cuales defendió su rancho.

También hay un listado de las camionetas Pickup halladas en el sitio y nada más. El expediente registra que los hechos ocurrieron la madrugada el 14 de noviembre, entre las 3 y 5 de la mañana.

Lo que más sorprende es que en ocho años ninguna persona fue llamada a declarar por lo sucedido. Ninguna. Tampoco hubo un solo reporte de investigación. Ninguno. El crimen más divulgado de 2010 en Tamaulipas y quizá en todo el norte de México nunca fue investigado de manera oficial.

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Al menos 3 muertos y 74 heridos tras caer techo de centro comercial en Perú

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El accidente ocurrió en el complejo comercial Real Plaza de Trujillo, la tercera ciudad del país ubicada unos 500 km al norte de la capital Lima.

Según medios locales, en el momento del accidente había decenas de familias en el patio de comidas del recinto, donde todavía pueden quedar personas atrapadas bajo los escombros.

«Hasta el momento tenemos tres fallecidos, dos caballeros y una dama», dijo el comandante Gelqui Gómez, inspector departamental del Cuerpo de Bomberos en declaraciones al canal América TV desde el lugar.

El ministerio del Interior también señaló a través de un mensaje en la red X que «hay tres fallecidos».

La cifra de heridos se incrementó a 74, según el Aníbal Morillo, gerente de Salud del gobierno regional de La Libertad, cuya capital es Trujillo.

«Son 74 heridos que hemos evacuados a las hospitales y clínicas, dentro de los cuales 10 son niños. Hay 11 heridos graves», dijo a la radio RPP Morillo.

En un primer reporte el Ministerio de Salud había cifrado en 20 los heridos.

Más de un centenar de bomberos y policías se encuentran en el centro comercial removiendo escombros en busca de supervivientes, según imágenes difundidas por las televisoras.

Varias ambulancias llegaron al lugar y salieron hacia los centros hospitalarios con los lesionados.

«¡Solo estoy aquí, ayuda!», gritaba una persona atrapada según imágenes en Facebook.

«Hay un niño que está atrapado» bajo las estructuras metálicas del techo, agregó Morillo citado por el canal de televisión Panamericana.

Según el Centro de Operaciones de Emergencia regional, la caída del techo ocurrió aproximadamente a las 20H41 (01H41 GMT del sábado), pero fue reportada solo hasta media hora después.

El ministro del Interior, Juan José Santiváñez,estimó que el área del techo colapsada era de «entre 700 a 800 metros cuadrados».

«Necesitamos grúas hidráulicas para poder levantar parte del techo que aún no se ha podido retirar por lo pesado que es y poder continuar con las labores de rescate de las personas que estarían atrapadas», declaró el ministro al canal N de televisión

Mientras tanto, la Fiscalía de Trujillo inició diligencias contra los que resulten responsables del presunto delito contra la vida.

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Octava noche en el hospital para el papa Francisco, que «no está fuera de peligro»

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«El papa Francisco descansó bien», afirmó la Santa Sede en un escueto comunicado el sábado por la mañana. Aún así, no está «fuera de peligro» y permanecerá ingresado «al menos toda la próxima semana», indicaron sus médicos el viernes.

El pontífice no pronunciará la tradicional oración del Ángelus el domingo, pero si enviará un texto que será publicado, al igual que la semana pasada, declaró el sábado Matteo Bruni, portavoz del Vaticano.

Francisco ingresó en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis el 14 de febrero y este martes la Santa Sede anunció que padecía una neumonía bilateral, una infección del tejido pulmonar potencialmente mortal.

La hospitalización del jefe de la Iglesia católica ha atizado las conjeturas sobre su futuro, aunque los médicos aseguraron el viernes que se ha podido parar y no está conectado a ninguna máquina.

En los últimos días el papa ha recibido en el hospital a sus colaboradores más cercanos, lee, firma documentos y hace llamadas telefónicas.

A inicios de semana recibió la visita de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien afirmó que lo vio «alerta», «receptivo» y que incluso «bromearon».

Los cardenales se mostraron positivos asegurando que iba «por el buen camino».

«Noticias alentadoras»

Esta hospitalización, la cuarta desde 2021, reavivó la preocupación por la salud del líder de la Iglesia católica, ya debilitado por una serie de problemas en los últimos años, desde operaciones de colon y del abdomen hasta dificultades para andar.

La inquietud sobre la salud del papa fue en aumento tras la difusión de falsas informaciones en las redes sociales, sobre todo en X, que reportaban la muerte del papa en varios idiomas.

«Sé que algunos por ahí dicen que ha llegado mi hora, ¡siempre me traen mala suerte!», le dijo Francisco, según la prensa italiana, a Giorgia Meloni durante su visita.

La hospitalización de Jorge Bergoglio, líder espiritual de 1.300 millones de católicos y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, avivó las especulaciones sobre su capacidad para continuar en el cargo, pese a que el derecho canónico no prevé ninguna disposición en caso de problema grave que alterase su lucidez.

También reavivan las especulaciones sobre una posible renuncia del papa, alimentadas por los opositores a Francisco, sobre todo en los círculos conservadores.

«Tengo la impresión de que se trata de especulaciones inútiles», comentó el sábado el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos del Vaticano, en una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera.

«Gracias a Dios, las noticias que llegan de Gemelli son alentadoras, se está recuperando», añadió.

A pesar de los reiterados problemas de salud de los últimos años, el papa Francisco, conocido por su fuerza de carácter, ha mantenido una cargada agenda, aunque sus médicos insisten en que tendría que frenar un poco sus actividades.

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Ortega juramenta a su leal jefe del Ejército de Nicaragua para un cuarto mandato

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Ortega elogió la «lealtad» del general Avilés, en un acto militar en Managua también presidido por su poderosa esposa Rosario Murillo, y al que asistieron delegados de países aliados como Cuba, Venezuela, Rusia y Honduras.

Investigaciones de medios de comunicación nicaragüenses como Confidencial, que trabajan desde el exilio en Costa Rica, señalan que Ortega ha aumentado los millonarios negocios de los militares para «comprar su fidelidad».

Ortega, exguerrillero de 79 años que gobernó Nicaragua en la década de 1980 tras el triunfo de la revolución sandinista, está en el poder desde 2007 y sus críticos lo acusan de instaurar una «dictadura familiar», junto a su esposa, de 73 años.

El fallecido hermano del presidente, el general Humberto Ortega, exjefe del Ejército, había asegurado en una entrevista con el portal de noticias argentino Infobae que los militares serán fundamentales en una transición o sucesión cuando muera Daniel Ortega.

El presidente rompió con Avilés, un exguerrillero de 68 años, el tradicional relevo militar de cada cinco años, y a fines de noviembre pasado el Congreso, controlado por el gobierno, amplió a seis años el mandato del jefe del Ejército y la Policía Nacional, también fiel.

Esa modificación se dio como parte de una vasta reforma constitucional que según la oposición prepara el camino para la sucesión del poder de Ortega a Murillo o a alguno de sus hijos.

La nueva Constitución creó el cargo de «copresidenta» para Murillo y dio a ella y a Ortega un poder absoluto con el control de todos los órganos del Estado, amplió el mandato de gobierno de cinco a seis años y estableció la vigilancia de la prensa y la Iglesia.

También creó la «Policía Voluntaria», integrada por civiles encapuchados en apoyo a las fuerzas de seguridad, lo que hace referencia a los paramilitares de rostro oculto que reprimieron las protestas contra Ortega de 2018, con saldo de unos 300 muertos según la ONU.

Avilés, quien realizó estudios militares en Cuba, fue sancionado en 2020 por Washington señalado de corrupción, y es acusado por organismos de derechos humanos de tolerar y ayudar, de forma encubierta, a policías y paramilitares a atacar a los manifestantes en 2018.

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